La dimisi¨®n de la mano derecha de Le Pen ahonda la crisis del Frente Nacional

¡°Abandono el Frente Nacional¡±, anunci¨® Philippot en televisi¨®n. Un divorcio considerado inevitable desde que, la v¨ªspera, Le Pen lo sancionara dej¨¢ndolo como vicepresidente pero sin atribuciones, al retirarle las responsabilidades de comunicaci¨®n en el partido, que han sido reasignadas al senador David Rachline. ¡°Me han dicho que soy vicepresidente de nada, y no tengo ganas de hacer el rid¨ªculo¡±, agreg¨® Philippot.

Oficialmente, su sanci¨®n fue por declarar que el FN ¡°est¨¢ dando un paso atr¨¢s aterrador¡±, aunque el trasfondo es su negativa a abandonar la asociaci¨®n que cre¨® tras las elecciones, Los Patriotas, en la que Le Pen ve¨ªa la semilla de una futura fracci¨®n disidente.

Para el polit¨®logo experto en el FN Pascal Perrineau, la marcha de Philippot es una ¡°victoria del aparato del partido que nunca consider¨® al joven pol¨ªtico uno de los suyos¡± y que se revolv¨ªa contra el firme apoyo que, hasta hace poco, le otorgaba Marine Le Pen. ¡°Se siente el inmenso alivio, la revancha de este FN hist¨®rico¡±, dijo en un encuentro con periodistas extranjeros respecto a las reacciones de celebraci¨®n de la marcha de Philippot de cuadros hist¨®ricos del FN como Louis Aliot o el padre de Marine, Jean-Marie Le Pen. El fundador del FN asegur¨® a Le Figaro que la dimisi¨®n de Philippot ayudar¨¢ a ¡°apaciguar¡± y ¡°reorganizar¡± el partido del que fue expulsado en 2015 por su hija, aunque ¨¦l siempre ha visto la mano de su antigua mano derecha tras esa decisi¨®n.

El FN est¨¢ en plena ¡°refundaci¨®n¡± desde la decepci¨®n en las urnas. Aunque Marine Le Pen logr¨® el hito, solo conseguido una vez antes por su padre, en 2002, de pasar a la segunda vuelta presidencial, los resultados de esta estuvieron muy por debajo de un partido que aspiraba a obtener el 40% de los votos. Las legislativas confirmaron la debacle, al no lograr el FN m¨¢s que ocho esca?os, lejos de los 15 necesarios para formar grupo parlamentario y tener as¨ª una voz fuerte en el hemiciclo.

Los malos resultados pusieron en entredicho a Le Pen y, tambi¨¦n, a Philippot, un enarca ¡ªformado en la ENA (Escuela Nacional de Administraci¨®n), criadero de las ¨¦lites francesas¡ª que, a sus 35 a?os, hab¨ªa ascendido hasta convertirse en la mano derecha de Le Pen y en el impulsor de los esfuerzos por ampliar la base electoral del FN moderando su discurso e imagen extremista. Algo que le cre¨® muchos enemigos dentro de las fuerzas tradicionales del partido, incluido Jean-Marie Le Pen, con quien la l¨ªder de la formaci¨®n mantiene otra batalla abierta. El apoyo a Philippot tambi¨¦n provoc¨® la salida de la formaci¨®n de la sobrina de la dirigente, Marion Mar¨¦chal-Le Pen, nieta favorita de Jean-Marie y considerada una fuerza influyente ¡ªdemasiado quiz¨¢s para Marine¡ª dentro de la corriente m¨¢s conservadora del partido.

Pero Philippot era tambi¨¦n el principal defensor del abandono del euro, una propuesta ampliamente rechazada por los franceses y cuya defensa en la campa?a puso en graves aprietos a Marine Le Pen. Tras el fracaso en las urnas, aument¨® el ruido de sables contra Philippot, que se hizo casi insoportable esta semana, durante la reuni¨®n del bur¨® pol¨ªtico para debatir el futuro de la formaci¨®n de ultraderecha.

Las m¨¢scaras cayeron el jueves. Tras dimitir, Philippot volvi¨® a acusar al partido de estar dando ¡°un paso atr¨¢s terrible, hacia un FN atrapado por sus viejos demonios¡±. Firme, Le Pen le replic¨® acus¨¢ndole de exagerar y hasta de difamar a su ya expartido.