El ¡®corbynismo¡¯ se prepara para gobernar Reino Unido
El ¨¦xito en las elecciones de junio y la debilidad de la primera ministra convierten al laborismo del l¨ªder izquierdista de corriente marginal en alternativa de gobierno
El convulso momento pol¨ªtico que vive Reino Unido se puede resumir en un sencillo ejercicio de comparaci¨®n entre el ambiente en el congreso laborista que concluye este mi¨¦rcoles en Brighton y el que tuvo lugar hace un a?o en Liverpool. Entonces, el movimiento popular de apoyo a Jeremy Corbyn reflexionaba sobre c¨®mo conquistar el partido; hoy, el corbynismo dise?a su estrategia para gobernar el pa¨ªs. Su ¨¦xito en las elecciones de junio y la consecuente p¨¦rdida de autoridad de May, atrapada en la guerra del Brexit de los tories, ha convertido inesperadamente al laborismo en un ¡°Gobierno a la espera¡±.
El a?o pasado, en Liverpool, el ambiente tirando a l¨²gubre en el congreso oficial contrastaba con la euforia que reinaba en el festival montado en paralelo por Momentum, la organizaci¨®n de base que sustenta el culto a Corbyn. Hoy, los dos eventos se retroalimentan y se complementan. Los ponentes circulan de uno a otro en la convicci¨®n de que ambos aparatos se necesitan y forman parte de un laborismo que muta, como le gusta decir a su l¨ªder, de partido a ¡°movimiento¡±. ¡°Join the party¡±, reza un enorme grafiti en la fachada de la vieja discoteca que acoge los debates de Momentum, jugando con la polisemia: ¡°?nete al partido¡± o ¡°¨²nete a la fiesta¡±, que cada uno elija lo que es el laborismo hoy.
¡°Somos un Gobierno a la espera¡±, resum¨ªa el lunes por la noche entre v¨ªtores Len McCluskey, poderoso l¨ªder sindical, ante un abarrotado auditorio. El a?o pasado, en Liverpool, Momentum impart¨ªa talleres sobre c¨®mo persuadir a los parroquianos en un pub de que Corbyn era una alternativa viable. El lunes por la noche, en Brighton, se debat¨ªan las estrategias para resistir la esperada embestida del establishment en los primeros cien d¨ªas de Corbyn en Downing Street, un escenario que ya nadie descarta.
¡°El partido trata ahora de responder a la pregunta de qu¨¦ pasar¨¢ cuando vengan a por nosotros¡±, aseguraba John McDonnell, portavoz de econom¨ªa en la oposici¨®n y fiel escudero del l¨ªder. Los planes en los que est¨¢ trabajando el laborismo, explic¨®, incluyen ¡°escenarios de juegos de guerra¡± ante un eventual ataque a la libra esterlina en los primeros d¨ªas de Gobierno de Corbyn. ¡°Lo que estamos haciendo es dise?ar manuales de implementaci¨®n sobre cada una de las promesas de nuestro programa electoral¡±, dijo. Se habla de establecer prioridades, de acometer el programa por fases.
Mucho ha llovido en la pol¨ªtica brit¨¢nica entre el congreso de Liverpool y el de Brighton. Theresa May qued¨® tocada y casi hundida en las elecciones que convoc¨® con la convicci¨®n de que reforzar¨ªa su mandato ante la debilidad de los laboristas. El Partido Conservador perdi¨® su mayor¨ªa absoluta y los laboristas cosecharon su mejor resultado en 16 a?os. ¡°Aquella elecci¨®n cambi¨® la pol¨ªtica en este pa¨ªs¡±, defend¨ªa Corbyn en una entrevista en The Guardian antes de viajar a Brighton. ¡°Ahora somos la corriente mayoritaria en la sociedad¡±.
Las ¨²ltimas encuestas dan la raz¨®n al veterano diputado. Si hoy se celebraran elecciones, seg¨²n una reciente encuesta de YouGov para The Times, los laboristas ganar¨ªan con un 42% del voto, un punto m¨¢s que los conservadores, y dos por encima del resultado de Corbyn en las elecciones de junio.
¡°Todo lo que ha sucedido en la pol¨ªtica brit¨¢nica en los ¨²ltimos tiempos se explica en dos palabras: Jeremy Corbyn¡±. La frase no la ha lanzado un euf¨®rico ponente desde un p¨²lpito de Brighton. La pronunci¨® hace un a?o, en conversaci¨®n con EL PA?S, Craig Oliver, exdirector de comunicaci¨®n de David Cameron. Se refer¨ªa, entre otras cosas, a la supuesta responsabilidad del l¨ªder laborista en la victoria del Brexit en el refer¨¦ndum. Pero la afirmaci¨®n adquiere hoy una renovada actualidad.
Theresa May no habr¨ªa adelantado las elecciones -?a qu¨¦ l¨ªder en su sano juicio se le ocurrir¨ªa hacerlo teniendo mayor¨ªa absoluta?- si no hubiera tenido enfrente a un contrincante que todos cre¨ªan esencialmente inelegible. Y tambi¨¦n hay quien defiende que Jeremy Corbyn, parad¨®jicamente, puede estar sirviendo de freno a una rebeli¨®n en el Partido Conservador. La historia de la formaci¨®n demuestra lo ins¨®lito que es que la primera ministra siga en su puesto, despu¨¦s del desastre electoral y en plena guerra abierta en su Gobierno sobre Europa. Pero el proverbial pragmatismo de los tories desaconseja hoy jugar con fuego. ¡°Ning¨²n tory rebelde querr¨ªa que pesara sobre ¨¦l la responsabilidad de haber entregado las llaves de Downing Street a Jeremy Corbyn¡±, explicaba en Brighton un diputado laborista.
La nueva situaci¨®n ha llevado al Partido Laborista a una relectura de su historia reciente. Ahora el corbynismo no es el resultado, como se critic¨® cuando se hizo con las riendas del partido hace dos a?os, de un irresponsable cambio en el procedimiento para elegir al l¨ªder del partido. Se trata de una corriente latente que ven¨ªa fragu¨¢ndose desde los ¨²ltimos a?os de Blair.
¡°Muchos miembros del partido hab¨ªan tolerado el blairismo porque era exitoso electoralmente. Pero cuando los resultados empezaron a hundirse, el proyecto perdi¨® su ¨²nico atributo¡±, escribe George Eaton, director pol¨ªtico de The New Statesman.
La guerra de Irak acab¨® con la legitimidad moral del Nuevo Laborismo y la gran crisis derrib¨® el ¨²ltimo pilar que los sustentaba: la credibilidad econ¨®mica. El ala izquierda del partido sali¨® ilesa porque no hab¨ªa dejado su huella en ninguno de los males sucedidos desde 1979.
Lo cierto es que el reciente ¨¦xito en las urnas, sumado a la destructiva guerra del Brexit en la que de nuevo se encuentran envueltos los tories, ha vuelto a colocar al Partido Laborista al alcance del poder. Los conservadores sufren para vender el capitalismo a una generaci¨®n sin capital, golpeada por la crisis, primero, y por las pol¨ªticas de austeridad y el Brexit despu¨¦s. Los problemas del laborismo siguen siendo grandes. Entre ellos, su incapacidad de consensuar una postura en el gran tema europeo. Pero al menos, como reclama estos d¨ªas en Brighton, la izquierda brit¨¢nica se ha ganado su derecho a ser tomada en serio.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.