El castigo de votar en Petare
La desinformaci¨®n incidi¨® en la inesperada derrota sufrida por la oposici¨®n en el Estado de Miranda, uno de sus bastiones electorales
A sus 21 a?os, Syndy Betancourt, madre de una peque?a hija,?deb¨ªa votar en el colegio San Lucas de El Llanito, una urbanizaci¨®n de clase media al este de Caracas, en Venezuela. Estaba contenta. Era la primera vez que iba a ejercer el derecho al sufragio en su vida. Pero el Consejo Nacional Electoral (CNE) decidi¨® reubicar repentinamente su centro de votaci¨®n en la unidad educativa Luis Correa, sector La Cruz, en el barrio de Petare. Esta zona tiene fama de brava, peligrosa y chavista. Era una ¨¢rea desconocida para ella, pero no se sinti¨® intimidada. Otros de los electores decidieron no aventurarse.
Para llegar hasta ah¨ª, Betancourt debi¨® escalar con su esposo, Roberto Abreu, una colina escarpada de calles estrechas y curvas imposibles. Un venezolano de clase media puede pasarse toda la vida sin entrar a un barrio humilde por una cruel estigmatizaci¨®n. Ah¨ª, piensan, viven los delincuentes, los malandros, aunque toda generalizaci¨®n jam¨¢s sea cierta. Que el CNE los obligara a trasladarse hacia las zonas chavistas luc¨ªa como un castigo.
Al caer la tarde del domingo?Betancourt a¨²n esperaba para votar. No sab¨ªa cu¨¢ndo podr¨ªa hacerlo. La m¨¢quina en la que le correspond¨ªa tildar su opci¨®n ten¨ªa un desperfecto imposible de solucionar, seg¨²n parec¨ªa. Durante todo el d¨ªa hab¨ªa ido y venido hasta tres veces entre su casa y el centro esperando una soluci¨®n que, como Godot, nunca llegaba. En las afueras del colegio electoral los responsables de campa?a de los candidatos de la oposici¨®n Carlos Ocariz y del oficialismo H¨¦ctor Rodr¨ªguez pon¨ªan m¨²sica a un volumen dif¨ªcil de soportar. Era una disputa para ver qui¨¦n consegu¨ªa producir el mayor ruido.
Cada vez que se celebra una elecci¨®n en Venezuela la oposici¨®n denuncia que participa en una contienda desigual. Algunas veces, dicen, los candidatos del chavismo se valen de los recursos del Estado para movilizar a sus votantes hacia los colegios electorales. En otras, utilizan la asistencia interesada que los testigos del r¨¦gimen prestan a los electores discapacitados para que voten por sus aspirantes. En esta ocasi¨®n, los electores tuvieron que enfrentar la reubicaci¨®n de 201 centros de votaci¨®n, de zonas donde la oposici¨®n es mayor¨ªa hacia ¨¢reas consideradas chavistas.
El r¨¦gimen descart¨® que esta decisi¨®n influyera en los resultados, pero vista la derrota sufrida por la oposici¨®n no faltar¨¢ quien se?ale que la desinformaci¨®n provocada por las reubicaciones, o las supuestas reubicaciones, pudieron haber influido en el resultado final. Algunos de esos colegios, como el que est¨¢ en la Universidad Metropolitana de Caracas, tampoco iban a abrir sus puertas. El jueves el CNE inform¨® a los electores que deb¨ªan llegar hasta el colegio Kennedy, tambi¨¦n en Petare.
Solo los electores entusiastas como Rafael Vera advirtieron el viernes que el organismo electoral hab¨ªa revertido su decisi¨®n. Cada dos horas ingresaba a la p¨¢gina web del CNE, porque ten¨ªa el presentimiento de que ciertas decisiones nunca son definitivas. Al final de la jornada electoral, Vera lamentaba la baja asistencia y la poca disposici¨®n de los votantes a superar los obst¨¢culos. Seguro que hoy est¨¢ lamentando la victoria del chavismo.
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