Xi Jinping anuncia el comienzo de una ¡°nueva era¡± comunista para China
El presidente chino inaugura el 19? Congreso del Partido Comunista con la promesa de continuar las reformas econ¨®micas
M¨¢s de lo mismo, pero m¨¢s todav¨ªa. El presidente chino, Xi Jinping, proclam¨® este mi¨¦rcoles ¡°una nueva era¡± para China y para su Partido Comunista. El objetivo: lograr que para 2050 su pa¨ªs sea una potencia l¨ªder, ¡°una gran naci¨®n socialista moderna¡±. Aunque ha dejado claro que las pol¨ªticas de sus pr¨®ximos cinco a?os de mandato ser¨¢n una continuaci¨®n de los primeros. Y que no habr¨¢ espacio para la divergencia ni la puesta en duda de la supremac¨ªa del Partido.
La ocasi¨®n era solemne. La inauguraci¨®n del 19 Congreso del Partido Comunista de China, el gran evento pol¨ªtico que nombrar¨¢ a los dirigentes del pa¨ªs para el pr¨®ximo lustro, con ¨¦l al frente. La ¨²nica ocasi¨®n cada cinco a?os en que el jefe de Estado analiza formalmente en p¨²blico la marcha del pa¨ªs y avanza cu¨¢les ser¨¢n las prioridades del futuro.
Xi quiso responder a las expectativas. Con el paso lento y solemne, enunciado preciso e impecablemente ataviado, quiso proyectar imagen de hombre de Estado. De l¨ªder mundial. Y mostrar su poder mediante un discurso-r¨ªo de tres horas y media, televisadas en directo y en las que los 2.300 delegados del Congreso, incluidos los notables del Partido, hubieron de dedicarle toda su atenci¨®n.
En ellas, el secretario general, jefe de Estado y presidente de la Comisi¨®n Militar Central desgran¨® las prioridades para los pr¨®ximos a?os, en catorce puntos agrupados en lo que ser¨¢ el nuevo mantra del r¨¦gimen: el ¡°Pensamiento sobre el Socialismo con Caracter¨ªsticas Chinas para una Nueva Era¡±. El pensamiento de Xi Jinping, que el Congreso del Partido incorporar¨¢ a la Constituci¨®n china durante su semana de reuni¨®n en el Gran Palacio del Pueblo de Pek¨ªn.
Seg¨²n estas directrices, la prioridad en el ¨¢mbito exterior ser¨¢ confirmar a China como una nueva gran potencia y situarla ¡°orgullosamente entre las naciones¡±, con la visi¨®n de ¡°un futuro compartido para la humanidad¡± pero tambi¨¦n un Ej¨¦rcito poderoso.
Y en el terreno interno, desarrollar la econom¨ªa y la calidad de vida y proteger el medioambiente. Y vigilar la seguridad nacional.
Entre las medidas a adoptar en los pr¨®ximos a?os: reducir los desequilibrios. Continuar¨¢n las reformas econ¨®micas, desde la divisa china hasta medidas sobre los rampantes precios de la vivienda. Reformas, eso s¨ª, ¡°ma non troppo¡±: aunque defendi¨® la igualdad de trato a todas las empresas presentes en China -un gesto de las empresas extranjeras, que denuncian el proteccionismo de Pek¨ªn-, el Estado mantendr¨¢ un importante papel. La lucha contra la corrupci¨®n va a continuar.
El ¨¦xito, y el logro de lo que ha venido definiendo como ¡°el sue?o chino del gran rejuvenecimiento de la naci¨®n¡± no ser¨¢ f¨¢cil: ¡°har¨¢ falta m¨¢s que tocar los tambores y hacer sonar los platillos para alcanzarlo¡±.
Piensa hacerlo manteniendo las mismas pol¨ªticas que ha emprendido hasta ahora. Al fin y al cabo, ha venido a decir, para qu¨¦ cambiar. China hoy d¨ªa representa el 30 % del PIB mundial. Ha venido creciendo cerca del 7% anual. 60 millones de personas han salido de la pobreza. La reforma del ej¨¦rcito ha sido un ¨¦xito. ¡°Hemos resuelto problemas que nunca antes nadie consigui¨® solucionar¡±, declar¨® en el cavernoso sal¨®n principal del Gran Palacio del Pueblo de Pek¨ªn, decorado para la ocasi¨®n con enormes banderas rojas y, en lugar prominente, la hoz y el martillo.
Como todas las medidas han dado tan buen resultado, no habr¨¢ tolerancia para las desviaciones. El Partido Comunista de China, a punto de superar al ruso como el m¨¢s longevo entre los marxistas en el poder, no va a seguir el camino de otros que -como el ruso- abandonaron la ortodoxia y acabaron defenestrados. ¡°No debemos copiar mec¨¢nicamente los sistemas pol¨ªticos de otros pa¨ªses¡±, advirti¨®.
?Desde 2012, la mano dura contra cualquier atisbo de disidencia en China no ha hecho sino apretarse cada vez m¨¢s, hasta el punto que las organizaciones de derechos humanos han descrito el control sobre la sociedad civil como el m¨¢s duro en d¨¦cadas. Los medios han recibido ¨®rdenes de adherirse estrictamente a las directrices del partido, internet est¨¢ r¨ªgidamente censurado; activistas, l¨ªderes religiosos y defensores de los derechos humanos han dado con sus huesos en la c¨¢rcel. En la provincia de Xinjiang, de mayor¨ªa de poblaci¨®n uighur musulmana, se han desplegado decenas de miles de efectivos extras de las fuerzas de seguridad con el argumento de impedir la violencia de grupos extremistas isl¨¢micos. Esa actitud no va a relajarse.
La religi¨®n, insisti¨®, debe ¡°tener una orientaci¨®n china¡±. La direcci¨®n de la cultura, ¡°determinada por la ideolog¨ªa¡±. Los escritores y artistas, producir obras que estimulen el intelecto pero que exalten ¡°nuestro partido, nuestro pa¨ªs, nuestra gente y nuestros h¨¦roes¡±.
El r¨¦gimen, prometi¨®, no tendr¨¢ compasi¨®n hacia aquellos que intenten bien sabotear el liderazgo del partido, fomentar el extremismo religioso o el separatismo: una clara advertencia a Taiw¨¢n, la isla que China considera parte de su territorio y donde la presidenta Tsai Ing-wen mantiene posturas opuestas a Pek¨ªn.
Tambi¨¦n es un mensaje a Hong Kong, donde los llamamientos en favor de una mayor democracia han sido recibidos con un estrangulamiento cada vez mayor de las libertades; la retirada del acta de diputado a legisladores poco afines a Pek¨ªn e incluso la c¨¢rcel para Joshua Wong y otros j¨®venes l¨ªderes pol¨ªticos que organizaron las masivas manifestaciones de protesta de 2014. ¡°Hay que estar en contra de todo lo que perjudica los derechos del pueblo, en contra de todos los que quieren separarse de China¡±, manifest¨®.
?El Congreso, seg¨²n anunci¨® su portavoz el martes, concluir¨¢ el pr¨®ximo d¨ªa 24. Al d¨ªa siguiente se dar¨¢ a conocer qui¨¦nes ocupar¨¢n las cinco vacantes que se abren en el Comit¨¦ Permanente, el ¨®rgano superior del Partido; los once asientos que quedar¨¢n libres en el Politbur¨®, el segundo nivel de mando, y el centenar en el Comit¨¦ Central. Muchos huecos, pero una seguridad: al frente de todo estar¨¢ Xi Jinping.
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