Moreno y Correa se enfrentan por el control de su partido

Una facci¨®n de Alianza Pa¨ªs (AP) nombr¨® a Ricardo Pati?o, un exministro de Rafael Correa, como nuevo presidente del partido y este anunci¨® que el exmandatario regresar¨¢ para recuperar la postura ideol¨®gica perdida. Correa se apart¨® en julio de la primera l¨ªnea pol¨ªtica, pero ha seguido vigilando y presionando a sus militantes afines v¨ªa online. Desde B¨¦lgica ha respaldado la desautorizaci¨®n a Moreno de 22 de los 35 miembros de la directiva y la designaci¨®n de Pati?o como su palad¨ªn, hasta que ¨¦l regrese. La otra facci¨®n de AP, como reacci¨®n, sali¨® p¨²blicamente a negar la destituci¨®n de Moreno e invit¨® a apartarse de la formaci¨®n a quienes no se sientan identificados con la nueva tendencia del Gobierno.

Esa ruptura, tambi¨¦n evidenciada en las intervenciones p¨²blicas, ha generado una ola de posicionamientos entre los rostros clave del partido y del Gobierno. Jos¨¦ Serrano, presidente del Parlamento y experto en camuflarse hasta ahora en la indefinici¨®n, rechaz¨® la decisi¨®n de la c¨²pula del partido por ser ¡°arbitraria, inconstitucional e ilegal¡±. Seg¨²n dijo, no se ha seguido con lo estipulado en los estatutos del partido: ¡°Se ha violentado por una minor¨ªa, no s¨¦ a qu¨¦ intereses responden¡±.

En cambio, Fernando Alvarado, el exsecretario de Comunicaci¨®n que protagoniz¨® el hostigamiento a los medios de comunicaci¨®n durante la gesti¨®n de Correa, celebr¨® la decisi¨®n, aunque dijo que llegaba tarde: ¡°El 22 de septiembre me pronunci¨¦ sobre la necesaria expulsi¨®n de Len¨ªn Moreno por incoherencia con los principios de AP. Hoy aplaudo esta valiente decisi¨®n¡±.

Ninguna de las dos facciones quiere renunciar al poder de una marca de partido que ha sido validada en las ¨²ltimas cuatro elecciones presidenciales y que lleva gobernando desde 2007. As¨ª, el resquebrajamiento no ha dejado de crecer a medida que corre¨ªstas y morenistas buscaban apoyos entre dirigentes y militantes del partido desde que apareci¨® la primera grieta. El momento clave coincidi¨® con la orden de Moreno de despojar de funciones al vicepresidente Jorge Glas por su implicaci¨®n en casos de corrupci¨®n.

Pero la facci¨®n de AP que a¨²n es fiel a Correa rechaza la consulta popular que promueve Moreno porque, seg¨²n defiende, eliminar la reelecci¨®n indefinida supone un retroceso inconstitucional de derechos. Este grupo cuenta con al menos 20 asamble¨ªstas, aunque, amparados en el silencio de algunos parlamentarios, aseguran ser la corriente mayoritaria. Los dos vicepresidentes del Parlamento, Carlos Bergmann y Viviana Bonilla, muy cercanos a Correa durante su mandato, son dos de los que a¨²n no se han posicionado.

Contagio en la militancia

La militancia se ha ido contagiando poco a poco de la pugna nacional y esta semana ha estallado la crispaci¨®n. Las directivas regionales no se renovaron hace un a?o para poder centrarse en el a?o electoral, pero la bicefalia en el partido est¨¢ forzando una nueva selecci¨®n. Seg¨²n la vicepresidenta encargada, Mar¨ªa Alejandra Vicu?a, 26 de 30 dirigentes provinciales han mostrado un ¡°irrestricto¡± apoyo a Moreno y su gesti¨®n.

Las discusiones entre la militancia regional se hab¨ªan centrado en el apoyo o no a la consulta convocada por el presidente, pero la causa se ha estirado hacia el aval a Moreno. En cuatro de las cinco provincias que acumulan m¨¢s del 60% de los votantes, los altos mandos del partido est¨¢n divididos. En Guayas, Pichincha, Manab¨ª, Azuay y Los R¨ªos, cuando no es el n¨²mero uno el que apoya al presidente mientras que el n¨²mero dos rechaza la consulta, es al rev¨¦s. Por eso, exigen acelerar el proceso de renovaci¨®n de los mandos del partido para saber qui¨¦n se quedar¨¢ con la bandera de PA?S para poder ondearla en las elecciones regionales de 2019.