Otros casos sospechosos de injerencia rusa en la UE

Los indicios de intentos de interferencia pol¨ªtica y social en democracias occidentales procedentes de la ¨®rbita rusa afloran con creciente nitidez en varios pa¨ªses. En Estados Unidos, un fiscal especial investiga desde hace meses el asunto y los titanes de Silicon Valley han reconocido que decenas de millones de ciudadanos estadounidenses han sido expuestos a intentos, vinculados con actores rusos, de fomentar la discordia y la polarizaci¨®n social. En la Uni¨®n Europea, el debate sobre la propagaci¨®n de bulos favorables al independentismo catal¨¢n es el ¨²ltimo episodio de una larga serie de incidentes en m¨²ltiples pa¨ªses. Estos, en distintas formas, parecen intentar una desestabilizaci¨®n de las democracias liberales. Los intentos incluyen la publicaci¨®n (y potente propagaci¨®n en redes) de noticias falsas; el robo de datos inform¨¢ticos sensibles; ciberataques; apoyo/financiaci¨®n de movimientos radicales.

La casu¨ªstica es amplia; el grado de corroboraci¨®n de la autor¨ªa rus¨®fila en algunos casos es avanzado, en otros menos; el impacto real es a veces notable, otras menor o incluso intangible; la vinculaci¨®n entre las acciones y el Kremlin es a menudo l¨®gica, intuitiva, pero con frecuencia dif¨ªcil de demostrar. Pero es evidente que hay una estrategia de desestabilizaci¨®n en marcha y los pol¨ªticos occidentales est¨¢n elevando su grado de alerta al respecto. A continuaci¨®n, una recopilaci¨®n de episodios ocurridos en la UE anterior al caso catal¨¢n.

Alemania

En Alemania, los esfuerzos de Mosc¨² por influir en la vida pol¨ªtica y por moldear la opini¨®n p¨²blica a favor de las tesis de la ultraderecha preocupan a las autoridades hace a?os. Uno de los momentos cr¨ªticos tuvo lugar en 2015, cuando hackers rusos robaron informaci¨®n de los ordenadores de diputados y personal del Parlamento que podr¨ªa salir a la luz en cualquier momento.

El llamado caso Lisa supuso, sin embargo, un punto de inflexi¨®n que evidenci¨® hasta qu¨¦ punto puede causar estragos la intoxicaci¨®n pol¨ªticamente motivada. A principios del a?o pasado, una ni?a ruso-alemana se escap¨® durante un d¨ªa de su casa de Berl¨ªn y al d¨ªa siguiente corri¨® el bulo de que hab¨ªa sido violada por tres refugiados de Oriente Pr¨®ximo. A pesar de que la chica reconoci¨® enseguida que el relato no era cierto, la falsa noticia se propag¨® con intensidad a trav¨¦s de medios estatales rusos, acusando al Gobierno alem¨¢n de encubrir el caso para justificar su pol¨ªtica de puertas abiertas de refugiados. El propio ministro de Exteriores ruso, Sergei Lavrov, dud¨® en conferencia de prensa de la versi¨®n oficial alemana y en Alemania se dispararon las protestas antiinmigraci¨®n sobre todo por parte de miembros de la comunidad rusa.

En diciembre pasado, el servicio de inteligencia interno alem¨¢n alert¨® de un aumento alarmante de la propaganda rusa, de campa?as de desinformaci¨®n y de ciberataques a partidos.

Estos antecedentes, as¨ª como la injerencia en las elecciones estadounidenses, despertaron el miedo a que desde Mosc¨² se intentara influir en las elecciones generales del pasado septiembre. No se ha demostrado que se produjera una injerencia masiva, aunque distintos estudios s¨ª indican que hubo mensajes automatizados procedentes de c¨ªrculos favorables a Putin, que trataron de favorecer a los xen¨®fobos de Alternativa por Alemania (Afd). Es la primera vez que la ultraderecha alemana llega al Parlamento desde la Segunda Guerra Mundial. Un estudio de la universidad de Oxford concluye, sin embargo, que en la campa?a alemana el uso de mensajes automatizados fue menor que en otras citas electorales en el extranjero. ANA CARBAJOSA /BERL?N

Reino Unido

La evidencia creciente de que las agencias de inteligencia rusas han tratado de interferir en procesos democr¨¢ticos en Reino Unido ha llevado a un comit¨¦ del Parlamento a abrir una investigaci¨®n, en la que se llamar¨¢ a comparecer a representantes de Twitter y de Facebook. ¡°Tengo un mensaje sencillo para Rusia¡±, dijo esta semana la primera ministra, Theresa May. ¡°Sabemos lo que est¨¢n haciendo. Y no van a tener ¨¦xito¡±

Un alto cargo de la ciberdefensa brit¨¢nica acus¨® a Rusia de haber atacado mediante hackers los sectores de medios, telecomunicaciones y energ¨ªa brit¨¢nicos, incluido un intento de infiltraci¨®n en la red energ¨¦tica nacional en las elecciones de junio. En la campa?a del refer¨¦ndum del Brexit, en 2016, intervinieron m¨¢s de 400 cuentas de Twitter falsas gestionadas desde San Petersburgo, seg¨²n investigadores de la universidad de Edimburgo. Tambi¨¦n, seg¨²n public¨® The Guardian, cuentas vinculadas al Kremlin trataron de promover la islamofobia tras el atentado terrorista en Westminster en marzo.

La sombra de la injerencia rusa pesa tambi¨¦n sobre la financiaci¨®n de la campa?a del Brexit. El magnate Arron Banks, principal donante del populista y antieuropeo UKIP, cuya aportaci¨®n a la campa?as pro Brexit constituye la mayor donaci¨®n de la historia pol¨ªtica brit¨¢nica, est¨¢ siendo investigado por la Comisi¨®n Electoral para determinar si sus compa?¨ªas fueron la fuente real o ¡°actuaron como agentes¡± de otras. Banks se ha jactado de haberse reunido con el embajador ruso, pero niega que el dinero procediera de ese pa¨ªs. PABLO GUIM?N /LONDRES

Francia

Desde la financiaci¨®n de la ultraderecha hasta el robo de correos electr¨®nicos, el temor a que la injerencia de Rusia desestabilizase el proceso democr¨¢tico domin¨® la ¨²ltima campa?a presidencial en Francia la pasada primavera. Fue un temor infundado: los candidatos m¨¢s afines a Mosc¨² ¡ªcon el Frente Nacional (FN) de Marine Le Pen a la cabeza¡ª fracasaron, y gan¨® el aspirante m¨¢s europe¨ªsta y liberal, Emmanuel Macron.

La discusi¨®n sobre la interferencia extranjera comenz¨® antes. En 2014 el FN, con dificultades para acceder a fuentes de financiaci¨®n en Francia, obtuvo un pr¨¦stamo de nueve millones de euros de un banco ruso. Ya en febrero de 2017, a dos meses de la primera vuelta de las presidenciales, el partido de Macron, En marcha! denunci¨® que los medios estatales rusos Russia Today (RT) y Sputnik difund¨ªan noticias falsas para da?ar a su candidato. M¨¢s tarde la campa?a de Macron retir¨® la acreditaci¨®n a los periodistas de estos medios, a los que acus¨® de Macron de ¡°no comportarse como ¨®rganos de prensa y periodistas, sino como ¨®rganos de influencia, de propaganda y de propaganda mentirosa¡±.

El colof¨®n en los intentos de interferencia fue la difusi¨®n el 5 de mayo, dos d¨ªas antes de la segunda vuelta entre Macron y Le Pen, de correos electr¨®nicos internos de En marche! Posteriormente Wikileaks public¨® miles de estos correos. No hay pruebas concluyentes de que el pirateo fuera de origen ruso. MARC BASSETS /PAR?S.

Holanda

La ministra holandesa deL Interior, Kasja Ollongren, ha advertido al Parlamento del triple intento de influencia en la opini¨®n p¨²blica por parte de los servicios secretos rusos detectado hasta la fecha. Primero, un sitio de web aparentemente patrocinado por el Gobierno holand¨¦s, pero que difund¨ªa falsa informaci¨®n sobre las causas de la cat¨¢strofe del vuelo MH17, abatido por un misil ruso cuando sobrevolaba el este de Ucrania en julio de 2014. Sus 298 ocupantes murieron. Tambi¨¦n se ha constatado la presencia de ¡°miembros de los servicios secretos rusos en suelo holand¨¦s para diseminar informaci¨®n que es solo posverdad¡±, y ¡°ataques cibern¨¦ticos contra empresas nacionales¡±. El pasado marzo, el recuento de votos de las legislativas holandesas fue manual para evitar a los hackers rusos. Ampar¨¢ndose en la seguridad nacional, la ministra ha declinado explicar qu¨¦ medidas va a adoptar. El Parlamento reclama mayor transparencia. ISABEL FERRER /LA HAYA.

Estonia

Han pasado ya diez a?os desde que Estonia sufri¨® su primer ¨Cy casi ¨²ltimo- gran ciberataque con sello ruso. Todo empez¨® por la decisi¨®n de las autoridades estonias de trasladar un monumento dedicado a los soldados sovi¨¦ticos que lucharon contra los nazis del centro de Tallin a las afueras. Bancos, particulares, empresas, medios de comunicaci¨®n y la Administraci¨®n sufrieron ciberataques sin precedentes que provocaron dos noches de disturbios callejeros en la ciudad. Los cajeros no funcionaban y los periodistas no pod¨ªan hacer llegar las noticias, entre otros inconvenientes como saturaci¨®n de servidores y una inundaci¨®n masiva de correos basura (spam). El pa¨ªs se bloque¨®. Pero tambi¨¦n escarment¨®.

El peque?o pa¨ªs de poco m¨¢s de un mill¨®n de habitantes se convirti¨® en la naci¨®n europea m¨¢s preparada ¨Cy la quinta del mundo- para afrontar esta amenaza, seg¨²n el ?ndice Global de Ciberseguridad (GCI) de 2017 por detr¨¢s de Singapur, EE UU, Malasia y Om¨¢n.

En 2008, un a?o despu¨¦s del descomunal ciberataque, la OTAN inaugur¨® en Tallin el Centro de Excelencia de Defensa a Ciberataques con presencia de 17 miembros de la Alianza, entre ellos ingenieros y militares espa?oles. El pa¨ªs b¨¢ltico se ha convertido en la panacea de la ciberseguridad en la UE frente a Rusia. BEL?N DOM?NGUEZ CEBRI?N

Dinamarca

El Gobierno dan¨¦s confirm¨® esta primavera que hackers rusos hab¨ªan pirateado el sistema de Defensa durante dos a?os. ¡°Rusia ha pirateado la defensa danesa y obtuvo acceso a los correos electr¨®nicos de los empleados en 2015 y 2016¡±, dijo el ministro de Defensa de Dinamarca al peri¨®dico Berlingske, seg¨²n Reuters. Dinamarca fue tambi¨¦n uno de los pa¨ªses m¨¢s afectados por el ¨²ltimo ataque en junio pasado conocido como Petya y que, en este caso, se lanz¨® supuestamente desde Corea del Norte. Su infraestructura portuaria, con la naviera Maerks al frente, estuvo bajo ataque durante semanas. B. D. C.

Europa del Este

En octubre de 2016, un informe estadounidense citado por Reuters afirmaba que ¡°Mosc¨² hab¨ªa captado a pol¨ªticos afines, se hab¨ªa esforzado por dominar los mercados energ¨¦ticos y otros sectores econ¨®micos, y socav¨® las medidas anticorrupci¨®n en un intento por ganar influencia sobre los gobiernos en Bulgaria, Hungr¨ªa, Serbia, Eslovaquia y Letonia¡±. Seg¨²n el think tank checo Kremlin Watch, los rusos orbitan para influenciar a partidos pol¨ªticos de la extrema derecha como Jobbik en Hungr¨ªa y el Marian Kotleba en Eslovaquia, as¨ª como UKIP (Reino Unido), Afd (Alemania) y FN (Francia). El mismo estudio destaca la injerencia de Rusia en Rep¨²blica Checa a trav¨¦s de la petrolera Lukoil. B.D.C.