Un tsunami gratificante
A mayor ¨ªndice de desarrollo democr¨¢tico, m¨¢s solidez y eficiencia en el sistema de impartici¨®n de justicia
Desde hace unos a?os se percibe la presencia de una gigantesca ola de dimensiones nunca antes vistas, que se desplaza a toda velocidad por Am¨¦rica Latina. Se trata de un tsunami pol¨ªtico de gran energ¨ªa y tama?o que remueve a las sociedades hemisf¨¦ricas ocasionando saludables terremotos renovadores de esperanza al destruir lo podrido en nuestro dolorido continente. Me explico.
A finales de julio de 2016, el entonces presidente de Guatemala, Otto P¨¦rez Molina, present¨® su renuncia ante el Congreso acusado de dirigir una estructura criminal que saque¨® el Estado entre 2012 y 2015, adem¨¢s de otros cargos, como asociaci¨®n il¨ªcita, cohecho pasivo, lavado de dinero y defraudaci¨®n aduanera. P¨¦rez Molina ingres¨® en una prisi¨®n federal para cumplir su respectiva condena.
Ning¨²n pol¨ªtico corrupto puede entender el patrimonio nacional como un bot¨ªn
El expresidente Alberto Fujimori se encuentra encarcelado cumpliendo una pena de 25 a?os, acusado de delitos como asesinato con alevos¨ªa, secuestro agravado y lesiones graves tras haber sido hallado culpable de las matanzas de Barrios Altos, en 1991. ?M¨¢s de la profilaxis pol¨ªtica en Per¨²? El expresidente Ollanta Humala est¨¢ en prisi¨®n preventiva junto con su esposa, Nadine Heredia, por supuestamente haber recibido sobornos de la empresa Odebrecht, que corrompi¨® a diversos presidentes latinoamericanos, secretarios de Estado y directores de empresas petroleras. Hoy se encuentra encarcelado en la misma prisi¨®n que Fujimori. En el mismo orden de ideas se encuentra el expresidente Alejandro Toledo, sobre quien pesa una orden de prisi¨®n preventiva acusado de haber recibido 20 millones de d¨®lares en sobornos de la misma constructora Odebrecht. Actualmente, Toledo se encuentra escondido en Estados Unidos, en condici¨®n de pr¨®fugo de la justicia, a la espera de que se resuelva el proceso de extradici¨®n. ?Viva Per¨², viva mil veces!
En Brasil, el expresidente Luiz In¨¢cio Lula da Silva fue condenado a nueve a?os y medio de prisi¨®n por corrupci¨®n pasiva y lavado de dinero. Fue hallado culpable de haber aceptado sobornos de la empresa constructora OAS por m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares, todo un esc¨¢ndalo desatado en torno a la compa?¨ªa petrolera estatal Petrobras, vinculada tambi¨¦n a Odebrecht. El actual presidente de Brasil, Michele Temer, tambi¨¦n enfrenta severos cargos de corrupci¨®n pasiva que en su momento podr¨ªan conducirlo a la c¨¢rcel.
La expresidenta de Argentina Cristina Fern¨¢ndez de Kirchner se encuentra acusada de asociaci¨®n il¨ªcita, lavado de dinero, manipulaci¨®n de las tasas de cambio de d¨®lares y de negociaciones incompatibles. Hoy en d¨ªa est¨¢ fuera del alcance de la justicia al haber sido electa senadora en su pa¨ªs, con lo cual podr¨¢ gozar de fuero jur¨ªdico, siempre y cuando el propio Senado de la Rep¨²blica no la prive de ese derecho y sea encarcelada.
Mauricio Funes, expresidente de El Salvador, es asilado pol¨ªtico en Nicaragua y se encuentra acusado en su pa¨ªs por enriquecimiento il¨ªcito. Funes, para todo efecto, tambi¨¦n se considera pr¨®fugo de la justicia, como Alejandro Toledo, de Per¨², y Ricardo Martinelli, expresidente de Panam¨¢, a la espera de que se decida su extradici¨®n desde Miami con cargos de espionaje a sus enemigos pol¨ªticos. Miguel ?ngel Rodr¨ªguez, expresidente de Costa Rica y ex secretario general de la OEA, es el segundo exmandatario en la historia de ese pa¨ªs condenado a prisi¨®n por corrupci¨®n. El expresidente salvadore?o El¨ªas Antonio Saca, quien gobern¨® de 2004 a 2009, purga una condena acusado por distintos esc¨¢ndalos de malversaci¨®n de fondos p¨²blicos que implican la existencia de 11 delitos. Es el primer jefe de Estado condenado a prisi¨®n en El Salvador.
A mayor ¨ªndice de desarrollo democr¨¢tico, m¨¢s solidez y eficiencia en el sistema de impartici¨®n de justicia y m¨¢s consolidaci¨®n del Estado de derecho, la base y el origen de la prosperidad de las naciones. El tsunami pol¨ªtico y jur¨ªdico originado afortunadamente en el hemisferio constituye, sin duda alguna, un gratificante ba?o de esperanza fundado en el respeto del ahorro p¨²blico y en la aplicaci¨®n indiscriminada de la ley que supone la igualdad entre todos los ciudadanos. Ning¨²n pol¨ªtico corrupto de la jerarqu¨ªa que se desee puede entender el patrimonio nacional como un bot¨ªn, de ah¨ª que este estimulante terremoto nos llene de esperanza en el futuro y en el exitoso porvenir de Am¨¦rica Latina.
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