Miedo al miedo
Los pol¨ªticos ultramontanos no pierden la ocasi¨®n de lucrarse con el temor del electorado
Cuando Franklin D. Roosevelt declar¨® que ¡°lo ¨²nico a lo que debemos temer es al propio miedo¡±, no faltaron los cr¨ªticos que saltaron a la arena pol¨ªtica para aclarar que dicha sentencia no era una conclusi¨®n pol¨ªtica original del jefe de la Casa Blanca, sino que correspond¨ªa a Epicteto, el fil¨®sofo romano del a?o 50 d. C., quien, en su momento hizo constar con la debida claridad: ¡°No hay que tener miedo de la pobreza ni del destierro, ni de la c¨¢rcel ni de la muerte, de lo que hay que tener miedo es del propio miedo¡±. Como mi objetivo al redactar estas breves l¨ªneas no es analizar la autenticidad de la muy afortunada expresi¨®n, paso por alto la validez de la autor¨ªa y me ubico en pleno siglo XXI para adentrarme en los perjuicios que puede ocasionar la presencia del miedo o de la ira o la justificada frustraci¨®n en las estructuras democr¨¢ticas y liberales de nuestro tiempo.
Cuando Estados Unidos deton¨® las bombas at¨®micas en Hiroshima y Nagasaki, el miedo generacional ante la aparici¨®n de un artefacto nuclear que pod¨ªa acabar con la humanidad en cualquier momento produjo, entre otras razones, el resurgimiento del existencialismo del siglo XIX, solo que modernizado en raz¨®n de la condici¨®n humana, la libertad, la responsabilidad individual, las emociones y, finalmente, el significado de la vida. Una versi¨®n simplista adoptada por la juventud consisti¨® en ¡°haga el amor, no la guerra¡±. Se trataba de una invitaci¨®n originada en el miedo a existir, rompiendo viejos prejuicios. A?os despu¨¦s surgieron los hippies, se dispar¨® el consumo de la marihuana y se alteraron de golpe diversos patrones sociales, morales y ¨¦ticos. ?Qu¨¦ decir cuando se patent¨® la p¨ªldora anticonceptiva que equipar¨® sexualmente a hombres y a mujeres, ya que ambos pudieron a partir de entonces disfrutar los placeres carnales sin consecuencia alguna en igualdad de circunstancias?
Las emociones y no las razones pueden definir las elecciones presidenciales en M¨¦xico en el 2018
Hoy en d¨ªa, el miedo a la inmigraci¨®n ha causado m¨¢s da?os que la inmigraci¨®n misma. ?Ejemplos? Ha empezado a encumbrar, como en Alemania, a grupos de extrema derecha, neonazis, sea dicho sin eufemismos, en el Parlamento, en el Reichstag. ?M¨¢s? Una de las razones del acceso de Donald Trump a la presidencia se encuentra tambi¨¦n en su pol¨ªtica antinmigrante perpetrada injustamente en contra de los mexicanos, a quienes llam¨® ¡°violadores, asesinos y ladrones de empleos¡±, en instancias precisas cuando el flujo legal e ilegal de mexicanos hacia el norte se hab¨ªa desplomado.
Cuando Trump cre¨® el miedo, gan¨® votos, votos sostenidos, adem¨¢s, en las mentiras. Es cierto que los fundamentalismos virulentos de extracci¨®n isl¨¢mica violenta han causado severos da?os en diversos pa¨ªses. Sin embargo, esta realidad ha sido capitalizada exitosamente en las urnas por diversos populismos de corte ultra reaccionario. Por supuesto que los musulmanes fan¨¢ticos atentan en contra de las democracias occidentales, basta con analizar el Brexit para probar lo anterior. Sin embargo, los pol¨ªticos ultramontanos no pierden la ocasi¨®n de lucrarse con el temor del electorado para sumar adeptos a su causa suicida, seg¨²n consta en la historia.
Los pueblos irritados, desesperanzados y hartos buscan una seguridad sin detenerse a reflexionar si esta responde a una ilusi¨®n o a una verdad. ¡°Queremos promesas, no realidades". Llegan a creer falsamente en las promesas nacionalistas o en las tesis proteccionistas cuando ¨¦stas han demostrado hasta la saciedad su ineficiencia para resolver las problem¨¢ticas sociales y econ¨®micas. El canto de las sirenas sigue vigente y resulta imposible taponar con cera los o¨ªdos de los electores para evitar una nueva cat¨¢strofe, dado que tanto el diagn¨®stico como las terapias curativas est¨¢n equivocadas. ?Por qu¨¦ raz¨®n Trump acusa a los mexicanos de robar fuentes de empleo a los estadounidenses, en lugar de pensar en los acelerados procesos de robotizaci¨®n existentes en el sector industrial de su pa¨ªs?
Las emociones y no las razones pueden definir las elecciones presidenciales en M¨¦xico en el 2018. El voto visceral, hep¨¢tico, el producto de la frustraci¨®n, puede facilitar el triunfo pol¨ªtico de un candidato populista, demagogo e ignorante como L¨®pez Obrador, de modo que no solo debemos tener miedo del miedo, sino miedo al voto irracional el que no resiste el menor an¨¢lisis.
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