Pol¨¦mica en B¨¦lgica por la eutanasia que una paciente no pidi¨®
Dimite un miembro de la Comisi¨®n belga que controla la eutanasia por la decisi¨®n de no llevar a los tribunales a un m¨¦dico que se salt¨® el protocolo
B¨¦lgica convive con la eutanasia con normalidad desde hace 16 a?os. Su n¨²mero ha crecido exponencialmente de las 234 de 2003 a las m¨¢s de 2.200 personas que decidieron poner fin a su vida con ayuda m¨¦dica el pasado a?o, en torno a un 10% m¨¢s que en 2016, y la cifra m¨¢s alta nunca antes registrada. Pero la pol¨¦mica alrededor de una muerte ha venido a enturbiar esa pac¨ªfica aceptaci¨®n de un sistema todav¨ªa minoritario globalmente: menos de una decena de pa¨ªses de todo el mundo han legalizado esta pr¨¢ctica, que permite a los pacientes esquivar los sufrimientos previos a la muerte en su casa o en un hospital, bien a trav¨¦s de una inyecci¨®n o ingiriendo un c¨®ctel de barbit¨²ricos.
El controvertido episodio se produjo meses atr¨¢s, aunque solo se ha hecho p¨²blico tras la dimisi¨®n de uno de los miembros de la Comisi¨®n de Control de la Eutanasia belga, adelantada por el diario flamenco De Standaard. Un m¨¦dico administr¨® una dosis letal a una paciente terminal afectada de p¨¢rkinson y demencia, aquejada de graves dolores, sin que esta hubiera solicitado previamente la eutanasia. Adem¨¢s, tampoco pidi¨® la opini¨®n de un segundo doctor, como exige la ley. Ambas infracciones hicieron saltar las alarmas de la comisi¨®n que vigila su correcta aplicaci¨®n. Y como marcan las normas del organismo, sus miembros votaron si deb¨ªan trasladar la cuesti¨®n a los tribunales para que investiguen los hechos. Al no alcanzarse por un solo voto la mayor¨ªa de dos tercios necesaria para pedir que la justicia tome cartas en el asunto, el caso se ha dado por cerrado.
La decisi¨®n de dar carpetazo al proceso judicial ha desatado reacciones virulentas. Uno de los miembros de la entidad ha renunciado al cargo dando un portazo. "La comisi¨®n no cumple su papel. Se erige en juez. No vela por la aplicaci¨®n de la ley de eutanasia, la viola", ha denunciado. Entre sus antiguos compa?eros, algunos justifican la acci¨®n al se?alar que no se puede calificar lo sucedido de eutanasia, sino que debe hablarse de "sedaci¨®n terminal", para lo cual no es necesario consentimiento alguno. Otro de ellos, en un argumento de digesti¨®n m¨¢s compleja, defiende al m¨¦dico afirmando que se trata de una "interrupci¨®n voluntaria de la vida sin petici¨®n del paciente".
El debate ha llevado a personalidades del mundo acad¨¦mico a posicionarse. "Un peque?o grupo de m¨¦dicos fan¨¢ticos ha secuestrado el mundo m¨¦dico e informa de forma incompleta a las autoridades", critic¨® en las p¨¢ginas del mismo diario Willem Lemmens, profesor de filosof¨ªa de la Universidad de Amberes.
Consultado por EL PA?S, un antiguo miembro de la Comisi¨®n de Control de la Eutanasia que prefiere permanecer en el anonimato, estima que el m¨¦dico hizo lo correcto. "Se trata de un caso complicado, como por desgracia lo son muchos. Imagina una persona de avanzada edad, al final de una enfermedad cr¨®nica degenerativa, en fallo vital desde hace varios d¨ªas. Inconsciente. Respirando con dificultad. Sudando, con su coraz¨®n latiendo muy r¨¢pido, luchando por respirar y ahog¨¢ndose en sus secreciones. Todos los testigos, tanto sanitarios como familiares, ven que su final est¨¢ pr¨®ximo. No ha habido petici¨®n de eutanasia, y la persona no puede comunicarse para ser preguntada si quiere que se le aplique. ?Qu¨¦ hacer? La respuesta es evidente: se deben administrar los medicamentos adecuados para aliviar su sufrimiento".
Un m¨¦dico que lleva a?os realizando eutanasias en B¨¦lgica tiene claro que har¨ªa si se viera en la misma situaci¨®n que su colega: "No tengo ninguna duda. Habr¨ªa practicado una sedaci¨®n usando dormicum y morfina. Y habr¨ªa asumido sin reparos que la intenci¨®n es aliviar a la persona agonizante sabiendo que precipito su muerte". Desde su legalizaci¨®n, ning¨²n m¨¦dico ha sido procesado en B¨¦lgica por su mala praxis a la hora de aplicar la eutanasia.
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