El futuro de Lula sigue siendo una p¨¢gina en blanco para Brasil

La ciudad de Porto Alegre, que ya fue c¨¦lebre en el mundo por experiencias de vanguardia realizadas por el Partido de los Trabajadores, desde el Presupuesto Participativo, basado en la democracia directa, al Foro Social Mundial, que reuni¨® a miles de participantes de todo el globo, se convirti¨® por dos veces en una pesadilla para Lula y para su partido.

En Porto Alegre, cuna del Partido de los Trabajadores, su l¨ªder acaba de ser condenado a 12 a?os de c¨¢rcel en r¨¦gimen cerrado por un tribunal de segunda instancia, lo que muy probablemente le impedir¨¢ presentarse a las elecciones presidenciales. Y en esta ciudad, hace ahora 13 a?os, en 2005, tuvo lugar con motivo del Foro Social Mundial, la primera ruptura de Lula con la izquierda de su partido.

Lula gobern¨® del brazo de las ¨¦lites econ¨®micas y de los medios de comunicaci¨®n que lo convirtieron en ¨ªdolo mundial

Fue en aquella fecha cuando a Lula, que abri¨® el Foro ante 10.000 militantes junto con el entonces presidente de Venezuela, Hugo Ch¨¢vez, lo abuchearon por primera vez los suyos, mientras aplaud¨ªan al l¨ªder bolivariano, tras haber anunciado el brasile?o que dejaba el foro de Porto Alegre para ir a participar en el Foro Econ¨®mico de Davos. El de la sure?a ciudad brasile?a hab¨ªa nacido, justamente, como contrapunto de izquierdas al de los banqueros y capitalistas mundiales. Lula quiso hacer un puente entre las dos experiencias. No se lo perdonaron.

A Lula, entonces, la izquierda de su partido lo acusaba de haber abandonado la reforma agraria y la lucha del Movimiento de los Trabajadores Sin Tierra, para abrazar la linea neoliberal econ¨®mica de las ¨¦lites. Desde aquel d¨ªa, en que el l¨ªder del PT tuvo que escuchar ¡°?Ch¨¢vez, s¨ª, Lula, no!¡±, sus relaciones con la izquierda m¨¢s radical de su partido se fueron enfriando. Lula gobern¨® del brazo de las ¨¦lites econ¨®micas y de los medios de comunicaci¨®n que lo convirtieron en un ¨ªdolo mundial.

Lula supo jugar siempre con dos barajas, la del neoliberalismo y la de su apoyo a los movimientos sociales de izquierdas, pero en Brasil y en el mundo era m¨¢s aplaudido y mimado por los poderes f¨¢cticos que por las izquierdas.

Iron¨ªas de la vida, el transcurso de los hechos ha querido que Lula, 13 a?os despu¨¦s, seg¨²n ¨¦l, perseguido por los jueces, y de nuevo en Porto Alegre, confesase que las ¨¦lites lo hab¨ªan abandonado. Las llam¨® ¡°perversas¡±, y a la prensa ¡°cobarde y traidora¡±. Era un Lula desilusionado con aquellos poderes que durante a?os lo hab¨ªan encumbrado, un Lula que habl¨® al coraz¨®n de los que en ese momento lo arroparon con su apoyo, aquella misma izquierda que en el lejano 2005 lo hab¨ªa condenado.

Y adem¨¢s hab¨ªa otra iron¨ªa, el juicio coincid¨ªa con una nueva edici¨®n del foro de Davos. Mientras Lula, en su discurso dolorido con la izquierda, les dec¨ªa a los suyos que seguir¨ªa luchando ¡°hasta la muerte¡± para ¡°devolver la dignidad perdida¡± a los brasile?os en manos de la derecha que le ha abandonado, las agencias de noticias publicaban que en Davos, el presidente Temer y su ministro de Econom¨ªa, Henrique Meirelles, anunciaban que Brasil, despu¨¦s de haber sufrido con el Gobierno de Dilma la mayor recesi¨®n de su historia, ¡°estaba volviendo a crecer¡±, y que los inversores extranjeros estaban deseosos de volver al pa¨ªs.

Lula, despu¨¦s de su experiencia de colaboraci¨®n con las ¨¦lites y la derecha que hoy gobierna Brasil y que nada ha hecho para salvarle de su condena por corrupci¨®n, mientras los corruptos de la derecha siguen en libertad, se ve obligado a echarse en manos de aquella izquierda que lo acusaba de haberla abandonado.

De iron¨ªa en iron¨ªa, es posible que Lula ahora, con su innegable genio pol¨ªtico y si la condena le impide disputar las elecciones, sea llamado a crear lo que ¨¦l ya hab¨ªa anticipado en su discurso de Porto Alegre: la uni¨®n de las izquierdas, basada no en un l¨ªder, sino ¡°en un programa com¨²n¡±.

Dicen que Lula es como el ave f¨¦nix que acaba siempre resurgiendo de sus cenizas. Hoy, que la justicia parece haberle condenado a la muerte pol¨ªtica, podr¨ªa hacer el milagro de resucitar con un proyecto nuevo para la izquierda que, nueva iron¨ªa de la vida, sin ¨¦l, libre o en la c¨¢rcel, dif¨ªcilmente recuperar¨ªa el lugar que le corresponde en el escenario pol¨ªtico. Una izquierda social, no sectaria, hoy m¨¢s necesaria que nunca como contrapunto a las fuerzas de la derecha conservadora que no dejar¨¢ de envalentonarse ante el Lula ca¨ªdo.

El futuro de Lula es hoy, a pesar de su condena, una p¨¢gina en blanco para Brasil.