El ascenso del conservadurismo religioso agita la campa?a electoral en Costa Rica
Un fuerte rechazo al matrimonio igualitario provoca el repentino avance de un predicador evang¨¦lico para las presidenciales del 4 de febrero
Una fuerte reacci¨®n de los grupos conservadores ha sacado a Costa Rica del clima de apat¨ªa y dispersi¨®n previo a las elecciones presidenciales y legislativas del 4 de febrero. El endurecimiento del conservadurismo religioso ha provocado un ascenso abrupto de un predicador evang¨¦lico al que las encuestas colocan con amplias posibilidades de pasar a la segunda ronda en una campa?a cambiante que, a falta de 10 d¨ªas para los comicios, a¨²n se resiste a los pron¨®sticos.
La exacerbaci¨®n de la defensa de los "valores cristianos" pis¨® la arena pol¨ªtica como nunca antes despu¨¦s del fallo de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) del 9 de enero, que orden¨® a todos sus pa¨ªses miembros habilitar la figura del matrimonio entre personas del mismo sexo. Esto fue recibido como una buena noticia por grupos defensores de derechos humanos, pero para el Gobierno pronto fue objeto de un efecto bumer¨¢n que impact¨® directamente en la competencia por la silla que dejar¨¢ el 8 de mayo Luis Guillermo Sol¨ªs. Un "shock religioso", le han llamado expertos de la Universidad de Costa Rica (UCR) que midieron este factor.
La tradicional Iglesia Cat¨®lica, junto a las din¨¢micas y organizadas congregaciones protestantes, lograr¨® activar a sus seguidores y presionar a los candidatos presidenciales a dar un giro conservador a la discusi¨®n electoral. El activismo ha sido tal que el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) ha emitido este mi¨¦rcoles un llamado de atenci¨®n a las autoridades de ambas religiones para que suspendan manifestaciones electorales. Mientras, los magistrados estudian una de las decenas de denuncias por posible violaci¨®n a la prohibici¨®n de usar electoralmente motivos o creencias religiosos. Lo condena la Constituci¨®n Pol¨ªtica, que tambi¨¦n establece el catolicismo como religi¨®n oficial del Estado costarricense.
La mayor¨ªa de los 13 aspirantes presidenciales exhibe su rechazo al dictamen emitido por la Corte Interamericana, a tono con la preferencia popular; dos tercios de la poblaci¨®n repudian ese fallo y el matrimonio igualitario, seg¨²n indica la encuesta m¨¢s reciente del Centro de Investigaci¨®n y Estudios Pol¨ªticos (CIEP) de la UCR.
Este mismo estudio registra la mete¨®rica subida de Fabricio Alvarado, que en solo un mes aument¨® 14 puntos en la intenci¨®n de voto, al pasar de 3% a 17%. Aparece empatado en la cima con Juan Diego Castro, un candidato de discurso rompedor con el sistema pol¨ªtico tradicional que ha abrazado la bandera conservadora ¡ªal igual que otros aspirantes que tambi¨¦n mantienen m¨¢s o menos opciones de acceder al balotaje¡ª; una de las pocas certezas que se extraen de las encuestas.
A esta segunda ronda se acerca Alvarado como ¨²nico diputado del partido confesional Restauraci¨®n Nacional (entre 57 de la c¨¢mara) y portavoz del discurso m¨¢s conservador de defensa del concepto tradicional de familia, entre otros temas que resultan sensibles para los dogmas de la Iglesia Cat¨®lica o sus pares protestantes. Ha sido el m¨¢s beneficiado con el "shock religioso", como lo llaman los investigadores del Centro de Investigaci¨®n y Estudios Pol¨ªticos (CIEP) de la Universidad de Costa Rica al publicar el estudio de opini¨®n p¨²blica que midi¨® este efecto a 17 d¨ªas de las elecciones.
Alvarado, que ha llegado al extremo de proponer el retiro de Costa Rica de la lista de pa¨ªses que reconocen la competencia de la CIDH ¡ªcuya sede est¨¢ precisamente en San Jos¨¦¡ªfue reportero de nota roja en televisi¨®n antes de dedicarse a cantar alabanzas y predicar en iglesias evang¨¦licas. Despu¨¦s, m¨¢s por azar que por ambici¨®n pol¨ªtica se postul¨® para una diputaci¨®n en 2014 con Restauraci¨®n Nacional (RN), la alcanz¨® y desde su curul lanz¨® la candidatura presidencial que hace tres meses pasaba inadvertida y ahora tiene de cabeza a la campa?a electoral. "No ha sido el azar; es la voluntad de Dios", dijo Jos¨¦ Carlos Alfaro, feligr¨¦s de una iglesia llamada Pasi¨®n por las Almas. Por otra parte, los cr¨ªticos de Alvarado se asustan por el ascenso del conservadurismo duro y una falta de capacidad para gobernar este pa¨ªs ante problemas urgentes ¡ªcrisis fiscal, desempleo, inseguridad, aumento de la desigualdad¡ª que amenazan el modelo de bienestar por el cual los costarricenses suelen enorgullecerse.
El aspirante evang¨¦lico ha logrado restar protagonismo en los medios de comunicaci¨®n a Juan Diego Castro, candidato cr¨ªtico del establishment en este pa¨ªs, reconocido por su estabilidad democr¨¢tica. Castro, abogado medi¨¢tico y elocuente, posee un talante autoritario y un discurso duro contra la corrupci¨®n y la delincuencia. Adem¨¢s, c¨®mo no, tambi¨¦n invoca el discurso conservador. "Somos muchos los buenos abogados cat¨®licos para hacer que se respeten la vida y los valores que hemos inculcado", dijo en un debate organizado por obispos este connotado miembro de la Logia Mas¨®nica de Costa Rica, en la que ocup¨® el cargo de Gran Maestro.
Similares posiciones ha expresado el candidato Antonio ?lvarez Desanti, empresario inmobiliario y bananero postulado por el Partido Liberaci¨®n Nacional (PLN), el m¨¢s tradicional y grande del pa¨ªs, con el significativo respaldo del expresidente ?scar Arias. ?lvarez aparece ahora entre los tres primeros en las encuestas, a pesar de la p¨¦rdida gradual del apoyo que ten¨ªa en setiembre. Aunque en el pasado aplaud¨ªa el avance de los derechos humanos en temas se sensibilidad religiosa, ahora enfatiza su apoyo al modelo tradicional de familia, expresa sin que se lo pregunten su rechazo al aborto y al concepto de "ideolog¨ªa de g¨¦nero" que tambi¨¦n repudian los sacerdotes por considerarlo un abordaje de la sexualidad contrario al dictado de la naturaleza o de Dios.
En Costa Rica el 70% de la poblaci¨®n se declara cat¨®lica y el 12%, evang¨¦lico, aunque en la coyuntura actual sus posiciones trascienden las divisiones entre cristianos. "No lo conoc¨ªa, pero parece buen muchacho [Fabricio Alvarado] y eso de ser protestante es cosa menor; lo importante es que est¨¦ del lado bueno", opina Isabel, una monja que evita identificarse m¨¢s porque no ha pedido permiso a su superiora, aunque sospecha que ella tambi¨¦n votar¨¢ por el diputado evang¨¦lico. No es de extra?ar si se ven las numerosas actividades que la Conferencia Episcopal ha organizado junto a l¨ªderes evang¨¦licos en estos meses de campa?a pol¨ªtica, incluida una marcha multitudinaria en San Jos¨¦ en defensa de la "familia y la vida" y en contra de otros asuntos, como los programas de educaci¨®n sexual que se imparte en los colegios.
El ¨²nico candidato ajeno a esa corriente conservadora y con alguna opci¨®n de pasar a segunda ronda es el oficialista Carlos Alvarado (Partido Acci¨®n Ciudadana, PAC), a quien solo el 6% de los encuestados apoya, seg¨²n la encuesta del CIEP-UCR. Debe lidiar con la ca¨ªda en la popularidad del gobierno de Luis Guillermo Sol¨ªs, con facturas por un caso de corrupci¨®n que deton¨® en 2017 y con un electorado a¨²n menos entusiasta que en 2014, cuando el PAC logr¨® enterrar el bipartidismo hist¨®rico. Sin embargo, la falta de identidad partidaria, la volatilidad de la intenci¨®n de voto y la indecisi¨®n en un 27% del electorado hacen que los estudiosos consideren a¨²n abierta la competencia electoral para ¨¦l y otros dos aspirantes: Rodolfo Piza (Unidad Social Cristiana) y Rodolfo Hern¨¢ndez (Republicano Social Cristiano, PRSC). Estos ¨²ltimos tambi¨¦n est¨¢n con el discurso m¨¢s conservador.
Las encuestas coinciden en que ning¨²n candidato alcanzar¨ªa siquiera la mitad del 40% de los votos v¨¢lidos necesario para ganar en primera vuelta. Los nuevos 57 miembros de la c¨¢mara legislativa s¨ª deben quedar elegidos este 4 de febrero. Aunque la indecisi¨®n de electores frente al voto legislativo es a¨²n mayor (solo 4 de cada 10 expresa un partido favorito), los analistas predicen un incremento en la presencia conservadora del RN en el pr¨®ximo cuatrienio. La duda es si esa bancada ser¨¢ oficialista o de oposici¨®n, pero para disiparla es muy probable que este pa¨ªs deba esperar a la segunda vuelta programada para el primero de abril, que coincide por casualidad con el domingo de la Semana Santa que celebran los cat¨®licos.
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