El carnaval de la democracia mexicana
M¨¦xico se abre al 2018 con una clase pol¨ªtica que sigue sin saber dialogar con la ciudadan¨ªa en c¨®digos democr¨¢ticos
Alguien extravi¨® la receta del champurrado, o confundi¨® las proporciones. Y s¨ª, ya s¨¦ que el carnaval pas¨®, que estamos en Cuaresma y que los que creen deber¨ªan estar guardando las pasiones de la carne. Pero en este M¨¦xico electoral las pasiones viven afloradas, la carne adquiere otro sentido y el champurrado mut¨® sus proporciones para que nadie entienda nada. Todo un carnaval expandido en un pa¨ªs que sigue manoseando su democracia.
En la recta final de su mandato y con un candidato a sucederlo que no despega, el presidente Pe?a Nieto invita a los mexicanos a superar ¡°el irracional enojo social¡±. Yo le contestar¨ªa que serenos, que vamos por partes. Y que pongamos en contexto los reclamos.?
M¨¦xico vive este a?o el proceso electoral m¨¢s grande de su historia: 3400 cargos en disputa (aunque la lupa mayor est¨¦ en la contienda presidencial) con m¨¢s de 80 millones de electores y un caleidoscopio ideol¨®gico que de tanto sacudirlo termin¨® en amasijo de intenciones. M¨¦xico se abre al 2018 tambi¨¦n sabi¨¦ndose en su situaci¨®n m¨¢s violenta de las ¨²ltimas d¨¦cadas, con niveles de corrupci¨®n que se alimentan de condiciones infinitas de impunidad y con una clase pol¨ªtica que sigue sin saber dialogar con la ciudadan¨ªa en c¨®digos democr¨¢ticos. Es m¨¢s, lo del di¨¢logo es una quimera. Tan as¨ª que en la contienda, la coalici¨®n electoral puntera revive para sus filas a un l¨ªder sindical repudiado; la coalici¨®n que disputa el segundo lugar combina candidatos tan variopintos como imposibles; y la coalici¨®n oficial tiene para la Ciudad de M¨¦xico a un aspirante que se ancla en el debate sobre la familia y la vida cuando es precisamente la capital del pa¨ªs la que se jacta de ser espacio de derechos de vanguardia y libertades conquistadas. Tengo para m¨ª, por lo tanto, que razones para el enojo social hay. Y que conste que apenas enunci¨¦ algunas.?
En estos d¨ªas converso con j¨®venes que votar¨¢n por primera vez: reconocen un cierto entusiasmo por hacerlo pero resienten tener que elegir la menos mala de las opciones. Y claro, que tu primera vez sea as¨ª tiene algo de matapasiones. No hay manera de negarlo. Al mismo tiempo, otros j¨®venes se alistan para ser los disruptores de la pol¨ªtica nacional: en varios Estados se presentan para cargos de elecci¨®n popular porque creen (alg¨²n vector narrativo los alimenta) que otra forma de atender la cosa p¨²blica es posible. Ah¨ª est¨¢n los Pedro Kumamoto, los Carlos Brito, la WikiPol¨ªtica, los Luis Donaldo Colosio, etc.; ah¨ª est¨¢n, pues, los que al final mantienen viva la posibilidad de que otro escenario es delineable. Y s¨ª, no calificar¨ªa como carnaval esta democracia si no se alimentara tambi¨¦n de las fascinantes contradicciones, que para eso M¨¦xico se pinta solo.
Pero la subversi¨®n del sentido en este sacudido 2018 no ser¨ªa propia de los tiempos que corren sin amenazas externas con su corolario apocal¨ªptico. ?Ser¨¢ que los rusos interfieran en nuestras elecciones? ¡°Porque siempre querr¨¢n desestabilizar la regi¨®n para cobr¨¢rsela al otro imperio.¡± ?Ser¨¢ que lo har¨¢n v¨ªa las redes sociales u otras estrategias de intervenci¨®n en las conversaciones digitales? ?Ser¨¢ que ya lo est¨¢n haciendo a trav¨¦s de canales de propaganda e infiltrados enquistados en algunas campa?as? Y qu¨¦ hacer con Estados Unidos, cuyo presidente tiene a M¨¦xico como pi?ata de uso para los fines que convengan: ?plantar cara?, ?qu¨¦ cara?, ?desde d¨®nde?, ?a partir de qu¨¦ golpe? ¡°Cuidado con Rusia y Venezuela¡±, nos dice el canciller Rex Tillerson, y una ya no sabe si correr, emigrar o aprender ruso.
As¨ª algunas pinceladas del M¨¦xico electoral. Lo m¨¢s dif¨ªcil de aqu¨ª al 1 de julio, d¨ªa de las elecciones, ser¨¢ no perder las amistades y no provocar que te avienten el salero en la mesa cuando la discusi¨®n se torne ¨¢lgida. Bueno, y que el pa¨ªs no se fracture de manera irremediable. Hoy, tal vez, no nos entendemos, no nos queremos, no nos soportamos. Pero el d¨ªa despu¨¦s tendremos que seguir viviendo juntos. Ojal¨¢ no pierdan ese horizonte quienes hoy retozan en el carnaval de nuestra democracia. Ojal¨¢.
Gabriela Warkentin es una periodista mexicana. Twitter:?@warkentin
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.