La vida vuelve al instituto de Parkland despu¨¦s de la matanza de San Valent¨ªn
Los alumnos de la escuela donde el estudiante expulsado Nikolas Cruz asesin¨® a tiros a 17 personas regresan al centro. El edificio donde ocurri¨® la tragedia est¨¢ cerrado y ser¨¢ demolido
Dos semanas despu¨¦s de la masacre de San Valent¨ªn, los alumnos del instituto de Parkland han regresado esta ma?ana a las aulas. "Es un d¨ªa muy dif¨ªcil. Tengo una mezcla de emociones buenas y malas", ha dicho al llegar Diego Pfeiffer, de 18 a?os, uno de los supervivientes y parte del n¨²cleo de estudiantes de este centro que est¨¢n impulsando?el movimiento #NeverAgain que exige controles m¨¢s severos del acceso a las armas en Estados Unidos.
El domingo algunos profesores y alumnos hab¨ªan pisado por primera vez la escuela Stoneman Douglas en una jornada previa de orientaci¨®n. Hoy ha sido el reinicio formal de la actividad escolar, que se ha limitado a media jornada con sesiones de 20 minutos sin contenido acad¨¦mico en la que los maestros se han enfocado en dar una acogida c¨¢lida a los estudiantes y a hablar sobre sus emociones. Las chicas y chicos del instituto han entrado en medio de un fuerte despliegue policial y una nutrida presencia de medios, arropados por sus padres y en un ambiente de emoci¨®n recogida. El edificio espec¨ªfico donde ocurri¨® la tragedia est¨¢ cerrado y ser¨¢ demolido.
"Todo el mundo est¨¢ frustrado todav¨ªa, pero si Dios quiere vamos a mejorar", ha dicho John Rodr¨ªguez, estudiante de 18 a?os, que opinaba que se debe restringir la venta de fusiles de asalto: "Es una cosa muy mala. Un muchacho no deber¨ªa poder comprar esas armas". Arrestado el d¨ªa de los hechos, Nikolas Cruz, exalumno de 19 a?os expulsado del instituto el a?o pasado, us¨® el 14 de febrero para perpetrar su delirante escabechina un AR-15 dise?ado para la guerra y que compr¨® sin problemas gracias a la laxitud legal. "Este ni?o tir¨® 150 balas en menos de seis minutos. Las balas de ese rifle arrancan todo el tejido del cuerpo y dejan un hueco del tama?o de una naranja. ?C¨®mo es posible que tengamos que estar pidiendo que esto cambie? No entiendo a mi pa¨ªs", ha protestado la profesora Alicia Blonde, que lleva en su bolso la foto de dos de los alumnos asesinados por Cruz.
La prohibici¨®n de la venta de esta clase de armamento a civiles es el reclamo m¨¢s acuciante del movimiento #NeverAgain, que ha convocado una manifestaci¨®n en Washington para el s¨¢bado 24 de marzo que podr¨ªa marcar un hito en la lucha civil contra la violencia generada por la barra libre de armamento. El martes estudiantes de Parkland estuvieron en la capital hablando con congresistas republicanos y dem¨®cratas para demandar leyes urgentes que frenen el problema.
La ola de indignaci¨®n desatada por la tragedia, y la solidaridad que despierta la batalla que libran estos adolescentes supervivientes de aquel d¨ªa de terror, ya ha tenido repercusiones significativas que apuntan a la posibilidad de que al fin se tomen medidas sustanciales en el Congreso. El sector privado est¨¢ siendo el primero en reaccionar. Compa?¨ªas tan poderosas como Hertz (alquiler de coches), MetLife (seguros) o Delta Air Lines (transporte a¨¦reo) han dado por terminadas sus relaciones con la Asociaci¨®n Nacional del Rifle, el mayor lobby proarmas de Estados Unidos. Hoy mismo, mientras los alumnos de Parkland regresaban al instituto, una de las cadenas de material deportivo m¨¢s grandes del pa¨ªs, Dick's Sporting Goods, ha anunciado que deja de vender rifles de asalto y que no vender¨¢ ning¨²n tipo de arma de fuego a menores de 21 a?os aunque las leyes lo permitan.
Un ejemplo de la potencia que est¨¢ adquiriendo el movimiento #NeverAgain: la alumna de Parkland Emma Gonz¨¢lez, una chica de 18 a?os cuyo carisma y elocuencia la han vuelto la voz de este fen¨®meno social, tiene hoy 1,13 millones de seguidores en Twitter. La Asociaci¨®n Nacional del Rifle tiene 601.000, medio mill¨®n menos. Por un lado, una organizaci¨®n fort¨ªsima que defiende que la venta de armas siga como est¨¢. Por el otro, una millenial armada con un smartphone y propulsada por el masivo poder de influencia de los medios de comunicaci¨®n y las redes sociales.
"Esto no habr¨ªa pasado si las leyes hubieran cambiado ya. Los fusiles son para los polic¨ªas o para los solados", ha afirmado esta ma?ana Juliana Campos, alumna de 16 a?os. "Yo quiero dedicar mi vida a la seguridad en las escuelas. El asesinato de mi hija me ha dado la fuerza para eso", ha dicho Andrew Pollack, padre de Meadow Pollack, de 18 a?os, una de las fallecidas. "Esto no es un asunto de partidos pol¨ªticos, tenemos que unirnos para que todos los ni?os de este pa¨ªs sepan que van a estar seguros cuando entran en sus colegios en vez de estar haciendo simulacros de tiroteos", ha a?adido.
Rick Welch, 50 a?os, vecino de Parkland, ha ido esta ma?ana a la escuela con su mast¨ªn tibetano Kaba, una perra lanuda originaria de tierras de nieves que aguantaba resignada el sol de Florida. Welch pregunt¨® al director de la Stoneman Douglas qu¨¦ pod¨ªa hacer por los chicos y el director le dijo que llevase a la preciosa y pac¨ªfica Kaba a recibirlos a la puerta de la escuela. "Una ni?a se acerc¨® a ella, la acarici¨® y se ech¨® a llorar. Supongo que liber¨® sentimientos muy duros", coment¨® el vecino.
Hoy la peque?a, sosegada y acomodada ciudad de Parkland ha vivido un d¨ªa de gran simbolismo en un proceso de curaci¨®n que tomar¨¢ a?os. "El efecto de esta tragedia durar¨¢ toda nuestra vida. A¨²n no nos lo podemos imaginar. Siempre nos va a acompa?ar", ha dicho la profesora Blonde.
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