EE UU acusa a Putin de violar los tratados de armas con su nuevo misil

Irresponsable y desestabilizador. La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, respondi¨® con dureza al anuncio del presidente ruso, Vlad¨ªmir Putin, de que su pa¨ªs ha acrecentado su arsenal nuclear y desarrollado un ¡°invencible¡± misil bal¨ªstico intercontinental. Para Estados Unidos este artefacto vulnera el tratado de 1987 que limita los misiles de rango intermedio. Junto a este incumplimiento, el Departamento de Estado lament¨® que la exhibici¨®n de fuerza de Putin, en la recta final de su campa?a electoral, fuese acompa?ada de un v¨ªdeo que reproduc¨ªa un ataque a Estados Unidos. ¡°Es algo muy desafortunado. No consideramos que sea la conducta de un actor internacional responsable¡±, dijo Nauert.

Pese a estas cr¨ªticas, el belicoso discurso de Putin no ha sorprendido en Washington. Su reivindicaci¨®n del arma nuclear confirma los vaticinios del Pent¨¢gono. Lejos del tiempo en que el terrorismo figuraba en la c¨²spide de las amenazas globales, ahora EE UU ha vuelto a fijar la vista en el pulso geoestrat¨¦gico entre potencias. Un tablero en el que Mosc¨² figura a la cabeza y con nuevos riesgos.

¡°Rusia no es la Uni¨®n Sovi¨¦tica y la Guerra Fr¨ªa hace tiempo que ya acab¨®. De todos modos, pese a nuestros esfuerzos por mantener una relaci¨®n positiva, Mosc¨² percibe a Washington y la OTAN como sus principales oponentes y un impedimento para lograr sus desestabilizadoras metas geopol¨ªticas en Euroasia¡±, indica la denominada Revisi¨®n de la Postura Nuclear, el documento que sustituye la estrategia dise?ada por Barack Obama en 2010.

Para el Pent¨¢gono, la pol¨ªtica rusa ha hecho a?icos los consensos. No se trata solo de la anexi¨®n de Crimea o su intervenci¨®n en Ucrania. Mosc¨², a juicio de Washington, ha decidido apretar el acelerador nuclear para imponer su visi¨®n estrat¨¦gica.

¡°La doctrina rusa enfatiza el potencial coercitivo y militar de las armas at¨®micas. Asume err¨®neamente que la escalada nuclear o dar el primer golpe servir¨ªa para invertir la escalada en t¨¦rminos favorables a Rusia. Estas percepciones equivocadas aumentan la posibilidad de errores de c¨¢lculo y escalada¡±, indica el texto.

Esta nueva agresividad rusa, seg¨²n el Pent¨¢gono, se ha desplegado en dos planos. El primero corresponde a las denominadas armas t¨¢cticas, bombas de menos de 20 kilotones, tan mort¨ªferas como la que arras¨® Hiroshima, y que tendr¨ªan como objetivo no las ciudades, sino las tropas enemigas. Con ellas, antes que la aniquilaci¨®n total, se busca la ¡°guerra nuclear limitada¡±. El segundo plano se refiere a armas estrat¨¦gicas tan devastadoras como las presentadas ayer por Putin.

La respuesta estadounidense a este doble desaf¨ªo es sencilla: mostrar m¨¢s m¨²sculo que el contrario. Tanto con las armas t¨¢cticas como las estrat¨¦gicas. ¡°La disuasi¨®n efectiva ante un ataque nuclear ruso requiere que el liderazgo ruso no cometa un error de c¨¢lculo [¡­] ya sea regionalmente o contra Estados Unidos. Rusia, por el contrario, debe entender que el primer golpe nuclear, aunque sea limitado, fracasar¨¢ en sus objetivos y desencadenar¨¢ costes incalculables e inasumibles para Mosc¨². Nuestra estrategia debe garantizar que Rusia entienda que cualquier uso de armas nucleares, aunque sea limitado, es inaceptable¡±, concluye el documento.