El s¨ªndrome del imperio perdido
Vlad¨ªmir Putin quiere ser o¨ªdo en el mundo y para ello ha pronunciado un discurso sin precedentes sobre la capacidad destructiva del potencial nuclear de Rusia
El presidente Vlad¨ªmir Putin quiere ser o¨ªdo en el mundo y para ello ha pronunciado un discurso sin precedentes sobre la capacidad destructiva del potencial nuclear de Rusia. La destrucci¨®n mutua asegurada (MAD en sus siglas en ingl¨¦s) fue clave para la estabilidad estrat¨¦gica entre EE UU y la URSS en la guerra fr¨ªa y contin¨²a si¨¦ndolo hasta hoy.
Pero el placer con el que el l¨ªder ruso pronunciaba la palabra ¡°invulnerable¡± y enumeraba el armamento capaz de burlar las defensas del adversario y destruirlo contrastaban con las aseveraciones de que Mosc¨² no tiene intenciones de agredir a otro con los artilugios mostrados.
Putin hablaba en su doble condici¨®n de presidente y de candidato privilegiado a mantenerse en el cargo por seis a?os m¨¢s. A algunos, Putin les recordaba al dirigente sovi¨¦tico Nikita Jruschov, y su jactancia en la asamblea general de la ONU de 1960 cuando golpe¨® la mesa con un zapato. A otros, les evocaba al l¨ªder norcoreano Kim Jong-Un esgrimiendo sus misiles para ser respetado por sus vecinos. Un tercer grupo se aventuraba a explicaciones psicol¨®gicas sobre la posibilidad de que en su infancia Putin no hubiera jugado con soldados de plomo. ¡°Putin repite lo que le cuenta Dmitri Rogozin (vicepresidente del Gobierno responsable de la industria de defensa) que es lo que, a su vez, le cuentan a ¨¦l en las f¨¢bricas militares para obtener asignaciones¡±, afirmaba una fuente vinculada con el sector de la Defensa. Y recordaba que Rogozin es ¡°periodista de formaci¨®n¡±.
Fuera como fuera, Putin no es Jruschov y no esgrim¨ªa un zapato sino que dispon¨ªa de una gran pantalla de v¨ªdeo. Rusia tampoco es Corea del Norte sino un pa¨ªs mucho m¨¢s poderoso y, por eso mismo, obligado en teor¨ªa a ser m¨¢s responsable con el futuro del planeta. Pero sucede que la confianza entre Mosc¨² y las capitales europeas est¨¢ profundamente quebrantada y a este quebrantamiento ha contribuido de forma sustancial la expansi¨®n de Rusia a costa de Ucrania, pese a los tratados bilaterales firmados por los dos pa¨ªses y sus compromisos sobre la integridad territorial.
Puede que en parte sea propaganda preelectoral y que no todo lo mencionado por Putin sea tan novedoso como ¨¦l pretende, pero en todo caso su discurso confirma que las relaciones internacionales han entrado en una nueva fase de turbulencias. El analista Fedor Luki¨¢nov se refiere al paso de la pol¨ªtica internacional a ¡°una realidad estrictamente militarizada¡± y lo atribuye a la pol¨ªtica unilateralista practicada por Donald Trump. Europa, dice, est¨¢ de nuevo en el campo de batalla, pero si durante la guerra fr¨ªa entre la URSS y EE UU hab¨ªa ¡°reglas precisas¡±, ahora ¡°no hay ninguna regla¡±.
No contribuye a tranquilizar el hecho de que Putin interpretara el Estado ruso actual en clave imperial. Refiri¨¦ndose a la desintegraci¨®n de la URSS, el presidente afirm¨® que, en ¨¦poca sovi¨¦tica, Rusia ¡°se llamaba la Uni¨®n Sovi¨¦tica¡± y que ¡°si hablamos de nuestras fronteras nacionales, (Rusia) perdi¨® el 23,8% de su territorio, el 48,5% de su poblaci¨®n, el 41% de su producto nacional bruto, y el 39, 4% de su potencial industrial (¡) el 44,6% de su potencial militar¡±. Olvid¨® el dirigente que la URSS era un Estado ¡°plurinacional formado sobre la base del principio del federalismo socialista como resultado de la libre autodeterminaci¨®n de las naciones y la uni¨®n voluntaria y en igualdad de derechos de las rep¨²blicas socialistas sovi¨¦ticas¡± (art¨ªculo 70 de la constituci¨®n de la URSS). Las 15 rep¨²blicas que formaban el Estado ten¨ªan el derecho ¡°a abandonar la URSS libremente¡± (art¨ªculo 72). Y eso es lo que hicieron en 1991. Rusia, la mayor de ellas, se declar¨® heredera de la URSS, pero no era la URSS y, tras la desaparici¨®n de ¨¦sta, el territorio de Rusia era el mismo que ten¨ªa hasta 1991. Pero las cosas cambiaron de hecho en 2014.
Andr¨¦i Movch¨¢n, jefe de los programas econ¨®micos del centro Carnegie de Mosc¨², recordaba que el presupuesto militar ruso es semejante al de Francia y Arabia Saudita y bastante modesto, en relaci¨®n a EE UU (veinte veces m¨¢s) y a China (ocho veces m¨¢s). ¡°Somos econ¨®micamente d¨¦biles para involucrarnos en una carrera de armamentos¡±, se?alaba el analista, seg¨²n el cual, ¡°hablamos de tecnolog¨ªas milagrosas y armas incre¨ªbles, y justo en el lugar donde esto se podr¨ªa demostrar y conquistar un mercado comercial, vamos a la zaga de (una empresa) privada de EE UU, que por su cuenta y riesgo y un poco de ayuda del Estado, ha realizado un producto bastante m¨¢s eficaz¡±. Tal vez el desgarramiento entre las ambiciones y las realidades sea parte del s¨ªndrome del ¡°imperio perdido¡±.
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