Corrupci¨®n: y ahora, ?qu¨¦?
El hartazgo con la clase pol¨ªtica abre rutas para el aventurerismo y los caudillismos extremistas
Las revelaciones por colaboraci¨®n eficaz ¡ª¡°delaci¨®n premiada¡±, en brasile?o¡ª en las investigaciones sobre la corrupci¨®n de Odebrecht han tocado cimas del poder en Brasil, Ecuador y Per¨². Al presidente Michel Temer el Tribunal Supremo ha decidido abrirle investigaci¨®n por corrupci¨®n a partir de confesiones de directivos de Odebrecht por financiamiento con dinero negro a su partido pol¨ªtico. Investigarlo es jur¨ªdicamente v¨¢lido: la Constituci¨®n protege al presidente de una condena penal, pero no de una investigaci¨®n fiscal. Igual razonamiento corresponde aplicar en el Per¨², pues la Constituci¨®n no tiene un impedimento para que la fiscal¨ªa abra investigaci¨®n al presidente Pedro Pablo Kuczynski por los indicios de corrupci¨®n revelados. En Ecuador, un audio comprometedor recientemente divulgado involucra al presidente del legislativo en negociaciones indebidas con Odebrecht.
En Per¨², en donde las recientes declaraciones de colaboraci¨®n de Jorge Barata, exgerente de Odebrecht en el pa¨ªs andino, comprometen simult¨¢neamente a casi todo el abanico de l¨ªderes pol¨ªticos y de quienes fueron candidatos presidenciales. Dos aspectos son particularmente destacables en este alud de informaci¨®n sobre corrupci¨®n.
En primer lugar, lo crucial de la colaboraci¨®n eficaz en la investigaci¨®n de este tipo de delitos. Esta permite que quien ha delinquido colabore con la justicia con informaci¨®n clave sujeta, por cierto, a corroboraci¨®n posterior. Siempre que, por cierto, quien declara se atenga al 100% a la verdad para no perder los derechos conseguidos por colaborar.
Esta herramienta tiene utilidad especial cuando se trata de estructuras delictivas cuyos procedimientos, redes y actuaci¨®n solo son conocidas por sus integrantes. Una de las primeras normas al respecto la impulsamos en el 2000 para hacer viable la investigaci¨®n eficaz a la estructura criminal que hab¨ªa gobernado el Per¨² durante los a?os noventa. Los resultados fueron espectaculares.
Los procesos conducidos por fiscales en Brasil por lo de las constructoras brasile?as y la posterior colaboraci¨®n entre fiscales de ese pa¨ªs y Per¨² han propiciado revelaciones e informaci¨®n espectaculares que de otra forma hubiera sido imposible obtener. Es lamentable que, en su angustiada defensa, el presidente Kuczynski pretenda ahora desprestigiar este mecanismo de investigaci¨®n fundamental cuestionando que se le d¨¦ ¡°tribuna a gente que certificadamente fue corrupta¡±. Obvia, adem¨¢s, que mientras se desempe?aba como ministro de Econom¨ªa y Finanzas su empresa asesoraba a esa ¡°empresa corrupta¡± en asuntos financieros y avales por el Estado.
En segundo lugar, los fiscales se atreven a tocar intereses pol¨ªticos y empresariales poderosos, incluidos presidentes de la Rep¨²blica en funciones. Se?al, por cierto, de una independencia institucional de la que no siempre se goz¨®. Esto no hubiera sido posible hace algunos a?os. Tambi¨¦n hubiera sido imposible ¡ªy hasta ilegal¡ª que fiscales compartieran sus investigaciones en curso con fiscales de otros pa¨ªses. Gran resultado de la notable Convenci¨®n de la ONU contra la Corrupci¨®n del 2003 que no ha quedado en letra muerta.
Aspectos como estos ponen de relieve un balance positivo de la acci¨®n de la sociedad y de algunas instituciones en este estallido de mugre. El seguimiento ciudadano a que las investigaciones culminen y que quienes han delinquido sean sancionados es hoy una obligaci¨®n c¨ªvica ineludible en un proceso en el que investigaci¨®n fiscal y periodismo de investigaci¨®n se nutren rec¨ªprocamente.
Simult¨¢neamente, sin embargo, se abre la desesperanza frente a lo que laxamente se llama clase pol¨ªtica. El ¡°todos los pol¨ªticos son corruptos¡± es hoy el arenoso lugar com¨²n entre la ciudadan¨ªa. Consecuencia directa de esta devaluaci¨®n in genere de ¡°los pol¨ªticos¡± es el debilitamiento de la legitimidad del sistema pol¨ªtico en general. Esto es sumamente serio y peligroso. Abre rutas para el aventurerismo y caudillismos extremistas, como ocurri¨® en algunos pa¨ªses europeos durante la crisis de los a?os treinta del siglo pasado. El camino de hacer pol¨ªtica con transparencia, de mecanismos de participaci¨®n ciudadana efectivos y garant¨ªas de libertad de expresi¨®n y pluralismo en los medios es, en este contexto de nubarrones, una ruta de salida a lo que no se debe renunciar. Dif¨ªcil, pero viable.
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