La paja, el trigo y Henri Falc¨®n
El candidato es remedo imperfecto del Ch¨¢vez que en 1997 aseguraba no ser comunista
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, se ha servido de una figura de los Evangelios para advertir que la candidatura presidencial de Henri Falc¨®n es instrumento de la dictadura de Maduro. "Hab¨ªamos pedido a la oposici¨®n venezolana que separara la paja del trigo", ha dicho Almagro, "y Falc¨®n es la paja que se ha separado sola".
Tem¨ª por un instante que Falc¨®n respondiese con algo sobre la paja en el ojo ajeno y la viga en el tuyo. Sucede que Falc¨®n imposta grotescamente los gestos del telepredicador aficionado a las locuciones b¨ªblicas que fue Hugo Ch¨¢vez. El maestre t¨¦cnico de tercera Henri Falc¨®n es, al fin, v¨¢stago pol¨ªtico de Ch¨¢vez.
Un vistazo a YouTube y apreciar¨¢ usted c¨®mo Falc¨®n intenta desplegar en p¨²blico la misma gestual, el tono de voz, las pausas y giros suasorios de quien fue su comandante la noche en que juntos salieron a matar inocentes para derrocar un Gobierno leg¨ªtimo.
El parecido de Falc¨®n con Ch¨¢vez pudiera no ser cosa estudiada y emane, m¨¢s bien, de algo interior sumamente genuino: la metempsicosis, vulgo reencarnaci¨®n. Ante un micr¨®fono, el mismo tic con que el "presidente eterno" sol¨ªa sorber mocos en mitad de una frase nos remite, en Falc¨®n, al Ch¨¢vez preelectoral que en 1998 aseguraba a Jorge Ramos no ser comunista y valorar el papel de la empresa privada. Falc¨®n no ha sido, por cierto, el ¨²nico pol¨ªtico de oposici¨®n venezolano que condena las declaraciones del secretario general de la OEA sobre la sangrienta tragicomedia electoral que tantas muertes, prisiones y ¨¦xodo ha precipitado desde 2014.
"Almagro no ayuda", afirm¨® tersamente, hace solo semanas, Henry Ramos Allup, expresidente de la Asamblea Nacional (Parlamento), al criticar la incansable gesti¨®n del secretario general en pro de la restauraci¨®n de la democracia en Venezuela.
Desazona a estas alturas ver una nutrida fracci¨®n de sedicentes pol¨ªticos de oposici¨®n, algunos de ellos promotores del llamado Frente Amplio (esa operaci¨®n de rebranding de la MUD, como la llama H¨¦ctor Schamis), fingir ver en Falc¨®n un puente hacia la democracia y la convivencia ciudadana.
Aunque sus dichos alimentan la general suspicacia de que los tiene por paniaguados de Nicol¨¢s Maduro, han tenido eco en el gremio opinador de tuiteros, columnistas y hasta en la aceitosa subespecie de los demoscopas anfibol¨®gicos, esos hablantinosos del tipo "si bien es cierto, no es menos cierto".
Todos se han ido moviendo hacia un sibilino consenso seg¨²n el cual las elecciones convocadas por Maduro son, ciertamente, una invitaci¨®n al deg¨¹ello, pero que, en aras de restituir al voto su calidad de arma absoluta, conviene acudir y ofrecer el pescuezo a la cuchilla. Seg¨²n estos fundamentalistas del voto a cualquier precio, no hay que sobrevalorar el papel de la comunidad internacional porque donde se bate el cobre es en Venezuela, no en Bruselas ni en los despachos de la OEA.
Vistas as¨ª las cosas, se arguye, no deber¨ªa perderse de vista que Falc¨®n es un disidente del chavismo; en el peor de los casos es un chavista light. Y que, al fin y al cabo, fue jefe de campa?a presidencial de Henrique Capriles. El argumento de fondo en favor de votar masivamente por Falc¨®n es el ya manido de que un gran volumen de votos puede derrotar el fraude. Acaso tengan raz¨®n los falconistas y yo sea un inactual impol¨ªtico, pero aborrezco la idea de seis a?os m¨¢s de dictadura y pienso, con Almagro, que eso es todo lo que lograr¨¢ apuntalar quien participe en la farsa electoral.
Prefiero dejarme aconsejar por lo que veo en YouTube: un militar exgolpista, de taimado traje y corbata, remedo imperfecto de Hugo Ch¨¢vez.
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