Estados Unidos advierte de un ¡°deterioro dr¨¢stico¡± de los derechos humanos en Venezuela
El Departamento de Estado tambi¨¦n alerta de la situaci¨®n en China, Rusia, Corea del Norte, Ir¨¢n, Myanmar y Siria
Estados Unidos describi¨® este viernes a los gobiernos ¡°corruptos¡± y que vulneran derechos humanos como una amenaza a la estabilidad mundial y a los intereses de Washington. El informe anual del Departamento de Estado sobre derechos humanos en el mundo califica, por ejemplo, a China, Rusia, Ir¨¢n y Corea del Norte de ¡°fuerzas de inestabilidad¡±. El documento tambi¨¦n es muy cr¨ªtico con Venezuela, donde, advierte, la democracia y las protecciones ciudadanas se ¡°deterioraron dr¨¢sticamente¡± en 2017 como resultado de los esfuerzos de Nicol¨¢s Maduro de ¡°consolidar su poder¡±.
¡°Seguiremos imponiendo consecuencias a aquellos que abusan de derechos humanos¡±, proclam¨® el secretario de Estado en funciones, John Sullivan, en la presentaci¨®n de la cuadrag¨¦sima segunda edici¨®n del informe, que es un requisito legal impuesto por el Congreso. Sullivan alert¨® de los abusos sistem¨¢ticos en Siria, abog¨® por que rindan cuentas los responsables de la limpieza ¨¦tnica de los rohiny¨¢ en Myanmar y avis¨® de que China propaga los ¡°peores rasgos de un sistema autoritario¡±. Tambi¨¦n puso el foco en los ataques ¡°casi diarios¡± al derecho de asamblea en Ir¨¢n, las detenciones de ¡°decenas de miles de periodistas y acad¨¦micos¡± en Turqu¨ªa y a la cruzada de la Rusia de Vlad¨ªmir Putin contra la sociedad civil, as¨ª como sus invasiones territoriales en Ucrania.
En cuanto a Venezuela, Sullivan manifest¨® el apoyo de EE UU a la poblaci¨®n y acus¨® a Maduro de no permitir la entrada de ayuda extranjera. ¡°El r¨¦gimen de Maduro reprime los derechos humanos y deniega el derecho a tener una voz en el pa¨ªs mientras miles de personas escapan en respuesta a la creciente crisis humanitaria¡±, se?al¨®.
El Gobierno de Donald Trump ha endurecido notablemente en el ¨²ltimo a?o las sanciones a altos cargos de Caracas ante la deriva autoritaria en el pa¨ªs, que ha enterrado la independencia pol¨ªtica y judicial.
El informe del Departamento de Estado destaca las irregularidades en las elecciones regionales del pasado octubre y describe una retah¨ªla de abusos de derechos humanos: ¡°muertes extrajudiciales por parte de las fuerzas de seguridad¡±, propagaci¨®n de las detenciones arbitrarias, existencia de presos pol¨ªticos, acoso sistem¨¢tico a la prensa y a la oposici¨®n, el ¡°establecimiento de instituciones ileg¨ªtimas para reemplazar a representantes elegidos democr¨¢ticamente¡± y una ¡°perversa corrupci¨®n e impunidad entre todas las fuerzas de seguridad y en oficinas gubernamentales estatales y nacionales¡±.
En medio de ese paisaje sombr¨ªo, Sullivan cit¨® dos ¡°puntos brillantes¡± de mejora de los derechos humanos: Uzbekist¨¢n y M¨¦xico. Del pa¨ªs latinoamericano, destac¨® la aprobaci¨®n el pasado noviembre de una ley que establece castigos penales para los responsables de desapariciones forzosas y crea un sistema nacional de b¨²squeda de personas. Pese al elogio de Sullivan, el informe del Departamento de Estado advierte de que son inusuales las investigaciones, persecuciones judiciales y condenas por desapariciones forzosas de personas en M¨¦xico. ¡°La impunidad por abusos de derechos humanos se mantuvo un problema, con ratios extremadamente bajos de persecuci¨®n de cualquier tipo de delitos¡±, a?ade el documento.
En la presentaci¨®n, el secretario de Estado interino presumi¨® de que EE UU lidera la ¡°promoci¨®n de derechos humanos¡± en el mundo. Pero la naturaleza del informe, que no analiza a EE UU, coloca a Washington ante un espejo inc¨®modo. Organizaciones independientes, como Amnist¨ªa Internacional, han acusado al Gobierno de Trump de socavar en el mundo el respeto a los derechos humanos.
El presidente ha manifestado su afinidad hacia l¨ªderes de pa¨ªses autoritarios, como Rusia, Filipinas o Turqu¨ªa; humilla constantemente a los periodistas cr¨ªticos y ha estigmatizado a minor¨ªas, como los musulmanes o los soldados transg¨¦nero. En la rueda de prensa posterior a la presentaci¨®n del documento, un periodista pregunt¨® si por esos motivos no pod¨ªa considerarse algo hip¨®crita la acusaci¨®n de EE UU a los abusos de otros pa¨ªses. Sullivan ya no estaba en la sala y su reemplazo, Michael Kozak, asesor de derechos humanos del Departamento de Estado, busc¨® un delicado equilibrio en su respuesta. Esgrimi¨® que una cosa son las cr¨ªticas y la otra si estas se traducen en hechos: ¡°Hay una distinci¨®n entre las palabras y el poder de un Estado¡±.
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