?Barbosa, el Lula negro?
Quiz¨¢s lo que da miedo de Barbosa a la extrema derecha liberal es que de llegar a la presidencia, sabemos que en su mirada prevalecer¨¢ el Brasil de los desheredados
El magistrado Joaquim Barbosa, tentado por la pol¨ªtica, peca por reservado. Al rev¨¦s de los pol¨ªticos cl¨¢sicos a quienes les sobran palabras, prefiere la abstinencia verbal. Los periodistas, por ejemplo, no somos su plato favorito. Yo mismo intent¨¦ tantas veces, en vano, arrancarle una entrevista para este diario. Aunque hay qui¨¦n se ha precipitado a definirlo como el "Lula negro", Barbosa sigue siendo un enigma.
Lo que conocemos hasta ahora sobre el pensamiento pol¨ªtico del que podr¨ªa ser uno de los candidatos presidenciales m¨¢s emblem¨¢ticos de las pr¨®ximas elecciones es muy poco, y s¨®lo a trav¨¦s de sus votos en el Supremo, en el que transcurri¨® 11 a?os y del que fue el famoso y pol¨¦mico relator del esc¨¢ndalo del mensalao, fustigador implacable de la corrupci¨®n pol¨ªtico empresarial.
Sin embargo, Barbosa, al que no le falta saber acad¨¦mico y que lee y habla cuatro idiomas, no puede ignorar que si se lanza al ruedo se ver¨¢ obligado a desnudarse intelectualmente para que sus posibles votantes sepan lo que piensa de este pa¨ªs poli¨¦drico, con tantas almas diferentes. Un pa¨ªs que se debate entre la modernidad y las cenizas a¨²n vivas de un pasado imperial y esclavista.
Quiz¨¢s por ello, Barbosa ha empezado a salir de su mutismo. Ha querido iniciar su nueva tesis doctoral en pol¨ªtica, con la afirmaci¨®n de que para resolver los muchos problemas del pa¨ªs, -empezando por los econ¨®micos- no sirve lo que ¨¦l ha llamado en el diario O Estado de Sao Paolo, "una ingenier¨ªa social de soluciones meramente librescas, puramente especulativas".
Por sus primeras declaraciones, si Barbosa llegase al Planalto podemos saber por lo menos que desde aquella atalaya, el Brasil que ¨¦l otear¨¢ es un pa¨ªs "social y estructuralmente fr¨¢gil y desequilibrado, con desigualdades profundas e hist¨®ricamente enraizadas". Y para ese Brasil, dice, no sirven, en econom¨ªa, posiciones "ultraliberales". Es, por ahora, su primera marca de identidad, junto con su conocida apertura en la defensa de los derechos civiles y el rechazo de todas las discriminaciones de g¨¦nero y raciales.
Barbosa no es marxista, es partidario del libre mercado, pero es consciente que Brasil no puede ser gobernado sin poner el ¨¦nfasis en el combate contra su miseria estructural. Es pragm¨¢tico como lo era el Lula del primer mandato, conocedor de las carencias del Brasil oculto y marginalizado.
Habr¨¢ quien diga que Barbosa se prepara con ese primer dibujo sobre Brasil, para recoger los votos de los seguidores de Lula si no pudiera disputar las elecciones. La pol¨ªtica es tambi¨¦n eso. Sin embargo, Barbosa no es el nuevo Lula y presenta una visi¨®n del pa¨ªs m¨¢s anal¨ªtica y menos triunfalista que el popular exsindicalista. Sabe que no es cierto, por ejemplo, que 40 millones de pobres han entrado definitivamente en el para¨ªso de la clase media. Quiz¨¢s tengan, como escribi¨® Fray Beto, media docena m¨¢s de electrodom¨¦sticos, pero es una masa de personas atrapada a¨²n por la carencia cultural, heredera de las cicatrices de una esclavitud que fue la ¨²ltima del mundo a ser liberada.
Barbosa, negro, intelectual, llegado de esa pobreza de la que pudo rescatarse gracias al estudio, ha querido dejar claro, a pesar de su aparente mutismo, que, sigue existiendo "el Brasil de la pobreza profunda, cuya miserabilidad, es su marca de origen". Quiz¨¢s lo que da miedo de Barbosa a la extrema derecha liberal es que de llegar a la presidencia, sabemos que en su mirada prevalecer¨¢ el Brasil de los desheredados. Barbosa no es una personalidad f¨¢cil, acomodadora, ni de lengua dulce. Si acabase siendo candidato, lo m¨¢s dif¨ªcil de asimilar para ¨¦l ser¨¢ aceptar que la pol¨ªtica es, por definici¨®n, "el arte del compromiso".
A ¨¦l le encajar¨ªa mejor que a tantos pol¨ªticos tradicionales, el consejo radical del Libro del Apocalipsis, 3,16 : "Sed fr¨ªos o calientes, porque si sois tibios os vomitar¨¦ de mi boca". Barbosa no ser¨ªa, en efecto, un presidente para principiantes, para el Brasil del vasallaje ancestral, o el de los resignados. Menos a¨²n protector de corruptos o anestesiador de desheredados. No extra?a que despierte a la vez admiraci¨®n, recelos y hasta miedo.
FIN
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.