Cuando las m¨¢quinas toman el mando
En el siglo XIX, all¨ª donde los campesinos pobres recib¨ªan ayudas m¨¢s generosas, las nuevas m¨¢quinas no provocaron revueltas
?Qu¨¦ sucede cuando las m¨¢quinas toman el mando; cuando los robots, impulsados por la inteligencia artificial, pueden hacer casi todo mejor que los humanos y los ¨²nicos empleos que quedan est¨¢n reservados para los trabajadores m¨¢s especializados? ?Cu¨¢ndo se adaptar¨¢n los trabajadores sustituidos por las m¨¢quinas y encontrar¨¢n nuevos empleos? ?Cu¨¢ndo se revelar¨¢n e intentar¨¢n resistirse a la introducci¨®n de nuevas tecnolog¨ªas?
En un reciente art¨ªculo cient¨ªfico intentamos responder a estas preguntas analizando las revueltas agrarias Capit¨¢n Swing, un episodio de la historia de Inglaterra que ofrece interesantes similitudes con la situaci¨®n actual. Los disturbios estallaron en 1830, y durante dos a?os los trabajadores rurales ingleses protagonizaron levantamientos contra los propietarios de las tierras. Quemaron granjas, mataron ganado y destruyeron maquinaria agr¨ªcola. En nuestro art¨ªculo Rage against the machines (Ira contra las m¨¢quinas) mostramos que el principal desencadenante fue la adopci¨®n de una innovaci¨®n tecnol¨®gica: la trilladora. No obstante, para entender c¨®mo esta novedad desemboc¨® en las revueltas, tenemos que fijarnos en lo que ocurri¨® 30 a?os antes.
Cuando las nuevas tecnolog¨ªas crean desempleo, la existencia de un Estado del bienestar capaz de redistribuir la riqueza puede ayudar a los trabajadores a absorber el impacto negativo de las m¨¢quinas y a adaptarse a la nueva situaci¨®n
A principios del siglo XIX, la mayor¨ªa de la poblaci¨®n de Inglaterra viv¨ªa en el campo y trabajaba las tierras de los terratenientes ricos. En invierno el trabajo escaseaba, y la mayor¨ªa de los campesinos se ganaba la vida trillando el cereal. Cada trabajador utilizaba una vara para golpear la mies en bruto hasta que el grano se separaba del resto de la planta. Aunque la tarea era sumamente dura y trabajosa, constitu¨ªa la ¨²nica fuente de ingresos para la mayor parte de los jornaleros en todo el invierno.
La situaci¨®n cambi¨® r¨¢pidamente a comienzos de 1800, cuando las trilladoras empezaron a aparecer en las granjas inglesas. La nueva m¨¢quina permit¨ªa realizar el trabajo de un pueblo entero nada m¨¢s que con la ayuda de un pu?ado de hombres. En consecuencia, los campesinos que viv¨ªan en los lugares que la introdujeron perdieron su trabajo de invierno, y con ¨¦l, su ¨²nico medio de vida en esa estaci¨®n. La situaci¨®n empeor¨® paulatinamente hasta 1830, cuando el descontento acab¨® estallando y los trabajadores de toda la isla se rebelaron.
En el art¨ªculo nos servimos de fuentes hist¨®ricas para reconstruir la localizaci¨®n de las m¨¢quinas y las revueltas, y utilizamos esta informaci¨®n para demostrar que la causa de los disturbios fue la adopci¨®n de una nueva tecnolog¨ªa. Nuestros resultados tienen moraleja, ya que indican que cuando las nuevas m¨¢quinas sustituyen a los trabajadores y causan un ¡°desempleo tecnol¨®gico¡± excesivo, sus v¨ªctimas pueden reaccionar y resistirse al cambio.
Ahora bien, ?cu¨¢l fue exactamente el problema en 1830, y por qu¨¦ no ha ocurrido nada parecido en los ¨²ltimos a?os? Una respuesta es que las innovaciones recientes, aunque a menudo provocan alteraciones, no han afectado a tanta gente al mismo tiempo como las trilladoras, que en 1800 dejaron sin empleo a la gran mayor¨ªa de los trabajadores del campo.
Una posible segunda respuesta tiene que ver con el Estado del bienestar. En 1800, las parroquias brit¨¢nicas ofrec¨ªan asistencia social a los pobres. Era un sistema descentralizado en el que cada iglesia brindaba diferentes niveles de ayuda. Mi equipo recopil¨® informaci¨®n sobre la generosidad de las distintas parroquias del pa¨ªs, y descubrimos que all¨ª donde los campesinos pobres recib¨ªan ayudas m¨¢s generosas, las nuevas m¨¢quinas no provocaron revueltas. Esto quiere decir que, cuando las nuevas tecnolog¨ªas crean desempleo, la existencia de un Estado del bienestar capaz de redistribuir la riqueza puede ayudar a los trabajadores a absorber el impacto negativo de las m¨¢quinas y a adaptarse a la nueva situaci¨®n.
Bruno Caprettini es un investigador en el Departamento de Econom¨ªa de la Universidad de Zurich.
(www.brunocaprettini.com)
Traducci¨®n de News Clips.