?Qui¨¦n mat¨® a Gandhi?
La petici¨®n de reabrir el caso reaviva teor¨ªas sobre la autor¨ªa intelectual de uno de los mayores magnicidios de la historia y pone el foco sobre los descendientes pol¨ªticos de los responsables
Hace exactamente 70 a?os, el 27 de mayo de 1948, comenzaba el juicio por el asesinato de Mohandas Karamchand Gandhi, una de las figuras m¨¢s relevantes de la historia moderna. Cinco meses antes, la tarde del 30 de enero de 1948, el Mahatma hab¨ªa sido disparado camino a su oraci¨®n diaria en Birla House, Nueva Delhi. Ocho hombres fueron condenados en aquel juicio. El autor material, Godse, y su c¨®mplice, Apte, miembros de la organizaci¨®n hind¨² radical Rashitriya Swayamsevak Sangh (RSS), se autoinculparon porque, seg¨²n ellos, Gandhi hab¨ªa traicionado a India. Ambos fueron ahorcados en 1949.
Pero la liberaci¨®n del resto de los condenados en los a?os 60 y rumores sobre un mayor complot, hicieron revisar el caso. En 1969, la Comisi¨®n de Kapur concluy¨®: "Todos los hechos considerados destruyen toda teor¨ªa que no sea la de la conspiraci¨®n para asesinar [a Gandhi] por [Vinayak Damodar] Savarkar y su grupo". Pol¨ªtico religioso y l¨ªder de la organizaci¨®n de extrema derecha Hindu Mashabha, Savarkar hab¨ªa sido absuelto en el juicio de 1948 pese a los indicios que le inculpaban. Ante la Comisi¨®n Kapur, sin embargo, dos de sus colaboradores le acusaron p¨®stumamente de planear el asesinato.
Aquel momento, que defini¨® la historia de India, no solo ha servido como material literario. En octubre del a?o pasado, Pankaj Phadnis, pidi¨® al Tribunal Supremo la reapertura del caso, sugiriendo un complot liderado por los servicios secretos brit¨¢nicos. El supremo desestim¨® la propuesta. Pero la petici¨®n ha despertado las cr¨ªticas de acad¨¦micos y familiares de Gandhi, quienes la consideran parte de una campa?a para exculpar a las organizaciones responsables de su asesinato y a sus descendientes pol¨ªticos.
La teor¨ªa de la conspiraci¨®n
La petici¨®n judicial parte de noticias publicadas despu¨¦s del homicidio. Los medios Free Press Journal, Reuters y Loksatta cuentan cuatro disparos. Times of India tambi¨¦n inform¨®: "El Padre de la Naci¨®n ha sido disparado cuatro veces", aunque matiz¨® l¨ªneas despu¨¦s: "Tres balas impactaron en Mahatma". Por su parte, la cr¨®nica de The Guardian del d¨ªa despu¨¦s, 31 de enero de 1948, narra cuatro disparos; aclarando que el ¨²ltimo fue un intento fallido de suicidio por parte de Godse. Ning¨²n otro medio describe tal evento.
Phadnis dice que su teor¨ªa de la cuarta bala se refuerza con la evidencia del diario manuscrito de Manuben Gandhi, fiel disc¨ªpulo del l¨ªder indio y una de las dos personas que le acompa?aban cuando fue disparado. "La polic¨ªa encontr¨® dos balas. Otra qued¨® en el cuerpo; hallada en sus cenizas. Pero el relato de Manuben, adjuntado en mi petici¨®n, cuenta que encontr¨® otra bala en el chal de Gandhi tras el ¨²ltimo ba?o. ?De d¨®nde ven¨ªa?", cuestiona Phadnis. El investigador subraya la importancia de ese detalle; a?adiendo que otras cuatro balas se encontraron en la rec¨¢mara de la pistola usada por Godse, de siete cartuchos.
El arma siempre fue motivo de controversia. La pormenorizada investigaci¨®n del libro The men who killed Gandhi?(1978), detalla que la Beretta usada por Godse (exclusiva de las fuerzas de Mussolini) fue incautada por las tropas brit¨¢nicas a las fascistas en Abyssinia (actual Etiop¨ªa y Eritrea). Pero no explica c¨®mo lleg¨® a manos del contrabandista que se la vendi¨® a Godse. Laguna para la que Phadnis tiene una hip¨®tesis: una conspiraci¨®n orquestada por el Imperio Brit¨¢nico. Su teor¨ªa parte de dos evidencias y una suposici¨®n.
Seg¨²n ¨¦l, la Comisi¨®n de Kapur pas¨® por alto dos testimonios contrastados en las pesquisas. El primero se deriva del diario de Manuben Gandhi, que narra c¨®mo Godse visit¨® la estancia de Gandhi el mediod¨ªa del 30 de enero, horas antes del asesinato (alrededor de las 17:15). El segundo, es el informe policial de la comisar¨ªa de Alwar, que document¨® la presencia de un extranjero en Birla House distribuyendo folletos informando del asesinato a las tres de la tarde. "Es chocante porque Gandhi estaba vivo en ese momento. Adem¨¢s, la tecnolog¨ªa de impresi¨®n en cicloestilo de la ¨¦poca es muy laboriosa y requiere horas...", explica Phadnis, que enlaza ambos hechos documentados.
La ¨²ltima suposici¨®n de Phadnis se deviene de una presunta comunicaci¨®n entre la Embajada Brit¨¢nica en Mosc¨² y la Oficina de Relaciones Exteriores de Londres, en febrero de 1948. Seg¨²n la petici¨®n, la misiva registra una conversaci¨®n entre Vijaylakshmi Pundit (embajador de India en la URRS) y sus contrapartes del Este de Europa en la que se implica a Reino Unido en el asesinato. De ah¨ª, Phadnis deduce la implicaci¨®n de la agencia secreta brit¨¢nica Force 136 ¡ªnombre clave para el Ejecutivo de Operaciones Especiales (SOE)¡ª, organizaci¨®n que realizaba operaciones de sabotaje en territorio ajeno durante la Segunda Guerra Mundial.
"Hay factores controvertidos y la presencia de un occidental en el lugar del crimen. Tambi¨¦n alegaciones de implicaci¨®n brit¨¢nica en el asesinato y la existencia de servicios secretos con posibilidad para hacerlo... ?No es suficiente para una investigaci¨®n?", justifica Phadnis.
La sombra del radicalismo hind¨²
"Muchos se creen expertos por la mentira de las cuatro balas... Ahora crean la impresi¨®n de que los acusados fueron v¨ªctimas de agentes externos", se queja Tushar A. Gandhi, bisnieto del l¨ªder indio y contrario a reabrir el caso. En su libro, Let's kill Gandhi?(2007), Tushar recoge la teor¨ªa de las balas, adem¨¢s de describir cinco intentos m¨¢s de magnicidio y recientes campa?as de desinformaci¨®n por sectores radicales hind¨²es.
El bisnieto de Gandhi cree que se quiere exonerar a Savarkar, acusado p¨®stumamente. Phadnis no esconde su afinidad por Savarkar, pero insiste en que Gran Breta?a ten¨ªa inter¨¦s en matar a Gandhi, para evitar su supuesto plan de paz entre hind¨²es y musulmanes: "Sin odio religioso, habr¨ªa habido m¨¢s flujo econ¨®mico entre India y Pakist¨¢n. El Imperio [Brit¨¢nico] se beneficiaba como intermediario entre naciones divididas".
Otros acad¨¦micos tambi¨¦n han fantaseado con el potencial pacificador del Mahatma. "?Habr¨ªa su presencia tra¨ªdo mayor unidad Indo-Musulmana? ?mejores relaciones entre India y Pakist¨¢n?", cuestiona el libro RSS, text books and the murder of Mahatma Gandhi?(2008). Sin embargo, su autor, Aditya Mukherjee, explica que escribi¨® el ensayo precisamente para "desmantelar la corriente supremacista hind¨² que trata de reescribir la historia de India".
Profesor de Historia en la Universidad Jawaharlal Nehru (JNU) de Delhi, Mukherjee explica: "RSS y Hindu Mahasabha planearon asesinarle porque el secularismo de Gandhi obstaculizaba su objetivo: convertir India en una naci¨®n hind¨²". El acad¨¦mico subraya que, aunque Godse rechaz¨® vincularse con ellos para protegerlos, cartas y declaraciones corroboran que el asesino material perteneci¨® a ambos grupos radicales.
Mukherjee rechaza base alguna para reabrir la investigaci¨®n, ya que ni el informe de Mosc¨² es oficial, ni se sabe de la presencia de la Force 136 en India. "Los historiadores no teorizamos en base a recortes de prensa y comentarios de aqu¨ª y all¨¢. No es as¨ª como se escribe la Historia", dice. Documentos de la ¨¦poca, como cartas entre pol¨ªticos, s¨ª prueban la amenaza de RSS y Hindu Mahasabha, cuyos panfletos instigaban a atentar contra musulmanes y contra Gandhi.
En su obsesi¨®n por continuar con el caso, Pankaj Phadnis solicit¨® al Alto Tribunal de Bombay importar el libro Who killed Gandhi??(1963), prohibido en India desde 1976. El volumen "desvela que muchos testimonios fueron eliminados del juicio inicial", dice Phadnis, quien asegura estar dispuesto a visitar Portugal, donde fue publicada la obra, para continuar su particular cruzada.
Reescribir la historia de India
Desde 2003, el retrato de Savarkar figura en el Parlamento de India como uno m¨¢s de los libertadores del pa¨ªs gracias a la aprobaci¨®n, entre otros, del partido de centroderecha y nacionalista Bharatiya Janata Party (BJP). Tras el retorno del BJP al Gobierno central en 2014, grupos radicales pidieron in¨²tilmente la creaci¨®n de un busto honorario para Godse.
¡°Los grupos radicales est¨¢n apropi¨¢ndose del noble concepto de nacionalismo que defendieron los padres de India frente al colonialismo. Pero su nacionalismo es religioso y exclusivo¡±, analiza Aditya Mukherjee. El historiador apunta: "Nadie puede negar el papel del radicalismo hind¨² en el asesinato de Gandhi. Como tampoco se puede negar la conexi¨®n pol¨ªtica del actual Gobierno con los grupos que le mataron".
Mientras Hindu Mahasaba apenas tiene representaci¨®n, RSS sobrevivi¨® a varias prohibiciones (entre ellas, tras el asesinato de Gandhi) gracias a su estatus de organizaci¨®n voluntaria sin afiliaci¨®n pol¨ªtica oficial. Defendiendo una naci¨®n hind¨² con millones de seguidores, algunos miembros de RSS gobiernan en varios Estados del norte de India con el apoyo del BJP.
El ide¨®logo de RSS y director del think tank India Policy Foundation, Rakesh Sinha, responde: "Muchas situaciones requieren discusi¨®n democr¨¢tica y, por tanto, la necesidad imperativa de reescribir la Historia". El tambi¨¦n profesor de la Universidad de Delhi (DU) va m¨¢s all¨¢ y cuestiona el papel de los disc¨ªpulos de Gandhi: "?Por qu¨¦ su seguridad no se increment¨® despu¨¦s de los intentos iniciales de asesinato? Nehru debe responsabilidad moral por la p¨¦rdida de la vida de la figura m¨¢s grande de la India moderna. Fue su fracaso".
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