La econom¨ªa, contra Erdogan
El desplome de la moneda turca y los malos indicadores econ¨®micos pueden ser el principal obst¨¢culo para la reelecci¨®n del presidente turco el pr¨®ximo domingo
Ni periodistas, profesores o diputados presos, ni libertades coartadas, ni derechos pisoteados, el pr¨®ximo domingo la mayor¨ªa de los turcos votar¨¢ con el bolsillo. La econom¨ªa ha sido el motivo para adelantar las elecciones: al Gobierno le hubiese resultado muy costoso mantener durante un a?o y medio m¨¢s la pol¨ªtica de subsidios y cr¨¦ditos a mansalva con la que ha mantenido la locomotora en marcha y que permiti¨® que el pasado a?o el PIB turco registrase una de las tasas de crecimiento m¨¢s altas del mundo, 7,4%.
Todas las encuestas reflejan que la principal preocupaci¨®n de los turcos es la econom¨ªa. Seg¨²n la empresa demosc¨®pica PIAR, el 65% de la poblaci¨®n cree que evoluciona ¡°negativamente¡±, mientras solo un 20% considera que ¡°va bien¡±. Los buenos n¨²meros de crecimiento no se reflejan en los hogares, que empiezan a notar estrecheces, pues la alta inflaci¨®n se come toda ganancia y diezma los ahorros. Los ¨²ltimos datos, de abril, indican que los precios al consumidor se incrementaron un 11% en el ¨²ltimo a?o y que el ¨ªndice de precios de producci¨®n subi¨® un 16%.
Una de los culpables es la depreciaci¨®n de la lira, que acumula p¨¦rdidas de en torno al 20% de su valor respecto al euro y d¨®lar (las principales monedas en que Turqu¨ªa realiza sus transacciones comerciales con el exterior). Cualquier importaci¨®n sale m¨¢s cara que antes, empezando por el petr¨®leo ¡ªcuyo precio, adem¨¢s, se ha incrementado internacionalmente¡ª y si aumenta el precio del combustible, aumentan todos los dem¨¢s. ¡°Los productores, aunque sean locales, ya calculan sus precios teniendo en cuenta el d¨®lar, pero la Administraci¨®n te paga un precio fijo en liras, as¨ª que tienes que tener en cuenta las cotizaciones para no perder mucho dinero¡±, se queja un peque?o empresario en declaraciones a EL PA?S.
Aquellas empresas que en momentos de bonanza pidieron pr¨¦stamos en moneda extranjera ven una pesadilla tras cada nueva ca¨ªda de la divisa nacional. No en vano, el 80% de las deudas del sector privado turco con el extranjero (248.000 millones de d¨®lares) est¨¢n denominadas en euros o d¨®lares, lo que ha llevado a gigantes de la econom¨ªa turca como Yildiz y Dogus a negociar con los bancos la reestructuraci¨®n de sus cr¨¦ditos.
Durante las semanas previas a las elecciones la lira ha continuado su irremisible proceso de depreciaci¨®n. No solo porque el escenario de una eventual victoria de la dispar coalici¨®n opositora lleve al pa¨ªs al territorio de lo desconocido tras 15 a?os de gobierno islamista, sino porque un nuevo triunfo del presidente turco Recep Tayyip Erdogan no presenta un horizonte m¨¢s halag¨¹e?o. En los d¨ªas siguientes a la publicaci¨®n de una entrevista concedida por Erdogan a la agencia de noticias econ¨®micas Bloomberg el pasado 15 de mayo, la lira perdi¨® m¨¢s del 10%. La raz¨®n: el mandatario islamista dijo que, "por mucho que a algunos les moleste¡±, si vence tendr¨¢ un papel m¨¢s influyente en la pol¨ªtica monetaria, hasta ahora en manos de un Banco Central te¨®ricamente independiente. Las palabras de Erdogan le salieron caras a los turcos y, para poner coto a la sangr¨ªa de la lira, el Banco Central hubo de intervenir de urgencia elevando un 3% los tipos de inter¨¦s, pese a la postura contraria del presidente.
Erdogan est¨¢ empe?ado desde hace a?os en rebajar los tipos de inter¨¦s, en una cruzada movida tanto por su fe islamista ¡ªel Cor¨¢n los rechaza¡ª como por puro inter¨¦s pol¨ªtico: su modelo de crecimiento en esta d¨¦cada se ha centrado en impulsar el consumo interno y la construcci¨®n, un sector que necesita intereses bajos que permitan a los ciudadanos obtener hipotecas a un menor coste.
Una subida de intereses podr¨ªa pinchar la creciente burbuja inmobiliaria en ciudades como Estambul ¡ªm¨¢s ahora que la cifra de compraventa de viviendas est¨¢ en su nivel m¨¢s bajo del ¨²ltimo lustro¡ª, poniendo en serios aprietos a las empresas constructoras que tanto han ayudado a Erdogan y a su partido; acabando con miles de empleos relacionados con la construcci¨®n y disparando la morosidad de los ciudadanos ahogados en deudas hipotecarias y, sobre todo, de sus tarjetas de cr¨¦dito. Por ello, Erdogan afirma que los altos intereses son ¡°la madre de todos los males¡±, pese a que desde expertos a inversores internacionales le recomiendan una subida significativa de tipos que permita atajar la alta inflaci¨®n y evitar la fuga de capitales en busca de rendimientos m¨¢s s¨®lidos y mercados m¨¢s estables.
Pero el presidente turco quiere estar a misa y repicando: intervenir a su manera en la econom¨ªa y a la vez prometer a los mercados que respeta las reglas del juego del neoliberalismo, porque tambi¨¦n necesita que los inversores env¨ªen su dinero a Turqu¨ªa para cerrar el hueco que provoca su d¨¦ficit por cuenta corriente (55.400 millones de d¨®lares, uno de los m¨¢s altos del mundo en t¨¦rminos absolutos). Algo que en los ¨²ltimos dos a?os ha provocado que las agencias de rating redujeran la calificaci¨®n crediticia de Turqu¨ªa varios pelda?os por debajo del bono basura.
Los c¨ªrculos gubernamentales han tratado de explicar esta r¨¢pida involuci¨®n econ¨®mica como una ¡°conspiraci¨®n¡± de los enemigos de Turqu¨ªa, ¡°envidiosos¡± porque el pa¨ªs se est¨¦ transformando en una potencia global. El control de los medios de comunicaci¨®n que ejerce el Gobierno ha permitido que esta visi¨®n se extienda. Seg¨²n la empresa de an¨¢lisis A&G, ¡°hasta el 60% de los electores piensa que los vaivenes de la econom¨ªa se deben a intervenciones externas¡±.
Pero la debilidad de la lira no se explica solo por movimientos especulativos ¡ªque los hay¡ª o por la presi¨®n de los mercados internacionales, sino tambi¨¦n porque la propia poblaci¨®n turca vuelve a perder confianza en su propia moneda, como en la d¨¦cada de 1990 cuando se ahorraba en marcos alemanes. Actualmente, m¨¢s del 43% de los dep¨®sitos bancarios en Turqu¨ªa son en divisa extranjera, una cifra que no ha parado de aumentar en los ¨²ltimos a?os. Y en paralelo a la dolarizaci¨®n, se ha incrementado la compra de oro que la gente almacena en sus casas a modo de ahorro, privando as¨ª de liquidez a los circuitos financieros.
Para contrarrestar el negativo sentimiento econ¨®mico, el Gobierno ha anunciado un importante paquete de ayudas por valor de unos 5.000 millones de euros. Unos d¨ªas antes de los comicios, los 12 millones de pensionistas de Turqu¨ªa recibir¨¢n un cheque de 1.000 liras (190 euros) como nueva paga extra y ver¨¢n aumentada la ya existente en otras 500 liras. Adem¨¢s, se ha aprobado una amnist¨ªa fiscal para fomentar el retorno de capitales, se condonar¨¢n las deudas con la Seguridad Social de millones de ciudadanos y se legalizar¨¢n, por un m¨®dico precio, miles de asentamientos ilegales. La oposici¨®n tampoco se ha quedado corta y ha prometido subir un 30% el salario m¨ªnimo, y entre el 50 y el 100% las pensiones, sin pararse a pensar que el d¨¦ficit se est¨¢ incrementando muy por encima de lo presupuestado. La resaca econ¨®mica de las elecciones, por tanto, promete ser dura.
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