Kerry Kennedy: ¡°EE UU no ha estado tan dividido como en 1968¡±
La hija de Robert Kennedy rememora en una entrevista la lucha de su padre a favor de los derechos civiles y defiende su legado en la era Trump
Kerry Kennedy ten¨ªa 9 a?os cuando el 5 de junio de 1968 su padre, Robert Kennedy, mor¨ªa asesinado en las cocinas del hotel Ambassador de Los ?ngeles. Acababa de dirigirse a sus seguidores para celebrar su victoria como candidato dem¨®crata a la presidencia de EE UU en las primarias de California cuando tres disparos de Sirhan Sirhan, un inmigrante palestino, truncaron su imparable ascenso, sumando su destino al de su hermano, JFK. Para una generaci¨®n con el fallecimiento de Robert Kennedy desaparec¨ªan las esperanzas de lograr para EE UU un presidente capaz de tender puentes entre razas y clases sociales, de buscar la unidad en un momento en el que el pa¨ªs estaba fracturado por la lucha por los derechos civiles y la oposici¨®n a la guerra de Vietnam. Kerry Kennedy se niega a hablar sobre esa fat¨ªdica noche en una entrevista concedida telef¨®nicamente a EL PA?S apenas un mes antes de que se conmemore el 50? aniversario de esa fecha. Quiere evitar a toda costa cualquier pregunta de car¨¢cter personal, pero se explaya a borbotones cuando se le pide hablar del legado de su padre y no reh¨²ye confrontar su forma de ver y hacer pol¨ªtica con la del actual presidente, Donald Trump.
EE UU necesita responder a la pregunta de c¨®mo somos, c¨®mo nos vemos y a d¨®nde queremos ir
Kerry Kennedy es la ¨²nica de sus 11 hermanos que ha decidido seguir la estela de su padre en materia social. En 1986 fund¨® el Centro Robert Kennedy de Derechos Humanos, dedicado a promover la educaci¨®n y los derechos civiles en EE UU y el resto del mundo. Kerry Kennedy se expresa con firmeza y con la cadencia y determinaci¨®n que el antiguo fiscal general del Estado usaba en sus alocuciones p¨²blicas cuando se le pregunta qu¨¦ hubiera hecho su padre de haber llegado a Casa Blanca.
¡°Durante su campa?a ¨¦l apelaba a la ¡°paz, la justicia y la compasi¨®n hacia todos aquellos que sufren¡±. Eso es por lo que EE UU hubiera estado a favor si mi padre hubiera sido presidente. Creo que ahora cuando se mira a este pa¨ªs nadie cree que esos sean los valores que se defienden, pero mi padre habr¨ªa luchado por institucionalizarlos¡±. Podr¨ªa parecer que cuando Kerry Kennedy habla sobre Robert Kennedy lo hace desde el prisma que supone ser la hija de una figura hist¨®rica, cuya influencia pol¨ªtica y social y su carisma personal, como los de su t¨ªo, el presidente John F. Kennedy, se ha ponderado hasta la saciedad. Pero sus palabras, lejos de estar viciadas por el tamiz del peso de ser la sucesora de un mito, se sustentan firmemente en los discursos de su padre -que cita de memoria- y en sus acciones.
¡°Pas¨® toda la campa?a hablando de justicia social, econ¨®mica y racial con lo que no creo que hubi¨¦ramos llegado a vivir la violencia y los enfrentamientos que hemos visto estos a?os. Habr¨ªa puesto fin a la guerra de Vietnam y se habr¨ªa esforzado por limitar el poder de la industria militar. Durante su etapa como fiscal general trat¨® de impedir que la CIA se inmiscuyera en cambios de reg¨ªmenes pol¨ªticos o asesinatos pol¨ªticos. La historia en Argentina, Chile, Brasil, El Salvador, Guatemala, Nicaragua, Timor Oriental, Congo, incluso Oriente Pr¨®ximo, hubiera sido diferente. EE UU se hubiera aliado con aquellos que luchaban por la democracia y los derechos humanos¡±, abunda.
Robert Kennedy viaj¨® por todo el mundo defendiendo esos valores democr¨¢ticos, una visi¨®n multilateralista de la pol¨ªtica exterior que en nada se parece al aislacionismo que propugna Trump. ¡°La tarea fundamental que debemos hacer los estadounidenses es preguntarnos qu¨¦ papel ocupamos en el mundo y c¨®mo nos vemos a nosotros mismos. Ahora mismo mucha gente en este pa¨ªs adora a Trump, su autoritarismo y la falsa imagen que proyecta sobre una Am¨¦rica en la que es maravilloso vivir si eres blanco y de clase media y bastante horrible si eres mujer, afroamericano, latino o inmigrante, una imagen de la posguerra. Creo que no es a esa ¨¦poca a la que la gente quiere regresar. EE UU necesita responder a la pregunta de c¨®mo somos, c¨®mo nos vemos y a d¨®nde queremos ir¡±.
Mi padre era un hombre de determinaci¨®n moral. Lo mov¨ªa el amor
La Am¨¦rica de Trump parece m¨¢s polarizada que nunca: el presidente est¨¢ levantando un muro para impedir que los inmigrantes que vienen de M¨¦xico crucen la frontera; gobierna de manera imprevisible e insulta a la prensa y a todo el que no est¨¦ con ¨¦l. Su forma populista y autoritaria de entender la pol¨ªtica es similar a la de muchos otros l¨ªderes en Europa o Asia. Muchos ven inevitable comparar la situaci¨®n actual con la de hace 50 a?os. Kerry Kennedy tiene claro que la situaci¨®n de 1968 era peor. ¡°No creo que nuestro pa¨ªs haya estado tan dividido como entonces. Necesitamos mirarlo con perspectiva. En EE UU, 125 ciudades estaban en ebullici¨®n, incendiadas literalmente por las protestas de los j¨®venes contra la guerra de Vietnam. La Primavera de Praga dio lugar a manifestaciones y enfrentamientos en Par¨ªs, Alemania y Hungr¨ªa. ?frica estaba inmersa en la espiral del anticolonialismo. Mi padre habl¨® mucho sobre la necesidad de tener una visi¨®n de paz y fue realmente el ¨²nico pol¨ªtico en unir a blancos y negros, j¨®venes y viejos, ricos y pobres. Y ¨¦l les hablaba con realismo. No se conformaba con decirles: ¡°Podemos lograrlos, sino que les advert¨ªa: ¡°Esto va a conllevar sacrificios por vuestra parte¡±. ?l era honesto, no le dec¨ªa a la gente lo que quer¨ªa o¨ªr y por eso confiaban en ¨¦l¡±.
El mejor consejo que a Kerry Kennedy le dio su padre fue el de leer y ser activa en la b¨²squeda de la paz. ¡°Cada vez que discut¨ªa con mi hermano, siempre nos obligaba a estar callados y a escuchar en silencio y sin interrumpirnos la versi¨®n que cada uno ten¨ªamos de nuestra ri?a. Luego nos hac¨ªa darnos un beso, pedirnos perd¨®n el uno al otro e ir a nuestra habitaci¨®n a leer durante una hora¡±. Una estrategia familiar, la ¨²nica licencia personal que se permite en toda la conversaci¨®n, que Kerry Kennedy proyecta en su forma de hacer pol¨ªtica. ¡°La paz no es algo por lo que solo debamos rezar. Tienes que actuar para generar paz. Tienes que dejar de ver a tu hermano como un enemigo, tienes que encontrar las v¨ªas para encontrar la paz, para crear la paz¡±, cuenta con vehemencia.
Mi padre era honesto, no le dec¨ªa a la gente lo que quer¨ªa o¨ªr y por eso confiaban en ¨¦l
Kerry Kennedy defiende que el legado de su padre es m¨¢s necesario ahora que nunca y pone, de nuevo, el impacto de sus discursos como ejemplo. ¡°La misma noche del asesinato de Martin Luther King ¨¦l se dirigi¨® a los ciudadanos de Indian¨¢polis, la mayor¨ªa negros, y les habl¨® de la muerte de su propio hermano: ¡°A todos vosotros que est¨¢is pensando en provocar disturbios, en apelar a la violencia, todo lo que puedo deciros es que os entiendo porque un miembro de mi familia tambi¨¦n fue asesinado¡±, recuerda Kerry Kennedy. ¡°Imagina a un pol¨ªtico que se presentaba para presidente dici¨¦ndoles: ¡°Entiendo vuestro instinto¡±, es algo incre¨ªble, inimaginable. ¡°Pero eso no es por lo que luchaba Martin Luther King. Eso no es lo que nuestro pa¨ªs necesita. Lo que no necesitamos es violencia, sino justicia para el otro y compasi¨®n hacia el otro¡±. Esa noche hubo altercados en 125 ciudades, pero Indian¨¢polis se mantuvo tranquila¡±, explica. ¡°Al d¨ªa siguiente ofreci¨® otro discurso en Cleveland y habl¨® de la violencia de las instituciones. Habl¨® de la violencia de las escuelas donde no hay libros para poder ense?ar a los alumnos, de la violencia de decirle a un chaval negro que tiene que estar en el colegio para obtener un trabajo cuando todo el mundo sabe que no hay trabajos para los negros. Esa era una realidad que todos deb¨ªan afrontar, la injusticia del sistema y la necesidad de abordarla como sociedad¡±.
No obstante, est¨¢ convencida de que hoy en d¨ªa hay mucha gente que puede recoger el testigo de su padre, no solo entre los pol¨ªticos de la bancada dem¨®crata. ¡°Los j¨®venes estudiantes que est¨¢n liderando el movimiento en contra de las armas, son un ejemplo del esp¨ªritu de mi padre¡±, afirma.
Para Kerry Kennedy, los discursos de Indian¨¢polis y Cleveland, junto con el que ofreci¨® en Ciudad del Cabo, en 1966, son los que mejor delimitan c¨®mo era Robert Kennedy como pol¨ªtico. Ella opta por los t¨¦rminos ¡°un hombre de imaginaci¨®n moral¡± para definir a su padre. ¡°A ¨¦l lo mov¨ªa el amor y supo expresar ese sentimiento a trav¨¦s de una valent¨ªa extraordinaria¡±.
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