Operaci¨®n Peluca
No es necesario revisar el Latinobar¨®metro, para saber que la democracia peruana est¨¢ en erosi¨®n y que su debilidad permite que surjan formas nuevas de autoritarismo
En el Per¨², las c¨¢maras esp¨ªa (cuanto m¨¢s chuscas, mejor) marcan la historia. Hace pocos meses, las grabaciones subrepticias de Mois¨¦s Mamani, un congresista que actu¨® como agente provocador, derrumbaron el Gobierno de Pedro Pablo Kuczynski. Este mes, otra grabaci¨®n oculta, a cargo del congresista y general retirado del Ej¨¦rcito, Edwin Donayre, tuvo como objetivo la memoria del pa¨ªs.
Disfrazado de colombiano sordomudo supuestamente desplazado por la violencia, con un sombrerillo y una peluca que hasta Lando Buzzanca (el s¨²per agente 86 de anta?o) hubiera encontrado rid¨ªcula, Donayre lleg¨®, acompa?ado por un par de personas, al Lugar de la Memoria (LUM) ¡ªel museo que guarda parte del recuerdo de los a?os de sangre y tragedia que vivi¨® el Per¨² a causa de la insurrecci¨®n de Sendero Luminoso y, secundariamente, del MRTA¡ª para tratar de demostrar que el LUM era un nido de apologistas del terrorismo.
La grabaci¨®n subrepticia de la visita, guiada por una persona de buena fe, aunque ingenua y poco preparada, fue editada con toda la malicia del caso y difundida por Donayre para provocar un frenes¨ª acusatorio en la mayor¨ªa fujimorista del Congreso. La ministra de Cultura fue perentoriamente convocada y tanto ella como el presidente de la rep¨²blica, Mart¨ªn Vizcarra, respondieron en forma penosamente d¨¦bil y apaciguadora. La gu¨ªa, Gabriela Eguren, fue separada de su cargo, mientras los congresistas fujimoristas exig¨ªan una comisi¨®n investigadora para rastrear comunistas en el LUM. Una de ese grupo denunci¨® a la instituci¨®n por emplear a un ¡°hijo de terroristas¡±: el historiador y poeta Jos¨¦ Carlos Ag¨¹ero.
Ag¨¹ero era un ni?o cuando sus padres, militantes senderistas, fueron muertos extrajudicialmente. Desde esa p¨¦rdida y m¨²ltiple abandono, Ag¨¹ero ha explorado con extraordinaria lucidez sus propias memorias junto con las de otros, cercanos y diversos, que sufrieron la feral violencia de esos a?os. Intentar descalificar a uno de los m¨¢s inteligentes pensadores de hoy por qui¨¦nes fueron sus padres retrata bien a los fujimoristas, que ostentan sin empacho la mayor medida de poder en el pa¨ªs.
El estrafalario general Donayre, que no es formalmente fujimorista aunque act¨²e en feliz concierto con ellos, tiene una interesante trayectoria. Casi al tiempo que hac¨ªa p¨²blico el v¨ªdeo sobre el LUM, una fiscal superior ped¨ªa 10 a?os de c¨¢rcel para el general de la peluca por ¡°peculado doloso y contra la fe p¨²blica¡± en el largo caso de los generales gasolineros (que, seg¨²n la acusaci¨®n y las investigaciones previas, robaron sistem¨¢ticamente a su instituci¨®n y al pa¨ªs con asignaciones fantasma de gasolina que se tradujeron en cuantioso dinero apropiado por los principales acusados, entre los cuales figura se?aladamente Donayre). El general cuenta, por el momento, con inmunidad parlamentaria, pero eso no impide el juicio ni la sentencia. Solo posterga su eventual cumplimiento.
Hay m¨¢s. Cuando los Wikileaks irrumpieron a la luz se pudo conocer un cable secreto enviado en 2009 por el entonces embajador de Estados Unidos en Per¨², Michael McKinley, sobre ¡°supuesta corrupci¨®n en el Ej¨¦rcito¡±, donde mencionaba la visita que hizo un alto mando militar a un empresario pesquero, detenido poco despu¨¦s cuando, seg¨²n las autoridades, trataba de exportar 840 kilos de coca¨ªna. El cable a?ad¨ªa que ese mando militar se reuni¨® con el empresario pesquero a pedido de Donayre, entonces comandante general del Ej¨¦rcito.
Donayre contest¨® furioso d¨¢ndole un ultim¨¢tum de 24 horas a McKinley para que desmienta lo escrito. Pasaron las 24, las 48, las 72 y luego los a?os y el ultim¨¢tum se escurri¨® de la memoria, contra la cual, a lo que se ve, el general se encuentra en perpetua campa?a.
Es el mismo que hace algunos meses interpel¨® as¨ª a la entonces ministra de Salud: ¡°?Es usted casada o soltera?¡±. ¡°Soltera¡±. ¡°¡ Ah, ya se ve. Porque las solteras tienen muchas navidades pero ninguna nochebuena¡±, sentenci¨® Donayre.
Est¨¢ claro que la pataner¨ªa autoritaria no deber¨ªa sorprender. Aunque se supone que vivimos en democracia no es necesario revisar el Latinobar¨®metro, para saber que se trata de una democracia en erosi¨®n, cuya debilidad permite que surjan dentro de ella formas nuevas de autoritarismo. Un autoritarismo lumpen, en este caso de derecha cerril, estrecha e inculta, cuyo dogmatismo prepotente va en relaci¨®n inversa con su inteligencia.
Es una tendencia que, por supuesto, no se limita al Per¨². Aqu¨ª figura como derecha, igual que, digamos, en Brasil con Jair Bolsonaro; en Venezuela o Nicaragua se presenta como izquierda. Pero la diferencia fundamental es si tomaron todo el Gobierno y controlan los aparatos de seguridad o no.
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