Kim Jong-un analiza en Pek¨ªn los pasos tras la cumbre con Trump
Es la tercera visita del l¨ªder norcoreano desde el comienzo del proceso de deshielo
El l¨ªder supremo norcoreano, Kim Jong-un, se encuentra desde este martes y hasta ma?ana mi¨¦rcoles en Pek¨ªn, donde aborda con las autoridades chinas los resultados de su reuni¨®n en Singapur la semana pasada con el presidente de EE UU, Donald Trump, para hablar de desarme nuclear.
Es la tercera visita desde febrero, desde que comenz¨® el deshielo entre las dos Coreas, y la primera que empieza a abrirse el velo del misterio. Si en los dos primeros viajes los medios oficiales chinos no informaron de su presencia hasta que se hubo marchado, en este la agencia de noticias estatal Xinhua ha confirmado la estancia y su duraci¨®n desde su llegada. Un s¨ªntoma m¨¢s de la normalizaci¨®n gradual de la figura de Kim Jong-un como l¨ªder internacional. Tambi¨¦n, de la creciente confianza de Pek¨ªn y Pyongyang en sus lazos bilaterales tras a?os de tensiones.
Aunque la nueva pol¨ªtica informativa tiene sus l¨ªmites: no se ha dado a conocer ning¨²n detalle de las actividades que desarrollar¨¢ en Pek¨ªn a lo largo de estos dos d¨ªas.
La visita de Kim ocurre exactamente una semana m¨¢s tarde de la reuni¨®n con Trump en un lujoso hotel de Singapur, y menos de 24 horas despu¨¦s de que Washington anunciara la suspensi¨®n de las maniobras militares conjuntas con Corea del Sur que ten¨ªa previstas en agosto, las ¡°Ulchi-Freedom Guardian¡±. El presidente de EE. UU. hab¨ªa anunciado, inmediatamente despu¨¦s de la cumbre, que cancelar¨ªa los ejercicios anuales como muestra de buena voluntad hacia el Norte.
El a?o pasado, esas maniobras reunieron a cerca de 17.500 soldados de EE UU y militares surcoreanos y se centraron en simulaciones de ordenador sobre planes defensivos en caso de un ataque desde Corea del Norte.
La suspensi¨®n de las diferentes maniobras conjuntas figuraba dentro del plan que China hab¨ªa propuesto para reducir la tensi¨®n en la pen¨ªnsula coreana, ¡°congelaci¨®n por congelaci¨®n¡±: que Pyongyang dejara de efectuar pruebas de misiles y bombas nucleares, y que Se¨²l y Washington aparcaran sus ejercicios militares, que el Norte considera una provocaci¨®n. Un plan que, si no de modo formal, s¨ª en la pr¨¢ctica, ha empezado ya a aplicarse.
Kim tratar¨¢ con las autoridades chinas ¡ªprincipales aliados de su r¨¦gimen, y una de las grandes presencias en la sombra en la reuni¨®n de Singapur¡ª sobre los resultados de la cumbre y los pr¨®ximos pasos a dar. Aquella reuni¨®n se cerr¨® con una declaraci¨®n de cuatro puntos en t¨¦rminos vagos, en los que Corea del Norte se compromete a colaborar para la ¡°desnuclearizaci¨®n de la pen¨ªnsula coreana¡± y Estados Unidos, a ofrecer garant¨ªas de seguridad para el r¨¦gimen de Pyongyang.
Cu¨¢les ser¨¢n los pr¨®ximos pasos que pueda dar Corea del Norte es a¨²n un gran misterio. La declaraci¨®n no fija ninguna hoja de ruta ni plazos. Tampoco establece mecanismos para el desarme. No hay previstas penalizaciones si no se logran avances, m¨¢s all¨¢ de que continuar¨ªan las sanciones internacionales contra el r¨¦gimen, o que Trump amenazara en su rueda de prensa tras la cumbre con incrementarlas si el Norte arrastra los pies.
Presumiblemente, la aplicaci¨®n de esas sanciones ser¨¢ otro de los grandes asuntos que aborden Kim y las autoridades chinas, encabezadas por el presidente Xi Jinping. China endureci¨® notablemente el cumplimiento de esas medidas el a?o pasado, uno de los factores que ha podido contribuir a la decisi¨®n de Corea del Norte de sentarse a la mesa de negociaciones.
China es el receptor de cerca del 90% de las exportaciones norcoreanas, y una relajaci¨®n en su aplicaci¨®n de las sanciones dejar¨ªa sin efecto la pol¨ªtica de ¡°presi¨®n m¨¢xima¡± que Estados Unidos ha querido aplicar sobre Corea del Norte desde que el a?o pasado las amenazas de uno y otro lado parecieran acercarlos inexorablemente al borde de una guerra.?
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