La sonrisa intermitente de Alejandra Barrales
La candidata del Frente para gobernar la Ciudad de M¨¦xico se muestra convencida del triunfo, pese a que las encuestas le sit¨²an por detr¨¢s de la aspirante de Morena
Alejandra Barrales en mayo no toma caf¨¦. Hay meses en los que prefiere el t¨¦ chai con leche de soya. Se despierta a las cinco de la ma?ana y medita un rato. Antes sal¨ªa a correr. Ahora casi no tiene tiempo. Despu¨¦s, atiende a su hija. Se sube a una camioneta que cruzar¨¢ la ciudad, su tr¨¢fico, su lluvia, para cumplir todos los eventos programados en la ajetreada agenda de campa?a. Esta ma?ana empez¨® a las siete. Entrevista en la radio con un amigo, ?scar Mario Beteta. Le har¨¢ preguntas f¨¢ciles de responder e incluso le recomendar¨¢ algunas respuestas para quedar bien. ?l tampoco quiere que gane su principal rival, Claudia Sheinbaum, la candidata del partido de Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador para gobernar la Ciudad de M¨¦xico y favorita en las encuestas. Se lo confiesa sin tapujos. Y ella sonr¨ªe.
Como si se tratara de un interruptor de felicidad programada, al cerrar la puerta del coche, esa sonrisa que muestra todos los dientes se apaga. Fuera de los focos, la candidata del Frente ¡ªuna coalici¨®n de partidos formada por el PRD, PAN y Movimiento Ciudadano¡ª se parece m¨¢s a una ejecutiva pegada a su celular que a una candidata en plena campa?a. Vestida con un sobrio traje de chaqueta, falda de tubo y tacones, desliza con nervio el dedo por la pantalla de su smartphone y guarda silencio mientras le da peque?os sorbos a su t¨¦ del Starbucks. El ¨²nico momento que humaniza la parte trasera del coche es una llamada inesperada. "?Mami!". Su hija de cuatro a?os aparece en el tel¨¦fono. "De repente, si ella quiere ver a su mam¨¢, le pide a las chicas que me pongan para vernos", explica. Las chicas son varias mujeres encargadas de cuidarla.
¡ª?De ah¨ª naci¨® su propuesta de ayudar a las madres solteras?
¡ªS¨ª, por supuesto. Mi realidad me ayuda a entender lo dif¨ªcil que es salir adelante para muchas mujeres. Yo nac¨ª aqu¨ª, vengo de la cultura del esfuerzo, que en espa?ol quiere decir que vengo desde abajo.
Barrales naci¨® en 1967 en un barrio del centro de la ciudad. Y desde muy peque?a lo tuvo claro: quer¨ªa ser diputada, azafata o periodista. De momento, ya ha cumplido dos de sus tres deseos. "En la colonia hab¨ªa una chica que era sobrecargo y cuando ven¨ªa las ni?as corr¨ªamos a alcanzarla. Siempre la ve¨ªamos tan arreglada, era como una maravilla verla, con su uniforme...", recuerda mientras riza sus pesta?as con una cuchara y retoca su carm¨ªn de camino al siguiente evento: un recorrido por uno de los barrios m¨¢s pobres y marginales de la capital.
La candidata ha estado durante meses en el punto de mira por poseer un lujoso apartamento en Miami valorado en 1,2 millones de d¨®lares y otro en una exclusiva colonia de la capital, Lomas de Chapultepec, de unos 720.000 d¨®lares. Que le hablen de esto le irrita: "Estoy segura de que estos ataques medi¨¢ticos se dan porque soy mujer. Porque no nos perdonan el ¨¦xito y la capacidad de que avancemos por nuestros propios medios. Si saliera a explicar que tengo un marido que es millonario y que tengo otra condici¨®n y que ¨¦l me pudo haber ayudado econ¨®micamente... Eso hubiera dejado callados a muchos".
Una de las apuestas fuertes de esta candidata es una ayuda de 2.500 pesos al mes (unos 125 d¨®lares) a las jefas de familia. No tienen por qu¨¦ ser madres, pueden ser abuelas, t¨ªas, hermanas. Seg¨²n sus c¨¢lculos, cuatro de cada 10 mujeres encabezan un hogar en la capital y la cifra es "cada vez mayor". Ella insiste mucho en que no se trata de una propuesta "asistencialista". En esta campa?a todos luchan por sacudirse el t¨¦rmino, aunque haya miles de hogares que realmente necesitan con urgencia programas de ayuda social en la capital, pues en la dial¨¦ctica mexicana est¨¢ ligado al clientelismo, a la compra de votos.
Es muy probable que el pr¨®ximo 1 de julio la Ciudad de M¨¦xico tenga tambi¨¦n a una mujer al frente. Sheinbaum (de Morena y Encuentro Social) y Barrales han liderado las encuestas desde su candidatura, aunque la primera aventaja con mucha diferencia a la segunda. Dos candidatas de partidos de izquierdas que arrastran en sus coaliciones a formaciones de la derecha, como un acto desesperado para arrancarse electores. Barrales, una de las art¨ªfices junto al candidato presidencial Ricardo Anaya, del PAN, de la alianza del Frente, adem¨¢s carga con el lastre de una imagen degradada de su partido, actualmente en el Gobierno y el ¨²nico que ha gobernado la capital desde hace 21 a?os. La batalla por el gobierno local se asemeja mucho a la lucha por la presidencia de M¨¦xico. Y todo apunta a que aqu¨ª tambi¨¦n ganar¨¢ el partido de L¨®pez Obrador.
Est¨¢ convencida de que si la competici¨®n es femenina, es en buena parte gracias a ella. "Estoy muy contenta porque esto est¨¢ pasando en la capital. Pero no me siento ajena. Yo soy promotora y constructora de esta posibilidad", apunta y enumera su trayectoria de 25 a?os en el servicio p¨²blico: diputada federal y de la Asamblea de la capital, secretaria de Turismo (de 2006 a 2008) en la ciudad, de Educaci¨®n (de 2015 a 2016) y senadora. "No hay elementos para pensar que su llegada [la de Sheinbaum] vaya a representar un beneficio para ellas", sentencia.
La violencia que han provocado las luchas de los c¨¢rteles locales de droga, la falta de agua en muchas delegaciones del sur y sureste, los feminicidios, los intolerables niveles de contaminaci¨®n y la ineficiencia del sistema de transporte p¨²blico, son los grandes retos a los que se enfrentar¨¢ la pr¨®xima jefa de Gobierno. Y de momento, las propuestas de esta candidata para resolverlos no son muy espec¨ªficas. Recurriendo de nuevo a la dial¨¦ctica de la pol¨ªtica mexicana: "la inseguridad se va a combatir", "acabaremos con los polic¨ªas corruptos", "vamos a reparar las fugas de agua", " no habr¨¢ impunidad". En el tema del transporte hay medidas m¨¢s concretas: la construcci¨®n de 258 kil¨®metros de ciclov¨ªa, 78 kil¨®metros de Metrob¨²s, 50 kil¨®metros de Metrocable (telef¨¦rico) y ampliar 24 kil¨®metros de Metro. Aunque no ha concretado de d¨®nde saldr¨¢n los recursos que implica este ambicioso proyecto por el que estiman gastar alrededor de 140.000 millones de pesos (unos 7.000 millones de d¨®lares).
En la parte trasera del coche, se da los ¨²ltimos retoques de maquillaje. Ya no es una camioneta, sino un veh¨ªculo m¨¢s austero. La puerta se abre y se enciende el interruptor: sonr¨ªe con todos los dientes. Vestida m¨¢s informal, con botines planos, jeans y chamarra negra, camina hacia un grupo de simpatizantes que la espera desde hace una hora en uno de los barrios m¨¢s marginales de la capital, gobernado hist¨®ricamente por su partido, Lomas de Becerra (delegaci¨®n ?lvaro Obgreg¨®n). Ella hizo 40 minutos para llegar, quienes viven ah¨ª emplean diariamente m¨¢s de dos horas, olvidados por el sistema de transporte p¨²blico.
Recorre junto a un grupo de vecinos un entramado de callejones empinados que desembocan en un vertedero. Las aceras est¨¢n pintadas casualmente de amarillo ¡ªel color del PRD¡ª como una muestra de lo que ha hecho el gobierno local por ellos, hace notar a este diario una de las simpatizantes. Y ella les va prometiendo casa por casa que cuando llegue al poder sus problemas se van a acabar.
Unas mujeres curiosas, ajenas al acto de campa?a, observan esta procesi¨®n esc¨¦pticas y aseguran que muchos de los que la siguen no son de ese barrio, que reciben alg¨²n tipo de d¨¢diva por seguirla durante una hora y corear su nombre. "As¨ª le hacen todos los partidos", apunta resignado un joven de unos 20 a?os que despacha una peque?a tienda. En la calle grupo de chicas grita: "?Chiquitibum a la bim bom ba. Barrales, Barrales, ra, ra, ra!".
¡ª?Y ustedes, por qu¨¦ prefieren a Alejandra Barrales antes que a Claudia Sheinbaum?
¡ª?Claudia qu¨¦? ?Qui¨¦n es esa?
Una cumbia compuesta especialmente para la campa?a de la candidata suena de fondo. El olor f¨¦tido del vertedero impregna el ambiente de un mitin final pasado por agua. Ya es de noche. Se cierra la puerta. Se endurece su rostro: "Venir aqu¨ª te cambia todo. A veces te genera hasta choque, son muchas realidades que a m¨ª me duelen. Muchos otros trabajan para no verlas".
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