Primer tratado de derechos humanos
Las migraciones, en distintas partes del mundo, son motivo de tensiones, intolerancia y fanatizados nacionalismos xen¨®fobos
Fue el primer tratado internacional de derechos humanos que celebraba un pa¨ªs asi¨¢tico o uno latinoamericano: China y Per¨², entre s¨ª, hace 144 a?os, junio de 1874. Dos pa¨ªses, distantes en la geograf¨ªa y la historia, pero unidos por las migraciones de chinos hacia el Per¨², iniciadas 20 a?os antes cuando termin¨® la esclavitud (1854). La mano de obra "liberta" negra fue reemplazada por inmigrantes chinos, la mayor parte proveniente de Guandong (Cant¨®n), para laborar en plantaciones agr¨ªcolas de la costa y en las islas guaneras.
Visto en el papel podr¨ªa parecer una "simple" formalidad de contrato laboral: enrolar laboralmente a ciudadanos chinos por un plazo de cinco a?os, a cambio de un pago y con el compromiso de devolverlos a su pa¨ªs de origen vencido ese tiempo. Esa migraci¨®n masiva durante m¨¢s de 20 a?os result¨® siendo, sin embargo, un vergonzoso espacio de tr¨¢fico de personas y de semi-esclavitud atroz. El maltrato al trabajador chino exced¨ªa, muchas veces, al antes producido contra los esclavos negros; a fin de cuentas, al ser estos una "propiedad privada" su vida o muerte no era irrelevante para el esclavista/propietario. El chino era s¨®lo un pe¨®n contratado.
Trascurridas dos d¨¦cadas y con cerca de 100.000 ya en Per¨², un incidente ocurrido en 1872 a bordo de un barco que transportaba chinos de Macao hacia Per¨², y que hac¨ªa escala en Yokohama, fue la gota que rebals¨® el vaso. El Gobierno peruano de ese entonces ¡ªpresidente, Manuel Pardo¡ª dio el paso inteligente de organizar una misi¨®n diplom¨¢tica para tratar este asunto; primero en Jap¨®n y, luego, en la China. Esta misi¨®n la encabez¨® mi bisabuelo, Aurelio Garc¨ªa y Garc¨ªa, oficial de la Marina peruana de 42 a?os; primer "ministro plenipotenciario del Per¨² en la China". Negoci¨® este joven oficial, durante meses, el primer Tratado de Amistad, Comercio y Navegaci¨®n entre Per¨² y China.
De hecho ¡ªy de derecho¡ª fue no s¨®lo el primer instrumento jur¨ªdico de cooperaci¨®n entre China y un pa¨ªs latinoamericano, sino que se trat¨® del primer tratado sobre derechos humanos que celebraban ambos pa¨ªses. Inclu¨ªa el compromiso oficial ¡ªque se cumpli¨®¡ª de terminar para siempre con las brutalidades y maltratos en Per¨² contra ciudadanos chinos. A partir de ese momento se orden¨® en otros t¨¦rminos la inmigraci¨®n china a Per¨². La misi¨®n en China cumpli¨®, pues, una misi¨®n hist¨®rica: acabar con el tr¨¢fico de cul¨ªes hacia Per¨² y con los terribles maltratos que se produc¨ªan en Per¨² contra los trabajadores chinos.
Cuento esta historia para destacar dos cosas. Contexto: el actual en el que las migraciones, en distintas partes del mundo, son motivo de tensiones, intolerancia y fanatizados nacionalismos xen¨®fobos.
Primero, el hecho evidente de que las migraciones no se producen por capricho. Fuerzas econ¨®micas, sociales, b¨¦licas o de la naturaleza, llevan a que muchos emigren. En diferentes lugares existen espacios en los que los migrantes buscan encontrar ¡ªo deber¨ªan encontrar¡ª espacio para sobrevivir o insertarse laboralmente.
Segundo, que el derecho, la legalidad, perfectamente pueden regular los procesos migratorios. Ante todo, de los derechos de quienes se han visto obligados a emigrar ¡ªde guerras, colapsos institucionales o hambrunas¡ª que suelen ser los eslabones m¨¢s d¨¦biles de la cadena. Que desde el otro lado de esa cadena, se trate de tapar el sol con un dedo con pol¨ªticas xen¨®fobas o regresivas ¡ªcomo las de Hungr¨ªa ahora, por ejemplo¡ª es inaceptable. Va contra la historia y el derecho.
Deber¨ªa servir como una fuente de ense?anzas c¨®mo hace 144 a?os dos pa¨ªses pobres ¡ªChina y Per¨²¡ª pusieron la raz¨®n y el derecho por encima de la pasi¨®n y el chauvinismo y pasaron de una situaci¨®n de tensi¨®n y maltrato a una de respeto de derechos y de absorci¨®n de la riqueza migratoria en la cultura del ser nacional.
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