L¨®pez Obrador en tiempos de Facebook
L¨®pez Obrador ser¨¢ el presidente mexicano con m¨¢s poder de los ¨²ltimos treinta a?os
L¨®pez Obrador ser¨¢ el presidente mexicano con m¨¢s poder de los ¨²ltimos treinta a?os. Desde Carlos Salinas (1988-1994), ning¨²n mandatario hab¨ªa gozado de tal alineaci¨®n de factores a su favor. El p¨¢lido parlamentarismo que comenz¨¢bamos a transitar queda moment¨¢neamente paralizado por la fuerza con la que llega a Palacio Nacional el tabasque?o. Un verdadero efecto pendular, un manotazo del Ejecutivo sobre el Legislativo y en buena medida sobre el resto de los poderes f¨¢cticos.
No es que Enrique Pe?a Nieto o para ese efecto los mandatarios anteriores estuvieran mancos. Pero es evidente que la alternancia pol¨ªtica, la globalizaci¨®n, la complejidad creciente de la sociedad mexicana provocaron una fragmentaci¨®n del poder en las ¨²ltimas d¨¦cadas en detrimento del presidencialismo. Cuando el ocupante de Los Pinos todav¨ªa era amo y se?or de la clase pol¨ªtica, Salinas depuso a 17 gobernadores a trav¨¦s de diversas v¨ªas jur¨ªdico-pol¨ªticas. Los siguientes cuatro presidentes a ninguno.
Ernesto Zedillo, Vicente Fox, Felipe Calder¨®n y Pe?a Nieto tuvieron que trabajar con mayor¨ªas precarias en el Congreso, con grupos de gobernadores empoderados, con dirigencias de los partidos pol¨ªticos poco menos que extorsionadoras, con empresarios multimillonarios manumisos del Estado. En suma, el tablero de mando con el que el Ejecutivo oper¨® en el pasado vio desaparecer palancas y botones que anta?o le otorgaban peso espec¨ªfico a la voluntad pol¨ªtica presidencial.
Algunos de esos botones y palancas perdidos han regresado.
Por un lado, el control que AMLO tendr¨¢ sobre su partido no lo ha tenido nadie. No es que sea el hombre fuerte de la organizaci¨®n, como pudo haberlo sido Pe?a Nieto en el PRI o Calder¨®n en el PAN, simplemente es que Morena es el partido personal de L¨®pez Obrador. Eso, y la mayor¨ªa que consigui¨® Morena en el Congreso, le permitir¨¢n al presidente mantener al poder Legislativo en un pu?o. Habr¨ªa sido impensable, por ejemplo, que Pe?a Nieto hubiese logrado que los diputados y senadores redujesen sus escandalosos salarios y prestaciones, como habr¨¢n de hacerlo ahora (y no s¨®lo porque el mandatario priista tenga alergia a la austeridad).
De igual forma, la autonom¨ªa que adquirieron los gobernadores estar¨¢ matizada por la mayor¨ªa que alcanz¨® el partido en 19 de los 26 congresos estatales disputados. Y no solo por ello. La consolidaci¨®n de las delegaciones federales en una sola s¨²per oficina en cada entidad, dar¨¢ al Gobierno central una enorme palanca de negociaci¨®n frente a los otrora s¨¢trapas del territorio. Por lo dem¨¢s, los infames excesos de los gobernadores en los ¨²ltimos a?os los han colocado en posici¨®n vulnerable frente a la opini¨®n p¨²blica, algo de lo que, sin duda, el presidente habr¨¢ de beneficiarse.
Y es justamente en la opini¨®n p¨²blica donde L¨®pez Obrador encontrar¨¢ sus mayores asideros. El triunfo con un 53% del voto popular, el m¨¢s alto en d¨¦cadas, le otorga un consenso que no deja indiferentes a los otros poderes f¨¢cticos. La iniciativa privada nacional y la internacional, todo indica, est¨¢n haciendo esfuerzos para reacomodarse y llevar la fiesta en paz con el hiperactivo presidente electo. La Iglesia y los medios de comunicaci¨®n, siempre tan obsequiosos con un nuevo soberano, lo son a¨²n en mayor medida ante uno con tales ¨ªndices de popularidad. Incluso los poderes salvajes (l¨¦ase crimen organizado), estar¨ªan observando con inter¨¦s el arribo de alguien que ha prometido una amnist¨ªa selectiva y la necesidad de negociar en lugar de responder con violencia a la violencia.
L¨®pez Obrador arrancar¨¢ su Administraci¨®n en medio de un presidencialismo reloaded. Algunos c¨ªrculos conservadores est¨¢n preocupados por las ocurrencias perniciosas que podr¨ªa provocar este empoderamiento. Otros consideran que es lo ¨²nico que puede sacar al pa¨ªs de la inercia de sus problemas ancestrales. Los menos polarizados simplemente se preguntan si tal acumulaci¨®n de fuerza le alcanzar¨¢ para cumplir en alguna medida las enormes expectativas que su campa?a gener¨® con la prometida Cuarta Transformaci¨®n de M¨¦xico. No importa cu¨¢ntos botones se tenga en Palacio Nacional, ninguno mueve a Google, Facebook o cualquiera de las nuevas realidades del mundo. ?Servir¨¢ para algo el presidencialismo hoy en d¨ªa? Haga sus apuestas.
@jorgezepedap
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.