Los aliados de Merkel pierden la mayor¨ªa absoluta en su feudo de Baviera
La CSU gana con un 37,2% de las papeletas; los Verdes obtendr¨ªan el segundo puesto con el 17,5% de los votos y Alternativa por Alemania lograr¨ªa un 10,2%, seg¨²n los primeros resultados
Una victoria muy amarga. Los conservadores b¨¢varos han ganado las elecciones, pero a la vez han sufrido una estrepitosa derrota en su feudo, seg¨²n los primeros resultados. La Uni¨®n Social Cristiana (CSU) ha obtenido un 37,2% de los votos, su peor resultado desde 1950 y han perdido la mayor¨ªa absoluta con la que han gobernado el pr¨®spero Land de forma casi ininterrumpida durante seis d¨¦cadas. El batacazo del partido aliado de la CDU de Angela Merkel supone una nueva sacudida para la debilitada gran coalici¨®n que gobierna en Berl¨ªn.
¡°Hasta aqu¨ª hemos llegado¡± con la CSU
A pie de calle, los votantes tienen claro el porqu¨¦ de la ca¨ªda de los socialcristianos b¨¢varos incluso en tiempos de prosperidad y cotas de bienestar envidiables para otros Estados federados alemanes. ¡°Con la ret¨®rica antinmigraci¨®n, la CSU ha tratado de quitarle votos a Afd [la extrema derecha] y mucha gente ha dejado de sentirse identificada con el partido y ha dicho: 'hasta aqu¨ª hemos llegado¡±, explica Felix Neuernhof, a las puertas de un colegio electoral de M¨²nich, cuidador de una persona con discapacidad, que siempre ha votado a Los Verdes y esta vez lo ha vuelto a hacer.
Tambi¨¦n en M¨²nich, Tobias Pahl explica que ¨¦l ha votado a Los Verdes porque son los ¨²nicos que se toman en serio el tema de castigar a los fabricantes de coches que trucaron el software de los motores en el llamado Dieselgate. "Quien contamine debe pagar", dice este carpintero de 51 a?os.
Los votantes de uno u otro color coinciden sin embargo en que Baviera va bien y que aunque hay problemas ¡ªprecio de la vivienda, deficiencias en la educaci¨®n, tr¨¢fico¡¡ª "la realidad es que no tenemos muchos problemas", estima Hermann Tellmann, un arquitecto de 55 a?os que este domingo ha votado a la socialdemocracia (SPD), que en Baviera, como en el resto del pa¨ªs, se encuentra en ca¨ªda libre. "Aqu¨ª sigue habiendo muchas desigualdades", explica este hombre que ha acudido a votar vestido con Lederhosen, los t¨ªpicos pantalones de cuero cortos b¨¢varos.
Para Anton Kaellner, un votante fiel a la CSU, dice: "El problema es que nos va demasiado bien y la gente lo da por hecho. Pero el bienestar hay que defenderlo y la CSU es un partido muy competente¡±, considera Kaellner, un t¨¦cnico de mantenimiento de 62 a?os.
Los grandes triunfadores son Los Verdes, que con un 17,5% de los votos, han sabido atraer a quienes reniegan de la ret¨®rica antinmigraci¨®n de la CSU. La extrema derecha, Alternativa por Alemania, (AfD), entrar¨ªa por primera vez en el Parlamento b¨¢varo con un 10,2% de los votos. Y los socialdem¨®cratas (SPD), tambi¨¦n socios de la gran coalici¨®n en Berl¨ªn, son los otros grandes perdedores que quedar¨ªan en quinto lugar con un 9,7%. Los llamados Electores Libres, una plataforma conservadora que defiende intereses locales y potencial socio de gobierno, obtendr¨ªa un 11,6% de los votos. Son pragm¨¢ticos, amantes de la naturaleza y poco amigos de la alta pol¨ªtica
La participaci¨®n en estos comicios regionales subi¨® a un 71,8% frente al 63,6% de la cita anterior.
Los resultados reflejan una fragmentaci¨®n propia de los tiempos pol¨ªticos actuales, pero que constituye toda una rareza en Baviera, donde las elecciones acostumbraban a ser un d¨ªa de la marmota pol¨ªtico en el que la ¨²nica inc¨®gnita era c¨®mo de amplia iba a ser esa vez la mayor¨ªa absoluta. Ya no. La fragmentaci¨®n pol¨ªtica, el declive de los partidos mayoritarios y un malestar ciudadano inasible ¡ªen la pr¨®spera Baviera tal vez especialmente sorprendente¡ª, ha conquistado tambi¨¦n la ¨²ltima frontera alemana.
¡°Aceptamos con humildad el resultado¡±, asegur¨® Markus S?der, el primer ministro b¨¢varo, en su primera comparecencia, en la que prometi¨® trabajar ahora para formar un Gobierno estable.
Baviera, con casi 13 millones de habitantes, es el segundo Land m¨¢s poblado de Alemania y disfruta de una prosperidad envidiable. Una tasa de paro insignificante y un crecimiento econ¨®mico robusto no parecen sin embargo haber sido suficientes para convalidar los logros electorales de la CSU. Ni los conservadores ni los socialdem¨®cratas, los dos grandes partidos tradicionales han sido capaces de sintonizar, al menos como hasta ahora, con buena parte de la poblaci¨®n.
La irrupci¨®n de la extrema derecha, Alternativa por Alemania (AfD), y sobre todo su efecto contagio en la CSU, que ha endurecido su ret¨®rica antinmigraci¨®n temeroso de perder apoyos han contribuido a la extraordinaria transformaci¨®n del panorama pol¨ªtico b¨¢varo. Este Estado del sur de Alemania ha sido la puerta de entrada de buena parte del cerca de mill¨®n y medio de demandantes de asilo que han recalado en el pa¨ªs desde 2015. La emergencia pas¨® y el n¨²mero de llegadas ha descendido dr¨¢sticamente, pero la ret¨®rica no amaina y el control de las fronteras ha vuelto a ser en esta campa?a un tema central.
La inmigraci¨®n ha contribuido adem¨¢s a polarizar a una sociedad, que en amplios sectores sociales y pol¨ªticos tambi¨¦n defiende un modelo de sociedad abierta. Ah¨ª radica en parte el ¨¦xito de Los Verdes con un discurso claramente proeuropeo y contrario a la pol¨ªtica del miedo y la instrumentalizaci¨®n de los refugiados. Katharina Schulze, col¨ªder de Los Verde, es la otra cara de la moneda de la pol¨ªtica b¨¢vara. Su eterna sonrisa y su mensaje positivo contrasta con la imagen de hombres enfadados y enfrentados que emana de la c¨²pula de la CSU. Los Verdes han sabido adem¨¢s ofrecer una versi¨®n alternativa del patriotismo b¨¢varo, que pasa por poner freno al urbanismo que consideran descontrolado y por el respeto al id¨ªlico paisaje venerado por sus habitantes.
El terremoto pol¨ªtico b¨¢varo podr¨ªa provocar temidas r¨¦plicas en Berl¨ªn. All¨ª, la CSU comparte bloque conservador de Gobierno con el partido de la canciller, Angela Merkel y con el SPD, en una gran coalici¨®n debilitada. A¨²n as¨ª y al menos a medio plazo, el retroceso de los conservadores b¨¢varos en su feudo, podr¨ªa suponer buenas noticias para la canciller. El ministro de Interior, Horst Seehofer, l¨ªder de la CSU, ha llevado al Gobierno de Merkel al borde de la quiebra en los ¨²ltimos meses con exigencias de mano dura contra la inmigraci¨®n. Sus ¨®rdagos no han ca¨ªdo bien entre muchos votantes conservadores, que prefieren a una CSU con responsabilidad de Estado y garante de la estabilidad. Todas las miradas apuntan ahora a Seehofer.
La relaci¨®n de los b¨¢varos con Berl¨ªn pasar¨¢ a ser forzosamente otra porque la marca CSU se ha devaluado. Hasta ahora, quien votaba a la CSU ten¨ªa garantizada una presencia y una defensa de los intereses b¨¢varos inigualable en la capital alemana. Eso ahora no tiene por qu¨¦ seguir siendo as¨ª.
S?der, que en los ¨²ltimos d¨ªas ha dulcificado su lenguaje, le ha echado en los ¨²ltimos d¨ªas la culpa del descalabro del partido a Berl¨ªn ¡ªes decir, a Seehofer¡ª, pero lo cierto es que ¨¦l tambi¨¦n ha demostrado ser capaz de alienar a buena parte de su electorado tradicional. Sobre todo, tras la decisi¨®n de instalar cruces en los edificios p¨²blicos; una medida que irrit¨® incluso a la iglesia que le acus¨® de manipular con fines pol¨ªticos el sentimiento religioso.
¡°Los candidatos de la CSU han polarizado a sus votantes. O los adoras o te espantan¡±, dice a las puertas de un colegio electoral en M¨²nich Julia Mischner, una bi¨®loga que ha votado a Los Verdes, en alusi¨®n a Seehofer y a S?der, el primer ministro b¨¢varo. Cree sin embargo que la inmigraci¨®n ha sido el gran motivo. ¡°La gente tiene miedo a perder lo que tiene. Aqu¨ª vivimos demasiado bien¡±.
Los conservadores culpan tambi¨¦n de sus desgracias a la migraci¨®n interior, es decir, a los alemanes de otros Estados federales que se han instalado en la pr¨®spera Baviera. Suman algo m¨¢s de un mill¨®n en los ¨²ltimos diez a?os, en los que un n¨²mero algo inferior de b¨¢varos ha emigrado. La vinculaci¨®n de los nuevos b¨¢varos con el partido no es tan potente y dan por hecho logros que en buena medida corresponden a la CSU, se quejan los conservadores.
La demograf¨ªa es solo una de las m¨²ltiples transformaciones que ha sufrido Baviera en estas seis d¨¦cadas de poder¨ªo socialcristiano. De una sociedad agr¨ªcola, a una industrial y de ah¨ª a una de alta tecnolog¨ªa. Ordenadores port¨¢tiles y Lederhosen ¨Clos tradicionales pantalones b¨¢varos-, es decir, modernidad y tradici¨®n es la combinaci¨®n con la que hasta ahora la CSU ha sido capaz de convencer. Los b¨¢varos son adem¨¢s ahora m¨¢s urbanos y menos religiosos, dos tendencias que juegan tambi¨¦n en contra de los conservadores.
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