El primer alcalde negro de B¨¦lgica ya no es solo el padre de una estrella del f¨²tbol
Pierre Kompany dirigir¨¢ un municipio de Bruselas a partir de diciembre
Acabar los macarrones a la bolo?esa es una odisea para Pierre Kompany. El nuevo alcalde del municipio bruselense de Ganshoren se levanta para responder por tel¨¦fono a las preguntas de una radio israel¨ª. Llama por su nombre, besa y abraza a vecinos que se acercan intermitentemente a felicitarle. Y da instrucciones a su jefa de prensa sobre pr¨®ximos compromisos. Cuando vuelve a su silla en la terraza del caf¨¦ Saint Martin, entre el manto de hojas de un oto?o inusualmente templado, el plato est¨¢ fr¨ªo, pero el semblante del primer alcalde negro de la historia de B¨¦lgica irradia calidez.
Una insignia con las banderas belga y congole?a entrelazadas aparece en la solapa de la chaqueta de Kompany, de 71 a?os. El distintivo recoge la doble identidad del pol¨ªtico, elegido hace unos d¨ªas m¨¢ximo representante de un municipio de poco m¨¢s de 20.000 habitantes situado al norte de la ciudad. Su victoria al frente de la centrista CdH es el ¨²ltimo hito de un a?o cargado de buenas noticias para la comunidad africana, al menos en el plano simb¨®lico: por primera vez se ha bautizado una plaza en Bruselas con el nombre del h¨¦roe de la independencia del Congo Patrice Lumumba. Y el museo africano reabrir¨¢ sus puertas a finales de a?o tras someterse a una profunda renovaci¨®n para rectificar una idea de la historia y la colonizaci¨®n cuando menos trasnochada.?
Kompany es el ¨²ltimo s¨ªntoma de un cierto cambio de mentalidad. Ganshoren no es ni mucho menos una comuna de mayor¨ªa africana, pero el carisma de su nuevo alcalde, anta?o concejal y todav¨ªa hoy diputado del Parlamento bruselense, ha dejado a un lado los matices raciales. "Voy a gobernar para los amigos de todos los or¨ªgenes y razas que han cre¨ªdo en m¨ª. Es la hora de construir una historia m¨¢s humana", explica.
Ingeniero mec¨¢nico de formaci¨®n, la pol¨ªtica ha marcado la vida de Kompany. En 1975 aterriz¨® en B¨¦lgica huyendo del dictador congole?o Mobutu Sese Seko. El detonante fueron los 13 meses y 15 d¨ªas que pas¨® en un campo de internamiento militar tras participar en unas protestas universitarias contra el r¨¦gimen en la localidad de Lumumbashi, donde estudiaba. Una vez libre, un doctor amigo le dio un certificado m¨¦dico falso en el que se le diagnosticaba una grave enfermedad. El pasaporte perfecto para que las autoridades le dejaran viajar con la excusa inventada de tratarse de su dolencia en B¨¦lgica.
En Europa, tras unos inicios dif¨ªciles como taxista, acab¨® sus estudios, imparti¨® clases como profesor y ejerci¨® de ingeniero antes de entrar en las instituciones. Tambi¨¦n conoci¨® a una belga llamada Joseline Frasselle, fallecida en 2007, con la que tuvo tres hijos. Ese hecho no es una nota biogr¨¢fica marginal. Hasta este domingo, Pierre solo era conocido como el padre de Vincent Kompany, defensa del Manchester City e incombustible capit¨¢n de la selecci¨®n belga de f¨²tbol, al que de ni?o llevaba a nadar a la piscina de la comuna los domingos. "?Hist¨®rico! Estamos orgullosos de ti pap¨¢. Viniste del Congo como refugiado en 1975. Y ahora te has ganado la confianza de tu comunidad al convertirte en el primer alcalde negro elegido en B¨¦lgica", celebr¨® su hijo en Instagram.
Pierre Kompany asumir¨¢ el cargo el pr¨®ximo 3 de diciembre. Entre sus retos declarados cita agilizar la entrega de viviendas sociales y abrir un di¨¢logo con mayores y j¨®venes para escuchar sus necesidades. Sandra Coet, camarera del caf¨¦ Saint Martin de 40 a?os a la que Kompany llama cari?osamente "la novia de Ronaldo" por el origen portugu¨¦s de su marido, le recuerda que tambi¨¦n debe hacer algo con la suciedad de las calles.
Su nombramiento insufla nuevas energ¨ªas a los defensores de una sociedad diversa. Pero con el debate sobre la xenofobia sobrevolando la escena belga cada cierto tiempo entre denuncias de discriminaci¨®n, Kompany llama a permanecer vigilantes. "No podemos decir que no existe racismo en B¨¦lgica", alerta. Para algunos de sus vecinos, su elecci¨®n es la prueba de que, al menos en la comuna, han pasado a una fase posracial. "No creo que sea necesario debatir sobre si es negro o no. Nos da igual. Su personalidad ha superado eso", dice Marc, motero de 58 a?os al que delata un ostentoso collar con las palabras Harley Davidson.
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