La alianza opositora venezolana certifica su fin
La plataforma Mesa de Unidad Democr¨¢tica desaparece sin pena ni gloria, despu¨¦s de haberse convertido en el s¨ªmbolo de la esperanza para vencer a Maduro
La Mesa de la Unidad Democr¨¢tica (MUD), la coalici¨®n de los partidos pol¨ªticos opositores al chavismo, ha dejado formalmente de existir, disuelta en su propia inoperancia. A su funeral no han asistido ni sus propios miembros. Despu¨¦s de haber surcado un accidentado camino de casi 10 a?os, con sus tropiezos y algunos aciertos, y de haber encarnado la esperanza de muchos venezolanos para derrotar a Nicol¨¢s Maduro y trascender la penosa situaci¨®n actual del pa¨ªs, su disoluci¨®n se ha concretado de forma discreta, y sin que las fuerzas opositoras hayan podido idear alg¨²n mecanismo alternativo de concertaci¨®n pol¨ªtica.
La disoluci¨®n de la MUD se ha materializado sin anuncios. Sus estructuras comenzaron a languidecer desde 2017, conforme se fueron erosionando las v¨ªas pol¨ªticas y electorales para procurar un cambio pac¨ªfico de gobierno, y en la misma medida en que la represi¨®n chavista hizo florecer nuevas diferencias de enfoque entre sus integrantes.
Los dirigentes de los partidos opositores venezolanos ¨CPrimero Justicia, Acci¨®n Democr¨¢tica, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo, Causa Radical, Avanzada Progresista¨C se siguen reuniendo, y procuran apuradamente allanar alg¨²n camino de coincidencias. Algunos de ellos hacen esfuerzos para tenderle un puente a Vente Venezuela, el partido de Maria Corina Machado, el primero en abandonar la Mesa en 2016, y el que tiene una actitud m¨¢s intransigente frente al chavismo. El excandidato presidencial y l¨ªder opositor, Henrique Capriles Radonski, ha declarado que acaso el nuevo norte de las fuerzas democr¨¢ticas venezolanas es el de la Uni¨®n. Ya sin la MUD, puede que sea demasiado hablar de Unidad.
El fin de la denominada ¡°Unidad Democr¨¢tica¡±,?¨Cla fuerza pol¨ªtica m¨¢s votada de la historia electoral del pa¨ªs, m¨¢s que cualquiera del chavismo, en las pasadas elecciones parlamentarias de 2015¨C no ha sido demasiado debatido p¨²blicamente. Sus integrantes asumen en privado la circunstancia como un hecho consumado, sobre todo luego de las pasadas elecciones presidenciales del 20 de Mayo, en virtud de su obsolencia. Parte importante de la plana directiva de lo que era la MUD ¨CJulio Borges, Carlos Vecchio, David Smolansky, Antonio Ledezma, Freddy Guevara, Leopoldo L¨®pez¨C est¨¢ en el exilio o en prisi¨®n.
El bloque opositor venezolano cursa hoy una lenta metamorfosis, destinada a evolucionar para germinar en tres plataformas ¡°unitarias¡± m¨¢s peque?as, en las cuales quede recogida la interpretaci¨®n de cada una de ellas en la crisis venezolana.
Estas son: Soy Venezuela, integrada por el partido de Machado, Antonio Ledezma y algunos independientes, con un discurso que coloca la salida inmediata del poder de Maduro como previa condici¨®n a cualquier acuerdo electoral. La Concretaci¨®n por el Cambio, liderada por Henri Falc¨®n y su partido, Avanzada Progresista, de l¨ªnea moderada, e interesada en recorrer la v¨ªa electoral a cualquier costo, incluso con las condiciones que coloque Maduro en cada nueva cita. Y un tercer grupo, el mayoritario, todav¨ªa sin nombre, en el cual siguen existiendo los partidos que dominaban la antigua Mesa, empe?ado en una soluci¨®n pol¨ªtica con Maduro, pero hoy en d¨ªa particularmente dividido, incluso dentro de los propios partidos, en torno a las decisiones inmediatas que tiene pendiente la Oposici¨®n. Aqu¨ª se ubican Acci¨®n Democr¨¢tica, Primero Justicia, Voluntad Popular, Un Nuevo Tiempo y Causa Radical.
Fundada en 2009, e inspirada en la Concretaci¨®n de Partidos por la Democracia que organizaron los pol¨ªticos chilenos como alternativa frente a la dictadura de Augusto Pinochet, la MUD tuvo un tiempo de vigencia y pertinencia popular. Aunque siempre fue muy criticada, durante unos a?os, cuando las circunstancias pol¨ªtico-electorales lo permitieron, logr¨® otorgar coherencia a las dispersas filas opositoras, y bajo la tesis de la ¡°acumulaci¨®n de fuerzas¡±, el bloque comenz¨® a cursar un lento pero seguro crecimiento electoral frente a la hegemon¨ªa de Hugo Ch¨¢vez.
La MUD heredaba la franquicia de la denominada Coordinadora Democr¨¢tica, el primer ensayo unitario de la Oposici¨®n frente a Ch¨¢vez, con pegada en los sectores de la clase media, concebida en 2002 y dominaba sobre todo por fuerzas de la sociedad civil, incluyendo centrales obreras, empresarios, t¨¦cnicos petroleros y Organizaciones No Gubernamentales, en un momento de suma debilidad de las formaciones pol¨ªticas en el pa¨ªs.
Por entonces, se hizo una conclusi¨®n compartida que la lucha para rescatar la democracia en Venezuela deb¨ªa ser liderada por partidos y pol¨ªticos, como s¨ªmbolos de un r¨¦gimen de libertades, y bajo ese ¨¢nimo conoci¨® la luz la MUD. Una vez consolidado su paraguas, la llamada ¡°Unidad¡± comenz¨® a ser interpretada como un instrumento estrat¨¦gico de la sociedad democr¨¢tica venezolana. Se organizaron dos propuestas program¨¢ticas de gobierno, complejas y ambiciosas, y los partidos pactaron con razonable eficiencia planchas unitarias ante cada elecci¨®n de presidente, gobernadores, alcaldes o diputados convocada por el r¨¦gimen de Ch¨¢vez. Con un piso electoral que basculaba en torno al 38 por ciento en 2009, la MUD, como plataforma del antichavismo, obtuvo finalmente el 54 por ciento y la mayor¨ªa absoluta de los esca?os en las elecciones parlamentarias de 2015.
El colapso de la MUD comienza a hacerse visible durante 2016, conforme a los opositores les fue quedando claro que la victoria obtenida no iba a ser respetada por el poder chavista, y se acabaron las certidumbres en torno a las inexorables posibilidades de la v¨ªa electoral. La sensaci¨®n de impotencia radicaliz¨® frustrada a la poblaci¨®n antichavista. Partidos y liderazgos comenzaron a maniobrar unos contra otros, en procura de un espacio para hacer buena una apuesta individual. La dificultad para acordar lastim¨® la coherencia de un movimiento que siempre fue acusado de reactivo y taimado. Las estructuras unitarias de la coalici¨®n eran notoriamente d¨¦biles frente al veto de los partidos grandes. Sin camino pol¨ªtico claro, se impusieron las ambiciones medianas en una organizaci¨®n ¡°yugoslavizada¡± en sus estructuras.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.