Mismo trabajo, m¨¢s antig¨¹edad, peor pagadas
Eslovaquia, socialmente conservadora, ha reducido la brecha salarial, pero es uno de los pa¨ªses m¨¢s desiguales de la UE
Svetlana Fialova volvi¨® de sus vacaciones con las pilas cargadas y con ganas de arrancar en septiembre su tercer curso como profesora universitaria en Kosice (Eslovaquia). Unos d¨ªas antes de comenzar las clases, se reuni¨® en una cervecer¨ªa con un viejo amigo que se iba a incorporar a la misma facultad. Tras charlar de su pasi¨®n, el arte, su futuro colega se quej¨® de su salario por insuficiente. Fialova, de 33 a?os, enmudeci¨® al enterarse de que los nuevos profesores de ese a?o, tres hombres, iban a empezar con un sueldo m¨¢s alto que el suyo (de 600 euros mensuales). Al llegar a casa, explot¨®. ¡°Misma formaci¨®n, mismo o menos trabajo, dos a?os menos en el cargo... ?Lo de que las mujeres cobramos menos por hacer el mismo trabajo no es un maldito mito!¡±, public¨® en su perfil de Facebook.
El caso de Fialova no es extraordinario en Eslovaquia. El pa¨ªs centroeuropeo ten¨ªa la brecha salarial de g¨¦nero m¨¢s alta de toda la Uni¨®n Europea cuando accedi¨® al club comunitario en 2004 con el respaldo del 94% de la poblaci¨®n. La incorporaci¨®n del derecho comunitario a su legislaci¨®n laboral y las constantes subidas del salario m¨ªnimo mejoraron la situaci¨®n. La diferencia en la remuneraci¨®n por hora trabajada entre hombres y mujeres en la econom¨ªa eslovaca es hoy del 19%, tres puntos m¨¢s que la media europea, pero menor que la de Reino Unido (21%) o Alemania (22%), donde el pasado enero entr¨® en vigor una ley que obliga a las empresas de m¨¢s de 200 empleados a revelar a las trabajadoras que lo soliciten el salario de sus colegas del sexo opuesto.
¡°Lo ¨²ltimo que pretendo es perjudicar a mis compa?eros, ya tienen unas condiciones muy precarias. Solo exijo lo que me corresponde¡±, asegura Fialova en su despacho de la Universidad T¨¦cnica de Kosice, la segunda ciudad del pa¨ªs (250.000 habitantes, muy pr¨®xima a Hungr¨ªa y Ucrania), durante una charla con EL PA?S en un viaje financiado por el Parlamento Europeo. Con 600 euros como profesora asociada de Artes Visuales, Fialova solo cobra 120 euros m¨¢s que el salario m¨ªnimo en el pa¨ªs. Su protesta impulsiva en Facebook se convirti¨® d¨ªas despu¨¦s en una queja formal que por el momento solo ha obtenido el silencio como respuesta. ¡°Mi jefe en el departamento me dijo que no era asunto suyo. El decano, lo mismo¡±, explica resignada.
Mientras desata su bicicleta, la ¨²nica aparcada en la facultad, comenta que, aunque hay una clara mayor¨ªa de alumnas, ¡°es una universidad absolutamente dominada por los hombres. Todos los departamentos est¨¢n dirigidos por ellos¡±. Formada en Londres y Praga, Fialova compagina su labor como docente con su carrera profesional como dibujante de arte figurativo. En su estudio personal, a rebosar de obras inspiradas en c¨®mics recientes y viejos maestros como Alberto Durero, la profesora defiende la implantaci¨®n de cuotas de g¨¦nero en distintos ¨¢mbitos ¡ªun tema casi tab¨² en la pol¨ªtica eslovaca¡ª para impulsar el desarrollo profesional y social de la mujer.
En Bratislava, la capital del pa¨ªs, Olga Pietruchova dirige el Departamento de Igualdad de G¨¦nero e Igualdad de Oportunidades del Ministerio de Trabajo, Asuntos Sociales y Familia. Tras siete a?os en el cargo, Pietruchova sostiene que el incremento de las inspecciones laborales est¨¢ siendo un factor clave en la lucha contra la desigualdad, pero insta a las trabajadoras a denunciar m¨¢s las irregularidades.
¡°Uno de los mayores obst¨¢culos sigue siendo la segregaci¨®n ocupacional de la mujer¡±, explica Pietruchova. Educaci¨®n, trabajo social, sanidad o gesti¨®n administrativa son sectores con mayor¨ªa femenina y en los que abunda la precariedad salarial. Dos tercios de los trabajadores que perciben el salario m¨ªnimo en la actualidad son mujeres. Esta funcionaria, de 56 a?os, explica que la desigualdad salarial es mucho menor en las ciudades, principalmente en Bratislava ¡ªpegada a la frontera con Austria¡ª, que en las zonas rurales, donde reside casi la mitad de los cinco millones de habitantes de Eslovaquia. ¡°Es en las empresas de los pueblos m¨¢s peque?os donde son m¨¢s comunes las irregularidades¡±, a?ade Pietruchova, quien conf¨ªa en los resultados potenciales de una nueva regulaci¨®n que obliga a la transparencia salarial en los anuncios laborales.
Violencia machista
Muy cerca del ministerio, Monika Uhlerova argumenta que la brecha salarial de g¨¦nero, estancada en los ¨²ltimos a?os, no podr¨¢ reducirse sin la aprobaci¨®n de nuevas medidas. ¡°M¨¢s guarder¨ªas y m¨¢s prestaciones sociales orientadas a la infancia y a la mujer. El Estado debe facilitar el regreso al trabajo tras la maternidad¡±, comenta Uhlerova, vicepresidenta de la Confederaci¨®n de Sindicatos de Eslovaquia. ¡°Muchas mujeres en el pa¨ªs siguen dispuestas a tener un salario inferior con tal de estar empleadas. Nos falta esp¨ªritu reivindicativo¡±, argumenta Uhlerova. Casi un tercio de las madres solteras est¨¢ en riesgo de pobreza, seg¨²n el Instituto Europeo de Igualdad de G¨¦nero (EIGE).
A pesar de haber reducido la brecha salarial, Eslovaquia sigue siendo uno de los pa¨ªses m¨¢s desiguales de Europa. Un ¨ªndice elaborado por el propio EIGE, que analiza m¨²ltiples ¨¢mbitos, lo sit¨²a antepen¨²ltimo, por detr¨¢s de Grecia y Hungr¨ªa. La representaci¨®n de la mujer en la pol¨ªtica es pr¨¢cticamente simb¨®lica, mientras que en el sector privado se mantienen muy alejadas de los puestos de mayor responsabilidad.
Los ¨ªndices de violencia f¨ªsica o sexual sobre la mujer son a¨²n peores, de los m¨¢s altos del continente. Las adolescentes del pa¨ªs son las que m¨¢s sufren el ciberacoso y la pornovenganza (difusi¨®n de im¨¢genes sexuales sin consentimiento) de entre todas las europeas. Adem¨¢s, los estereotipos de g¨¦nero siguen muy arraigados en una sociedad poscomunista en la que, como sucede en Polonia o Lituania, la religi¨®n tiene un peso mayor que en el resto de Europa. Con un movimiento feminista poco boyante y sin ser la igualdad de g¨¦nero un asunto primordial para ninguno de los principales pol¨ªticos, los avances de la mujer en Eslovaquia son m¨¢s lentos que en la mayor¨ªa de los pa¨ªses comunitarios. ¡°La nueva generaci¨®n es la que debe liderar el cambio¡±, reclama Fialova. ¡°Conf¨ªo en que alguna de mis alumnas llegue a ser la primera decana de Kosice¡±.
Un 20% de diputadas y el 15% de directivas
Los progresos realizados por Eslovaquia para reducir la brecha salarial de g¨¦nero no se han traducido en una mayor representaci¨®n de la mujer en los principales cargos pol¨ªticos, financieros o empresariales. El n¨²mero de parlamentarias se mantiene estable en torno al 20% (una treintena) desde principios de siglo y el pa¨ªs no hab¨ªa tenido una gobernadora en ninguna de sus ocho regiones hasta el a?o pasado. Las cinco ministras en el actual Gabinete suponen un m¨¢ximo hist¨®rico; a principios de 2016, los 14 ministerios estaban dirigidos por hombres. La gran excepci¨®n fue Iveta Radicova, primera ministra entre 2010 y 2012.
El Banco Central de Eslovaquia no tiene mujeres en su consejo de gobierno, mientras que en el sector privado estas ocupan un 15% de los puestos directivos, seg¨²n el Instituto Europeo de Igualdad de G¨¦nero. En el sector de la comunicaci¨®n, solo uno de cada cinco consejeros de las televisiones y radios p¨²blicas es una mujer.
Europa Ciudadana: desigualdad salarialGracias a este reportaje sobre la brecha salarial entre hombres y mujeres de la serie #YosoyEuropa, Svetlana Fialova, profesora en Eslovaquia, consigui¨® que le subieran el sueldo. El autor del art¨ªculo, Carlos Torralba, cuenta la historia de esta maestra eslovaca https://bit.ly/2CMu2SE
Gepostet von El Pa¨ªs Internacional am Donnerstag, 3. Januar 2019