La destrucci¨®n vertiginosa de la costa de los famosos
El 80% del paisaje pintoresco de las monta?as de Malib¨² ha sido arrasado en cuatro d¨ªas por un incendio avivado por un viento seco brutal que a¨²n contin¨²a
Cuando su vecina toc¨® en la puerta a las dos y media de la madrugada del viernes, Luis Tena ya sab¨ªa para qu¨¦ era. Justo antes de acostarse, hab¨ªa le¨ªdo un art¨ªculo de prensa sobre qu¨¦ hacer si te ordenan evacuar tu casa. Documentaci¨®n, una muda, la gata y comida para la gata. Nada m¨¢s. ¡°Si te quedas pensando qu¨¦ te llevas de valor, te puedes quedar ah¨ª¡±. Tena sali¨® de la casa en la que vive a orillas del espectacular Malibou Lake, un peque?o lago en las monta?as de la costa de Los ?ngeles. Se encontr¨® un coche del sheriff diciendo por el meg¨¢fono: ¡°Tienen que evacuar¡±.??
En total, alrededor de 250.000 personas tuvieron que salir de casa con lo puesto entre el jueves y el viernes en una de las zonas m¨¢s privilegiadas de Estados Unidos, la costa monta?osa del oeste de Los ?ngeles, de la que Malib¨² es la ciudad m¨¢s conocida. En el per¨ªmetro bajo evacuaci¨®n obligatoria estaban Calabasas o Thousand Oaks, lugares donde viven Lady Gaga, Martin Sheen, Guillermo del Toro, Miley Cirus, Neil Young o Robin Thicke, por citar algunos afectados directamente por el fuego, bautizado como Woolsey Fire.?
Tambi¨¦n vive Keith McAlastair, de 61 a?os, que sali¨® corriendo de un modesto apartamento de Agoura Hills. ¡°No s¨¦ c¨®mo est¨¢ mi casa. Y no quiero saberlo porque, sinceramente, estoy a punto de derrumbarme¡±, dec¨ªa con infinito cansancio en los ojos en un refugio montado por la Cruz Roja en Thousand Oaks. Cuando sali¨®, ve¨ªa el fuego desde la puerta de su casa. ¡°Las chispas volaban por todas partes. Ten¨ªa las ventanas cerradas y pod¨ªa oler el humo. Tuve que apagar el aire acondicionado porque se me estaba llenando la casa de humo¡±.?
¡°No se hace a la idea de la velocidad del fuego¡±, dice McAlastair. ¡°Lo vimos cruzar por dentro de dos t¨²neles como si nada. Los remolinos de fuego recordaban al efecto que se ve en la chimenea cuando has echado demasiada le?a¡±. El lunes por la tarde, McAlastair lleva fuera de casa cuatro d¨ªas con un carrito en el que lleva sus papeles, sus medicinas, tres mudas, un abrigo y un kit de primeros auxilios. Asegura que vivi¨® tambi¨¦n un incendio en Colorado y que viv¨ªa en Nueva Orleans cuando el hurac¨¢n Katrina. ¡°Un amigo me dijo que Dios me quiere mucho, porque pasa mucho tiempo conmigo¡±.?
La Cruz Roja atendi¨® a 250 personas la primera noche, seg¨²n Cindy Huge, la portavoz del refugio. El segundo d¨ªa del incendio atendi¨® a 700. Uno de los cuatro refugios que montaron estaba en el mismo lugar donde, el pasado jueves, acudieron las familias de los 12 asesinados a tiros en un bar de Thousand Oaks. Horas despu¨¦s, era el epicentro del incendio. Pasaron de dar apoyo psicol¨®gico a las v¨ªctimas de un tiroteo por la tarde, a dar cama y mantas a evacuados de un incendio por la noche.?
Karl Sierka muestra en un tel¨¦fono una foto enviada por un vecino de la colina donde se encuentra su casa. No se ve la vivienda en cuesti¨®n, pero lo que se ve est¨¢ ardiendo o calcinado. ¡°Me iba a quedar a defender la casa, pero me echaron¡±, afirma. Cuenta que los bomberos pr¨¢cticamente dieron por perdida toda la zona. ¡°Vino un helic¨®ptero, hizo una descarga de agua y ya. Nada m¨¢s. Ni lo intentaron¡±.
El fuego se propag¨® tan deprisa entre el jueves y el viernes que se quemaron 20.000 hect¨¢reas en las primeras 24 horas. El viento era brutal. Las chispas volaron por las monta?as hasta la costa, donde fueron incendiando de forma caprichosa unas casas s¨ª y otras no, a veces dentro de la misma calle. El lunes, conduciendo por Kanan Road de norte a sur, una de las carreteras pintorescas que unen el interior con la costa de Malib¨² a trav¨¦s de las monta?as, se pod¨ªa ver que las casas en lo alto de las colinas eran las que m¨¢s hab¨ªan sufrido. La zona es un parque natural protegido. El 83% del parque se ha quemado, seg¨²n datos del martes.
Tena, un arquitecto espa?ol que trabaja en una empresa de construcci¨®n de Malib¨², era uno de los miles de residentes a los que los equipos de emergencia no permiten a¨²n volver a sus casas. El lunes por la tarde, varios vecinos expresaban su frustraci¨®n con los agentes del sheriff, que no les permit¨ªan entrar en las monta?as. Quieren volver para ver si lo han perdido todo. Tena estaba convencido de que la vivienda en la que viv¨ªa hab¨ªa desaparecido hasta que consigui¨® entrar a echar un vistazo el s¨¢bado. Su ¨²nica fuente, como para todos los vecinos, eran pinceladas de informaci¨®n en Twitter. Pero el jefe de los bomberos del condado de Ventura, Mark Lorenzen, fue muy claro el domingo: ¡°Quiz¨¢ hace 10 o 20 a?os te pod¨ªas quedar en casa durante un incendio y pod¨ªas protegerla. Estamos en una nueva normalidad. Las cosas ya no son como eran hace 10 a?os¡±.?
Las condiciones de sequedad, acumulaci¨®n de combustible y el viento, sobre todo un viento seco brutal que el lunes segu¨ªa soplando, hacen que nadie vaya a volver a sus casas hasta que no est¨¦ apagada hasta la ¨²ltima brasa de su barrio. Luis Tena iba conduciendo el lunes al atardecer por las calles alrededor de su urbanizaci¨®n y mostrando las casas de vecinos convertidas en cenizas. Por las colinas hab¨ªa mansiones de las que solo quedaba en pie la chimenea y coches derretidos. Los equipos de bomberos se esforzaban por reponer y asegurar los postes de la luz. Todo el barrio de Malibou Lake estaba a oscuras.?
Para Sierka, los bomberos ni lo intentaron. En realidad es que no pudieron. Se concentraron en salvar vidas y asegurar en lo posible el per¨ªmetro. Consiguieron lo primero. El viernes fueron hallados dos cad¨¢veres dentro de un coche calcinado en una carretera. Dos muertos en un incendio que en tres d¨ªas ha quemado 37.000 hect¨¢reas en las que hay unas 57.000 construcciones amenazadas y viven unas 250.000 personas. Los datos del martes por la ma?ana revelan 435 estructuras da?adas. Es una cifra provisional porque los bomberos solo han podido reconocer un 18% del ¨¢rea quemada.
En cuanto a la contenci¨®n, el s¨¢bado, el viento dio un respiro que permiti¨® rociar con retardante amplias zonas del per¨ªmetro. El fuego estaba controlado en un 30% el lunes, pero los vientos hab¨ªan vuelto con fuerza. A mediod¨ªa del lunes hab¨ªa 26 grados y una sequedad que irritaba los ojos. La previsi¨®n es que siga as¨ª hasta el mi¨¦rcoles. Todo puede volver a arder en cualquier momento.?
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