Periodistas mexicanos piden a la Uni¨®n Europea m¨¢s presi¨®n para frenar los asesinatos
Las organizaciones de defensa de libertad de expresi¨®n denuncian que los informadores deben elegir "entre la plata o el plomo"
El grito de auxilio de los periodistas mexicanos ha resonado este mi¨¦rcoles en el Parlamento Europeo. Organizaciones defensoras de la libertad de expresi¨®n e informadores han participado en una reuni¨®n en la que han trasladado a representantes europeos un mensaje: la Uni¨®n Europea debe ejercer m¨¢s presi¨®n sobre M¨¦xico para que garantice su protecci¨®n y el fin de la impunidad.
Indalecio Ben¨ªtez dice no haber aceptado nunca plata, pero tampoco quer¨ªa el plomo. Locutor de una radio comunitaria en Luvianos, al sur del Estado de M¨¦xico, una noche de agosto de 2014 regresaba de cenar en un restaurante junto a dos de sus hijos.?El pueblo estaba completamente a oscuras porque hab¨ªa una obra para cambiar las farolas, pero a 100 metros de llegar a su vivienda, tambi¨¦n sede de la emisora, se dio cuenta de que hab¨ªa un coche aparcado frente a su casa. No le dio importancia. Era normal que alg¨²n oyente fuera a pedir canciones a la radio. Incluso de noche, despu¨¦s de haber tomado unas copas, hab¨ªa quien se acercaba para pedir que le dedicaran un tema a su novia.
A unos 20 metros de su destino, la perspectiva cambia. Desde su veh¨ªculo, ve que el coche es un taxi con las puertas abiertas con personas armadas en su interior. "Inmediatamente me di cuenta de que no eran del Gobierno porque aunque llevaban vestimenta militar, el pantal¨®n era de otro color, ten¨ªan otra fisonom¨ªa y algunos llevaban barba y pelo largo", recuerda Ben¨ªtez, de 49 a?os, desde el vest¨ªbulo de un c¨¦ntrico hotel de la capital comunitaria, Bruselas. El relato de aquel d¨ªa se acelera desde ese momento. Cuando le ven llegar apuntan a su coche, pero Ben¨ªtez escapa a toda velocidad y se interna junto a su familia en un cuartel de la marina situado muy cerca. Uno de los ni?os le advierte: "Dieguito se desmay¨®". Indalecio Ben¨ªtez levanta su cuerpo. Est¨¢ fr¨ªo. Juan Diego Ben¨ªtez, de 12 a?os, est¨¢ muerto. En la huida, un disparo ha atravesado el autom¨®vil e impactado en su coraz¨®n. Dos de los asesinos, miembros del c¨¢rtel Guerreros Unidos, ser¨¢n detenidos d¨ªas m¨¢s tarde. Ignoraban que esa solitaria bala hab¨ªa causado una muerte, y declarar¨¢n que pretend¨ªan obligar al locutor a emitir un mensaje en su radio: Guerreros Unidos est¨¢ en Luvianos y todo aquel que ayude a otro grupo lo pagar¨¢ con su vida.
El relato de Ben¨ªtez, como el de otros periodistas y defensores de derechos humanos mexicanos invitados a contar su particular historia de violencia, reson¨® el mes pasado en el Parlamento Europeo. Entonces, el subdirector regional de la organizaci¨®n Art¨ªculo 19, Leopoldo Maldonado, resumi¨® en una frase el dilema que muchos periodistas no pueden ignorar. "La prensa se encuentra en la disyuntiva que impone la l¨®gica del sicariato: la plata o el plomo", dijo en referencia a los sobornos y el chantaje al que se ven sometidos los reporteros.
Este mi¨¦rcoles, el problema de la libertad de informaci¨®n ha vuelto a una de las salas del Parlamento Europeo. Invitados por el eurodiputado Josep Mar¨ªa Terricabras y en presencia del embajador mexicano, algunos periodistas han reclamado a la UE que sea m¨¢s contundente en su presi¨®n al Gobierno mexicano para que frene la sangr¨ªa que desde el a?o 2000 ha costado la vida a 140 periodistas seg¨²n la Comisi¨®n Nacional de Derechos Humanos (CNDH).
Algunos de los cronistas han dirigido reproches directos al embajador mexicano, Mauricio Escanero. El diplom¨¢tico ley¨® una declaraci¨®n en la que conden¨® los asesinatos y destac¨® que durante los ¨²ltimos ocho a?os el bloque europeo y M¨¦xico han fortalecido su di¨¢logo sobre derechos humanos.? "M¨¦xico y la UE coincidimos en la importancia de garantizar que los mecanismos para proteger a defensores de derechos humanos, periodistas y otras personas vulnerables sean efectivos y cuenten con los recursos necesarios", dijo. Su intervenci¨®n fue seguida con escepticismo por un sector de los asistentes. "Habla de ocho a?os de di¨¢logo con la UE y dice que el Gobierno lamenta las muertes. M¨¦xico es una lamentocracia. No queremos lamentos, queremos resultados", ha exigido Gloria Ruiz, periodista del peri¨®dico coahuilense?Sin Censura. M¨¦xico ocupa el puesto 147 de 180 pa¨ªses en la ¨²ltima clasificaci¨®n de Reporteros sin Fronteras sobre libertad de prensa, por detr¨¢s de Venezuela, Honduras o Sud¨¢n del Sur.
El parlamentario Terricabras, de Esquerra Republicana de Catalunya, ha lamentado las "terribles limitaciones" de la UE para cambiar la realidad de los periodistas mexicanos. Pero mostr¨® su esperanza en que durante el mandato del nuevo presidente, Andr¨¦s Manuel L¨®pez Obrador, cambie el entorno de sangre y fuego en el que muchos de ellos realizan su labor. "Algunos parlamentarios vamos a dirigirnos al nuevo presidente plante¨¢ndole cuestiones que se han tratado aqu¨ª. Esperamos que responda y que la ilusi¨®n no acabe en frustraci¨®n", ha agregado.
Tanto periodistas como defensores de derechos humanos creen que si la Uni¨®n Europea coopera con M¨¦xico y le apoya financieramente, esta tiene margen para involucrarse m¨¢s y exigir a cambio avances cuantificables en su protecci¨®n y en la lucha contra la impunidad que rodea la mayor¨ªa de estos cr¨ªmenes.
Cuatro a?os despu¨¦s del asesinato de su hijo, y tras un periodo huido del pueblo, del que escap¨® escondido en un maletero ante la amenaza de que los autores del crimen fueran a por ¨¦l, Indalecio Ben¨ªtez sigue dirigiendo Calentana Mexiquense en Luvianos, un municipio fronterizo con Guerrero y Michoac¨¢n donde los c¨¢rteles de La Familia Michoacana y Guerreros Unidos libraron una cruenta guerra por el territorio. Es una radio humilde pero combativa. Emite a unos 15 kil¨®metros a la redonda y su audiencia ronda las 30.000 personas. Y desde el micr¨®fono ha aumentado su denuncia de la falta de garant¨ªas por parte de la justicia. "Lo voy a calificar de m¨¦todo mexicano: en lugar de buscar a los culpables, las autoridades criminalizan a la v¨ªctima. Es la forma m¨¢s f¨¢cil de evadir su responsabilidad de investigar".
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