Los otros n¨²meros rojos de Venezuela
La crisis ha llevado a crear servicios de apoyo para sobrellevar los casos de depresi¨®n y un des¨¢nimo m¨¢s generalizado
El tel¨¦fono suena cinco veces. Dos de las llamadas se caen. En la l¨ªnea de atenci¨®n psicol¨®gica tambi¨¦n deben lidiar con la inestabilidad de las redes de telecomunicaci¨®n de Venezuela. ¡°Era una se?ora pidiendo ayuda para un hijo con trastorno bipolar y otro depresivo¡±, explica Jenny Lozada, una de las operadoras del turno de viernes en el servicio que hace un a?o habilit¨® la Federaci¨®n de Psic¨®logos de Venezuela. Junto con Psic¨®logos Sin Fronteras, trabaja para solventar un problema no tan evidente, a menudo olvidado por las estad¨ªsticas y sin soporte en datos oficiales recientes, de la profunda crisis pol¨ªtica, econ¨®mica y social que atraviesa el pa¨ªs sudamericano, llamada por los especialistas "emergencia humanitaria compleja".?
La tristeza y la depresi¨®n son otros de los n¨²meros rojos de Venezuela. Gisela Galeno coordina el servicio de ayuda telef¨®nica (disponible a trav¨¦s de los n¨²meros en Caracas 4163116 y 4163118) que pretende dar primeros auxilios psicol¨®gicos a una poblaci¨®n en duelo. ¡°Se viven muchos duelos a la vez, el de la gente que muere y tambi¨¦n la p¨¦rdida econ¨®mica, la perdida de la salud, del empleo, de calidad de vida, de los espacios para la recreaci¨®n y encuentro, de los afectos por la gente que emigra. Por ello nos enfocamos en tratar los duelos no resueltos que, cuando se acumulan, pueden desembocar en una depresi¨®n¡±, dice la psic¨®loga cl¨ªnica.
El equipo es peque?o, de apenas cinco voluntarios y dos tel¨¦fonos, y solo alcanza para dar atenci¨®n los viernes de las ocho de la ma?ana a las cinco de la tarde, sin importar si cae en un d¨ªa festivo, y llevar las estad¨ªsticas del servicio. ¡°Lo ideal ser¨ªa recibir apoyo para poder extender la atenci¨®n al fin de semana completo, que es cuando usualmente ocurren la mayor¨ªa de las crisis y luego ser un servicio 24 [horas] que es lo ideal para este tipo de l¨ªneas¡±.
El estado de ¨¢nimo del venezolano tiene un origen pol¨ªtico
En un a?o de trabajo tienen un panorama de lo que aqueja al venezolano: el 41% de las llamadas son de personas con trastornos de ansiedad, el 23% por conflictos familiares, el 22% por conflictos de pareja, el 5,5% por duelo migratorio. En el 67% de los contactos con quienes llaman al servicio, los psic¨®logos deben hacer lo que llaman ¡°una intervenci¨®n¡±: estabilizar a la persona, una tarea que puede tomar hasta una hora de conversaci¨®n telef¨®nica y orientarla al alg¨²n servicio de ayuda presencial cercano y acorde a su posibilidad monetaria.
Los psic¨®logos insisten en distinguir la depresi¨®n, que es una enfermedad, de la tristeza, pero Galeno se?ala que el entorno actual que vive el venezolano puede ser un disparador de las crisis depresivas en quienes tienen una predisposici¨®n a padecerla y en quienes tienen otros trastornos psiqui¨¢tricos. El deterioro social y la falta de f¨¢rmacos tambi¨¦n pueden generar complicaciones.
¡°Crisis como la que atraviesa Venezuela llevan a la gente a mirar hacia adentro, pues una situaci¨®n as¨ª pone en jaque la propia existencia, empuja a la introspecci¨®n y eso contribuye a desarticular el tejido social, que suele ser parte de las intenciones de este tipo de reg¨ªmenes. Si la gente est¨¢ desequilibrada en su vida personal, c¨®mo va a empujar para solucionar lo colectivo. En nuestro caso el estado de ¨¢nimo del venezolano tiene un origen pol¨ªtico, porque la situaci¨®n del pa¨ªs est¨¢ aniquilando la capacidad de respuesta de las personas¡±, dice Galeno.
El malestar es general y en consulta los psic¨®logos identifican los s¨ªntomas. ¡°No tengo ganas de salir, tengo ganas de llorar, no quiero hacer nada, no quiero comer o como mucho. A esto se suman alteraciones de sue?o, deterioro de la salud sin enfermedad previa, poca tolerancia a la frustraci¨®n, conductas de evitaci¨®n. La complejidad de la situaci¨®n est¨¢ demandando unos niveles de respuesta que generan mucho estr¨¦s en la poblaci¨®n¡±, a?ade Siboney P¨¦rez, de Psic¨®logos Sin Fronteras, que trabaja en otro servicio gratuito de atenci¨®n creado recientemente, pues en los hospitales es casi inexistente, y tambi¨¦n es parte de una red de especialistas que atiende v¨ªa Skype a los venezolanos que viven el duelo fuera de las fronteras.
Este a?o hubo 786 suicidios en Caracas, dos menos que en todo el pa¨ªs en 2012
En poco m¨¢s de una d¨¦cada se esfum¨® el alto ¨ªndice de bienestar subjetivo que atribu¨ªa la empresa Gallup a los venezolanos. Venezuela sol¨ªa estar entre los pa¨ªses m¨¢s felices. En 2006, cuando se hizo la primera medici¨®n, el 59% de la poblaci¨®n consideraba que su situaci¨®n era pujante, el porcentaje m¨¢s alto en Am¨¦rica Latina, y solo el 4% se?alaban que estaban en condici¨®n de sufrimiento. Una d¨¦cada despu¨¦s los porcentajes se revirtieron: los pujantes bajaron al 13%, teniendo solo por debajo a Hait¨ª, y los que sufr¨ªan pasaron al 28%. Este 2018 Paraguay ocupa el puesto del pa¨ªs m¨¢s feliz de la regi¨®n y Venezuela sali¨® de los primeros lugares. Aunque se trata de una mera estimaci¨®n a la que es prudente a?adir varios matices, un simple vistazo a los obst¨¢culos de la vida cotidiana en el pa¨ªs caribe?o ayuda a entender por qu¨¦ muchos venezolanos est¨¢n sumidos en el des¨¢nimo.
Sin datos oficiales
La investigadora de la Universidad Central de Venezuela Yorelis Acosta inici¨® en 2015 un mapeo de las emociones del venezolano, que describe como fotograf¨ªas del ¨¢nimo de la poblaci¨®n. ¡°La tristeza, la rabia y el miedo son emociones negativas que han predominado. Pero la realidad venezolana es muy compleja y no hay una sola manera de sentirse. Ha sido un camino muy largo, que ha causado un deterioro progresivo, cansancio, p¨¦rdida de calidad de vida y de libertades. Ahora, la crisis empieza a mostrar otras emociones que no hab¨ªamos experimentado, porque ahora s¨ª vivimos en el colapso, emociones que van acompa?adas de expresiones como ¡®yo no merezco esto¡¯ o ¡®nunca imagin¨¦ que a mi edad iba a pasar por esto¡±, acota la investigadora.?
En noviembre, en la l¨ªnea de atenci¨®n psicol¨®gica que coordina Galeno empezaron a registrar otro tipo de llamadas. ¡°Hemos tenido casos de personas que est¨¢n considerando el suicidio como una soluci¨®n, estos casos debemos abordarlos con otro protocolo porque el objetivo es principal es preservar la vida. Tratamos de disuadir a la persona de que no vea en el suicidio una soluci¨®n definitiva a un problema que es temporal¡±. En el pa¨ªs no existe una l¨ªnea de prevenci¨®n del suicidio.
La alarma del aumento del suicidio se ha disparado en los ¨²ltimos dos a?os. El Estado M¨¦rida, en los Andes venezolanos, registr¨® en 2017 una tasa de 19 suicidios por cada 100.000 habitantes ¡ªun total de 191 casos¡ª muy por encima de la media del pa¨ªs y un n¨²mero nunca registrado en 20 a?os de an¨¢lisis.? No se dispone de datos oficiales recientes a escala nacional sobre este tema. Una investigaci¨®n de la agencia Bloomberg revel¨® el mes pasado que este a?o se han producido 786 suicidios en Caracas, apenas dos menos que los registrados en todo el pa¨ªs en 2012, el ¨²ltimo a?o del que se conocen estad¨ªsticas de mortalidad.
El crimin¨®logo Freddy Crespo ha investigado el tema en la regi¨®n y sostiene que la crisis ha sido un catalizador. ¡°En los casos que estudiamos encontramos que el contexto condiciona, son personas que se quedan solas, porque la familia y sus amigos se fueron, que desertaron de los estudios universitarios para trabajar, que enfermaron y no quieren ser carga. Todos tienen que ver con un proceso de desestructuraci¨®n del yo, donde las aspiraciones que se ten¨ªan que no se van a poder cumplir por la situaci¨®n econ¨®mica y social de Venezuela¡±.
Acosta agrega que en los procesos hiperinflacionarios, como el que atraviesa Venezuela desde hace un a?o, se suelen disparar dos indicadores de los que no llevan cuenta los economistas: la migraci¨®n y los suicidios. ¡°Llevamos dos a?os contando suicidios por la crisis. En hiperinflaci¨®n y en grandes recesiones econ¨®micas aumentan la migraci¨®n y suicidios. Pero el suicidio es una acci¨®n que puede ser prevenible, con comunicaci¨®n, sensibilizaci¨®n y combatiendo la desesperanza. La misma sociedad debe estar atenta a los cambios de comportamiento de la gente de su entorno, pues casi nadie se va a suicidar de un d¨ªa para otro¡±.
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