?Y si mejor no se meten con nadie?
El movimiento #ConMisHijosNoTeMetas sale a las calles en Sudam¨¦rica con el temor a la introducci¨®n de que la "ideolog¨ªa de g¨¦nero¡± en los curr¨ªculos escolares puede ¡°destruir a la familia¡±
Hace unos d¨ªas el movimiento #ConMisHijosNoTeMetas (CMNTM) volvi¨® a marchar en las calles de Argentina, Bolivia, Paraguay y Per¨². El grupo sali¨® de sus casas propulsado por un temor expl¨ªcito, y envuelto en una contradicci¨®n impl¨ªcita.
El temor est¨¢ claro en sus proclamas: la introducci¨®n de la "ideolog¨ªa de g¨¦nero¡± en los curr¨ªculos escolares puede ¡°destruir a la familia¡± y ¡°homosexualizar a los ni?os¡± (si resumimos sus mensajes m¨¢s repetidos).
?A que se refiere CMHNTM cuando habla de ¡°ideolog¨ªa de g¨¦nero¡±? Aparentemente, a un popurr¨ª. Juzgando por lo que dicen en sus m¨ªtines, en la ¡°ideolog¨ªa de g¨¦nero¡± caben desde el Foro de S?o?Paulo hasta un gran complot ateo-marxista-internacional para acabar con la familia. Pero si intentamos encontrar un n¨²cleo y nos concentramos en lo que m¨¢s repiten los voceros del movimiento, parecer¨ªa que la "ideolog¨ªa de g¨¦nero¡± es todo aquello que cuestiona la manera como tradicionalmente se ha entendido lo que significa ser hombre o mujer, con un especial rechazo a todo lo que pueda plantear como normal, natural o aceptable a la homosexualidad.
De la contradicci¨®n, en cambio, no parecen darse cuenta. No por eso ella deja de ser grande. La que sopone declarar algo una anormalidad que atenta contra la naturaleza y, al mismo tiempo, asumir a ese algo como una fuerza que est¨¢ latente en los ni?os, lista para tomar posesi¨®n de ellos ni bien se les eduque para verla como algo aceptable. Al fin y al cabo, ?qu¨¦ riesgo podr¨ªa haber en ense?ar a los ni?os a no rechazar la homosexualidad si es que esta no estuviese latente en ellos de forma natural?
Y cuidado que la asunci¨®n de los CMHNTM parece referirse a la gran mayor¨ªa - si es que no a todos- los ni?os. A suficiente n¨²mero de ellos, en todo caso, como para que, si se levanta el estigma social y la homosexualidad pase a considerarse aceptable, se ¡°destruya a la familia [heterosexual]¡±. Algo as¨ª como que, tumbado el muro, no habr¨ªa qui¨¦n no se pase al lado gay de Berl¨ªn.
Es curioso como, de esta forma, las personas que nutren y lideran este tipo de movimientos acaban viviendo en un mundo donde lo que m¨¢s temen o m¨¢s les fastidia est¨¢ por todos lados. A la vuelta de la esquina (y de la esquina de todos). As¨ª lo hace saber, por ejemplo, Jair Bolsonaro, quien en su entrevista con Ellen Page menciona entre los factores que pueden volver homosexuales a las personas a las libertades, a las drogas, al que los ni?os tengan alrededor personas gay, a la distribuci¨®n escolar de material LGTBI e, incluso, a ¡°las mujeres trabajando¡±. Es decir: cualquier resbal¨®n y se ¡°homosexualiza¡± el futuro.
Si mostrasen inter¨¦s en usar la raz¨®n, los #ConMisHijosNoTeMetas del planeta, aun manteniendo su visi¨®n de la homosexualdad como algo malo, podr¨ªan estar mucho m¨¢s tranquilos. Si el deseo afectivo y er¨®tico pudiera generarse o cancelarse por "propaganda" (para usar una palabra favorita de estos movimientos) no habr¨ªa c¨®mo explicar por qu¨¦ las sociedades y familias en las que la propaganda antigay es feroz no parecen producir menos homosexuales que las m¨¢s liberales. Un mensaje o un conjunto de mensajes (aunque sea "propaganda") pueden convencer a un ni?o de dejar salir o reprimir un instinto, pero no pueden crear un instinto que no est¨¦ ya ah¨ª
Lo mismo si cotizaran en algo a la ciencia. Ni a¨²n en el caso en que su miedo no fuera que ¡°se formen¡± m¨¢s homosexuales, sino simplemente que se desrepriman m¨¢s personas que ya lo son, tendr¨ªan estos movimientos tanto de qu¨¦ preocuparse. Si bien hay un grado de deseo homoer¨®tico en casi todas las personas (Freud cre¨ªa que en todas), este grado es preponderante solo en una minor¨ªa. Las investigaciones serias que m¨¢s alto sit¨²an el porcentaje de personas homosexuales de la poblaci¨®n mundial hablan de alrededor de un 10% (y la mayor¨ªa se acerca m¨¢s al 5%).
Pero claro, no puede ped¨ªrseles a los CMHNTM que se interesen en investigar el tema de su protesta porque que poseen las conclusiones a priori (y muchas veces venidas de la pluma de Dios mismo). Como consecuencia, tienen que estar atajando la "homosexualizaci¨®n" del mundo en las calles. Hacen pensar en lo que dec¨ªa S¨¦neca: todo necio termina sufriendo el castigo de s¨ª mismo.
El problema, sin embargo, est¨¢ en que el castigo no lo sufren solo ellos sino tambi¨¦n terceros inocentes, incluyendo muy particularmente, por esas paradojas de la vida, a los ni?os. Porque, ?qu¨¦ es lo que proponen estos movimientos para el caso de las minor¨ªas sexuales? En los m¨¢s (al menos externamente) pac¨ªficos de los casos, lo que proponen es lo que me respondi¨® un congresista vocero del movimiento cuando hace poco discut¨ªamos sobre el tema: ¡°dejarlos tranquilos¡±. Lo que, evidentemente, en los hechos, significa mantener el status quo. Y el status quo en Am¨¦rica Latina es la homofobia; siendo, concretamente, los temas relacionados con la orientaci¨®n sexual una de las principales causas de bullying en la regi¨®n. Con lo que lo que proponen para los gays, incluyendo a los ni?os que lo son, se resumir¨ªa m¨¢s honestamente as¨ª: ¡°que se joroben¡±.
En otras palabras: no marchan simplemente para que ¡°no homosexualicen¡± a sus hijos por medio de un curr¨ªculo; la marcha incluye tambi¨¦n su derecho a que sus hijos puedan crecer pensando, como en su momento lo hicieron ellos, que el hombre y la mujer sanos o morales solo pueden ser heterosexuales, y que los homosexuales son, en consecuencia, alg¨²n tipo de enfermedad o aberraci¨®n.
Naturalmente, rara vez se plantean lo que pasa si los mentados hijos resultan ser homosexuales. Solo cabe imaginar que se sustentan en que son padres que inculcan valores tradicionales, cuando no religiosos, y en las familias as¨ª no hay hijos homosexuales.
En realidad, por supuesto, la suya es una lucha que intenta mantener un mundo en el que, si sus hijos son gays, sufrir¨¢n mucho y, si no lo son, tendr¨¢n grandes posibilidades de hacer sufrir mucho a otros. En ambos casos, los #ConMisHijosNoTeMetas se meten con sus hijos. Y, en el camino, colaboran para hacer un mundo m¨¢s injusto y m¨¢s dif¨ªcil a todos los dem¨¢s.
Fernando Berckemeyer es un periodista peruano y exdirector del diario El Comercio.
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