El desencanto de la revoluci¨®n bolivariana
Tres voces disidentes relatan los motivos que los alejaron del chavismo tras a?os de gesti¨®n de Ch¨¢vez
La seducci¨®n del teniente coronel retirado Hugo Ch¨¢vez radic¨® en su discurso. Aunque su fracasada operaci¨®n armada para derrocar al presidente Carlos Andr¨¦s P¨¦rez en 1992 es considerada una epopeya por sus seguidores, el militar se catapult¨® como l¨ªder por ser locuaz y representar una transformaci¨®n de la pol¨ªtica de Venezuela.
Su carisma le permiti¨® arrasar en 13 votaciones y solo sufri¨® una derrota. Dividi¨® al pa¨ªs entre chavistas y opositores, pero su movimiento pol¨ªtico tambi¨¦n ha experimentado fracturas en estos 20 a?os en el poder. No hubo una ruptura tajante, sino un desencanto progresivo y a veces silencioso. Muchos se rebelaron contra el propio Ch¨¢vez, otros a¨²n piensan que su proyecto fue desvirtuado por su disc¨ªpulo, Nicol¨¢s Maduro.
Ernesto Alvarenga, un legendario militante de la izquierda, se alej¨® del oficialismo despu¨¦s de la aprobaci¨®n de 49 leyes por orden y decreto de Ch¨¢vez, sin el consentimiento del Parlamento. Ocurri¨® en diciembre de 2001 y no fue el ¨²nico que lo consider¨® un rasgo autoritario. Entonces tambi¨¦n se alejaron otros seguidores del Gobierno, entre ellos Luis Miquilena, mentor pol¨ªtico del exmandatario y entonces ministro de Interior y Justicia. ¡°Hab¨ªamos acordado una reuni¨®n, quer¨ªamos que esas leyes se difundieran y discutieran con la poblaci¨®n, pero ¨¦l de golpe y porrazo decidi¨® que no se hiciera as¨ª¡±, recuerda.
Alvarenga se acerc¨® a Ch¨¢vez antes de que ganara las elecciones del 6 de diciembre de 1998. ¡°Lo conoc¨ª en el contexto de la conspiraci¨®n, en 1991¡±, agrega. Su afinidad fue ideol¨®gica, ambos fundaron el Movimiento Quinta Rep¨²blica (MVR), la plataforma pol¨ªtica que antecedi¨® al gobernante Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV). ¡°El desastre lo inicia Ch¨¢vez, solo que Maduro lo hereda¡±, dice.
Gabriela Ram¨ªrez, exdefensora del Pueblo: ¡°No nos volveremos a llamar chavismo¡±
Gabriela Ram¨ªrez, exdenfensora del Pueblo (2007-2014) de Venezuela, hace un inventario de los errores del chavismo a lo largo de 20 a?os en el poder. Al enumerar las equivocaciones, menciona en primer lugar al "mesianismo" o culto al presidente Hugo Ch¨¢vez como la semilla de los desaciertos, luego al desmantelamiento de las instituciones y la discrecionalidad al momento de castigar la corrupci¨®n. "Nos llamaban focas por aplaudir todo lo que hac¨ªa el Gobierno, pero nuestra admiraci¨®n era autentica. Nosotros est¨¢bamos convencidos de que Ch¨¢vez ten¨ªa un proyecto pol¨ªtico muy claro en la cabeza y que nos iba a llevar por buen camino", dice en una entrevista telef¨®nica.
Ella ten¨ªa 28 a?os y se hab¨ªa graduado como licenciada en Trabajo Social cuando el teniente coronel retirado alcanz¨® la cumbre del poder, el 6 de diciembre de 1998. No vot¨® por ¨¦l, entonces. ¡°Siempre fui muy racional con mi voto y me gust¨® votar. Ese a?o no encontr¨¦ ning¨²n candidato atractivo¡±, agrega. Su encandilamiento con el expresidente ocurre en los debates de la Asamblea Constituyente, en 1999, para reformar la Constituci¨®n de Venezuela. Pero su respaldo es oficial cuando se incorpora al Movimiento Clase Media en Positivo, impulsado por el chavismo tras el paro del sector petrolero entre 2002 y 2003, y de ah¨ª pas¨® a incursionar en la pol¨ªtica.
Fue diputada de la Asamblea Nacional e impuls¨® seis leyes, pero es recordada por su gesti¨®n en la Defensor¨ªa del Pueblo. En 2014, a meses de abandonar ese puesto, fue severamente criticada por la oposici¨®n. Fue el a?o de la primera ola de protestas masivas contra Nicol¨¢s Maduro y del encarcelamiento de varios pol¨ªticos, entre ellos Leopoldo L¨®pez, fundador del partido Voluntad Popular. ¡°Hubo un giro de 180 grados en el tratamiento de las protestas¡±, justifica.
Durante su ¨²ltimo a?o en la Defensor¨ªa del Pueblo se encarg¨® de documentar las violaciones de derechos humanos e inform¨® al alto gobierno porque ¡°crey¨®¡± que se trat¨® de una acci¨®n aislada de agentes de seguridad, aunque admite que comienza una ola de tratos crueles y torturas pol¨ªticas para obtener confesiones. ¡°Eso pas¨® (la tortura) con los cinco chicos que fueron causa con Leopoldo L¨®pez. Todos ellos fueron objeto de torturas... Nosotros tomamos sus testimonios. Fueron objeto de esas torturas, justamente, para que ellos admitieran que s¨ª, que ellos hab¨ªan sido convocados a protestas violentas por Leopoldo L¨®pez y ninguno se conoc¨ªa¡±, revela.
Su divorcio con el poder sucede a mediados de 2017, tras una serie de protestas antigubernamentales por dos sentencias del Tribunal Supremo de Justicia que despojaron de atribuciones al Parlamento y a unos d¨ªas de la elecci¨®n de la Constituyente impuesta por el oficialismo. Ram¨ªrez hab¨ªa renunciado a un puesto de asesora en el Supremo y unos meses despu¨¦s se uni¨® a la plataforma opositora Frente Amplio. "No nos volveremos a llamar chavismo. Como concepto o palabra, el chavismo qued¨® mancillado por el sucesor que Ch¨¢vez nos pidi¨® que apoy¨¢ramos y que nosotros ciegamente, por ese endiosamiento al expresidente, no tuvimos el raciocinio y la rebeld¨ªa de decir 'pero este se?or no calza los puntos para llevar las riendas del pa¨ªs' y negarnos a respaldarlo", agrega.
Ahora, no ve una salida clara al r¨¦gimen, solo el crecimiento de la disidencia. ¡°Estando Maduro en el poder, yo habl¨¦ con las m¨¢s altas autoridades del pa¨ªs y lo desprecian. No estoy mintiendo, en todos los niveles, incluso dentro de su propio tren ministerial. M¨¢s que descontento, lo que prevalece en el Gobierno, la amalgama que mantiene unido al gabinete, es el miedo¡±, asegura.
El descontento se multiplic¨® despu¨¦s de la muerte del l¨ªder de la autodenominada revoluci¨®n bolivariana, el 5 de marzo de 2013. Hoy es inocultable, un 60% de la poblaci¨®n encuestada por la firma Delphos entre el 22 de octubre y el 2 de noviembre indic¨® que anhelan un l¨ªder pol¨ªtico en Venezuela que no provenga de las filas del chavismo, mientras que un estudio elaborado por la Universidad Cat¨®lica Andr¨¦s Bello y la Universidad de Vanderbilt identific¨® a un 25% como ¡°chavista desafecto¡± y a un 13% como ¡°chavista madurista¡±. Este ¨²ltimo sondeo, divulgado en 2017, seguidores de Maduro quer¨ªan que concluyera su mandato, al menos cuatro de cada 10 consideraba su gesti¨®n como regular o mala. La crisis econ¨®mica y la deriva autoritaria son determinantes en este desencanto.
En 2016, un grupo de ex altos funcionarios gubernamentales e intelectuales de izquierda conformaron la Plataforma en Defensa de la Constituci¨®n con la intenci¨®n de denunciar las irregularidades del r¨¦gimen de Maduro, pero sin desvincularse plenamente de los ideales de la revoluci¨®n bolivariana. Oly Mill¨¢n, una exministra de Econom¨ªa (2006), milita en este grupo. ¡°El proceso se agota en 2007 y 2013. Ese ¨²ltimo a?o empieza un desmontaje de referentes de la revoluci¨®n por parte de una elite que ven¨ªa amasando fortunas. Ch¨¢vez, la izquierda venezolana y la internacional tienen mucha responsabilidad en esto. ?Por qu¨¦? Ese af¨¢n de la polarizaci¨®n y el culto a la personalidad minimiz¨® el patrimonio que se ten¨ªa: la cr¨ªtica y la autocr¨ªtica¡±, explica.
Mill¨¢n atribuye su ruptura con el Gobierno a una confluencia de factores. En su trayectoria por varios organismos p¨²blicos supo de ¡°mafias¡± y corrupci¨®n, aunque dice que en ninguno estuvo involucrado Ch¨¢vez. ¡°Me gan¨¦ enemigos sin conocerlos¡±. Tambi¨¦n tuvo ¡°diferencias¡± relacionadas con la ¡°construcci¨®n del socialismo¡± que contribuyeron a su salida del gabinete. ¡°Hab¨ªa dos visiones encontradas, unos sosten¨ªan que el Estado asumiera el control absoluto, inclusive econ¨®mico, del pa¨ªs y otros sosten¨ªamos que el proceso socialista se deb¨ªa hacer de modo consciente, participativo y activo del pueblo¡±, detalla.
Su compa?ero en el movimiento pol¨ªtico, el exministro de Planificaci¨®n Jorge Giordani, denunci¨® el desfalco de m¨¢s de 25 millones de d¨®lares cometido por empresas a trav¨¦s del control de cambio de divisas instaurado desde 2003.
El pa¨ªs sudamericano experiment¨® una bonanza antes de afrontar su peor crisis econ¨®mica. Muchos chavistas atribuyeron la racha financiera a la ¡°buena cabeza¡± del l¨ªder socialista en los negocios, pero el motivo del ingreso de 960 mil millones de d¨®lares entre 1999 y 2014 fue un alza de los precios del petr¨®leo. Ch¨¢vez se convirti¨® para algunos de sus seguidores en irrebatible, incontestable, una especie de semidi¨®s, durante un tiempo. Despu¨¦s de su muerte se le rindi¨® culto y su sucesor emple¨® su figura en varias campa?as pol¨ªticas.
El polit¨®logo N¨ªcmer Evans recuerda que en v¨ªsperas de la ¨²ltima contienda electoral de Ch¨¢vez critic¨® en un art¨ªculo de opini¨®n el martirio del presidente a cambio de su reelecci¨®n. El cuestionamiento le cost¨® su salida inmediata del PSUV.
Su simpat¨ªa por el pol¨ªtico hab¨ªa comenzado cuando trabaj¨® en uno de sus programas sociales en el barrio popular de Catia, al oeste de Caracas, pero la decepci¨®n apareci¨® en 2007. Ese a?o, precisamente, hab¨ªa surgido el movimiento pol¨ªtico Marea Socialista, una escisi¨®n del PSUV, al que se uni¨® y donde milit¨® hasta el 2017. ¡°Mi postura cr¨ªtica no les gust¨® a muchos¡±, acota.
Muchos detractores han creado grupos pol¨ªticos en Venezuela o se unieron a otros de la oposici¨®n, pero otros est¨¢n en el exilio como Luisa Ortega, la fiscal general destituida por la Constituyente en 2017, o arrestados como Miguel Rodr¨ªguez Torres, exministro de Interior y Justicia (2013-2014), tras ser acusado de conspiraci¨®n en un golpe de Estado en marzo. De momento, Maduro los acusa de distintos delitos y promete que ¨¦l contin¨²a frente al gobierno para ¡°consolidar los sue?os del Comandante Ch¨¢vez¡±.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.