Un matrimonio en la cima del poder estatal mexicano
La gobernadora conservadora de Puebla, Martha Erika Alonso, hab¨ªa sucedido en el cargo a su marido, Rafael Moreno Valle, tras un pol¨¦mica victoria en las elecciones de julio
El 1 de julio, Martha Erika Alonso rompi¨® dos r¨¦cords en la historia pol¨ªtica mexicana. Su ajustada victoria en Puebla supon¨ªa la primera vez que una mujer alcanzaba la silla de gobernadora en el quinto Estado m¨¢s poblado y uno de los m¨¢s pr¨®speros. Su triunfo electoral la convert¨ªa a la vez en el primer caso de sucesi¨®n familiar del poder pol¨ªtico en el pa¨ªs al tomar el relevo de su propio marido, Rafael Moreno Valle, gobernador panista ¨Cderecha¨C durante los seis a?os anteriores. La pareja, de 45 y 50 a?os respectivamente, falleci¨® este lunes en un accidente de helic¨®ptero a pocos kil¨®metros de la capital del Estado.
Puebla, sede de algunas de las mayores empresas multinacionales con presencia en el pa¨ªs, se hab¨ªa convertido en uno de los pocos bastiones que la derecha mexicana, en alianza con PRD y Movimiento Ciudadano, hab¨ªa logrado conservar ¨Cjunto a Guanajuato y Yucat¨¢n¨C tras la aplastante victoria de Morena por casi todas las esquinas de la rep¨²blica.
El ajustado triunfo de Alonso ¨Capenas 100.000 votos, un 4% del sufragio¨C sobre el candidato morenista, Miguel Barbosa, tuvo que ser confirmado por el Tribunal Electoral mexicano entre acusaciones de fraude, robo y quema de urnas, balaceras, batallas campales entre miembros de los partidos y el descubrimiento de una presunta sede secreta que acumulaba material electoral. Tras ordenar el recuento de votos en las 7.174 casillas del Estado, la Justicia confirm¨® el mes pasado su victoria en la terna a gobernador pero mand¨® repetir los comicios en cinco municipios.
La pol¨¦mica hab¨ªa arrancado desde la nominaci¨®n de Alonso como candidata. Oposici¨®n y organizaciones civiles lanzaron entonces acusaciones sobre la supuesta opacidad y juego de intereses envueltos en la candidatura. La sombra del todav¨ªa gobernador, Moreno Valle, planeaba sobre la campa?a. Hombre fuerte del panismo, hab¨ªa ejercido durante su mandato una fuerte presencia en todos los sectores: programas sociales y de infraestctura, cuerpos de seguridad y medios de comunicaci¨®n. Entre las bambalinas del poder poblano ya le hab¨ªan puesto incluso un nombre a aquella etapa: el morenovallismo.
La carrera de Alonso, licenciada en dise?o gr¨¢fico por la Universidad Iberoamericana y con maestr¨ªa en Comunicaci¨®n P¨²blica en la Universidad de las Am¨¦ricas Puebla, estuvo asociada a la de su marido desde el inicio. En 2010 particip¨® en la campa?a que llevar¨ªa a Moreno Valle a la silla de gobernador. Recorri¨® los 217 municipios al frente de una red de mujeres panistas. Formaba parte de la Administraci¨®n estatal desde entonces, el a?o pasado hab¨ªa solicitado licencia como directora de Servicios Sociales para emprender su propia batalla electoral.
Tras el relevo de su esposa, Moreno Valle ocupaba desde el verano el puesto de coordinador de la bancada panista en el Senado. Con m¨¢s de 20 a?os de carrera pol¨ªtica, su recorrido es la semblanza can¨®nica de la estirpe pol¨ªtica mexicana. El pol¨ªtico conservador fue nieto de un militar priista, tambi¨¦n de nombre Rafael Moreno Valle, y, como ¨¦l, gobernador de Puebla y secretario de Gobernaci¨®n durante el oscuro mandato de D¨ªaz Ordaz. Su figura fue creciendo a la sombra de otro peso pesado del entonces partido hegem¨®nico: Melquiades Morales Flores, presidente estatal del PRI.
Licenciado en Econom¨ªa y Ciencias Pol¨ªticas y master en Administraci¨®n de Empresas, entrar¨ªa en las filas panistas en 2006 como senador. Su influencia dentro del partido aument¨® desde su atalaya como bar¨®n regional de uno de los estados clave. Durante la ¨²ltima y cruda batalla por el liderazgo del partido, estuvo cerca de torcer la mano del finalmente candidato presidencial panista, Ricardo Anaya, segundo en los resultados electorales de julio a mucha distancia de L¨®pez Obrador.
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