El regalo de Lula y Gleisi a Bolsonaro
La presencia del PT brasile?o en la investidura de Nicol¨¢s Maduro es un gol en propia puerta que el partido puede acabar pagando caro
El expresidente Lula, desde la c¨¢rcel, y Gleisi, como presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), han hecho un gran regalo a Bolsonaro y a la extrema derecha brasile?a que acaba de llegar al poder, en buena parte, porque millones de votantes no quer¨ªan que la izquierda volviera a gobernar. Nada, en efecto, habr¨¢ hecho m¨¢s feliz al Gobierno de Bolsonaro como la presencia de Gleisi en la toma de posesi¨®n de Nicol¨¢s Maduro, abandonado por la gran mayor¨ªa de los Gobiernos del continente que se negaron a ir a festejar lo que un editorial de este peri¨®dico ha llamado La farsa de Maduro.
El PA?S, que siempre fue prudente antes de considerar el r¨¦gimen de Venezuela como una dictadura, esta vez ha sido tajante al afirmar que el Gobierno venezolano ha sometido a tortura a su pueblo, que ¡°se consume en una tragedia que deber¨ªa ser intolerable en el siglo XXI¡±. La decisi¨®n del PT de Lula, que es quien sigue gobernando en el partido y sin cuya bendici¨®n Gleisi no se hubiese atrevido a ir a rendir homenaje a Maduro, considerado ya como dictador por las mayores democracias, supone una triste y tr¨¢gica tolerancia por parte del PT. Un partido que fue considerado siempre como moderado y democr¨¢tico en la izquierda de Am¨¦rica Latina.
Es cierto que el PT se coloc¨® al lado del r¨¦gimen venezolano incluso cuando ya sonaban las alarmas de estar traicionando todos los derechos humanos y pisoteando las libertades democr¨¢ticas. Hoy, sin embargo, ante el grito casi un¨¢nime incluso de Gobiernos progresistas que disienten de la tragedia venezolana, hecha de hambre, exilio y muerte, el PT deber¨ªa haber aprovechado la ocasi¨®n para hacer un examen de conciencia y colocarse al lado de las democracias que han dicho ?basta! a la locura dictatorial de Maduro.
M¨¢s si cabe en un momento en el que el PT est¨¢ siendo se?alado por el nuevo Gobierno derechista de Bolsonaro como la causa de los males econ¨®micos que acucian a Brasil, y por otros como el responsable de haber permitido que la ultraderecha llegase al poder. El PT, que fue un actor de esperanza renovadora con un fuerte sentido social en la izquierda democr¨¢tica de Am¨¦rica Latina, se encuentra hoy en el papel de hacer oposici¨®n a un Gobierno que ya ha anunciado su deseo de aniquilarlo. Su decisi¨®n de apoyar de nuevo a Maduro y al esperpento de las ¨²ltimas elecciones venezolanas es el peor presagio para quien pretende ser la palanca de la oposici¨®n a la ola autoritaria de Bolsonaro. Ha sido un gol en propia puerta que podr¨¢ acabar pagando caro.
En el editorial de El PA?S se afirma que Nicol¨¢s Maduro deber¨ªa ¡°mirar hoy a su alrededor y sentir la soledad y el aislamiento de Am¨¦rica Latina y de las potencias democr¨¢ticas del mundo¡±, as¨ª como ¡°actuar en consecuencia poniendo fin a la tortura a la que tiene sometido a su pueblo¡±. La presencia de Gleisi en Caracas, representando al PT, abre las puertas a quienes defienden que es una izquierda que se ha quedado amarrada a los viejos clich¨¦s del pasado e incluso corresponsable de las atrocidades en un pa¨ªs martirizado por una dictadura que no sabe llorar por sus v¨ªctimas. Que sigue encasillada en una ideolog¨ªa que caus¨® en el mundo tantas o m¨¢s atrocidades que la derecha.
El dolor de las v¨ªctimas inocentes no tiene color pol¨ªtico. Hay momentos en los que no es posible no tomar partido porque cerrar los ojos supondr¨ªa ser c¨®mplices de la muerte y de lo r¨ªos de sufrimiento de millones de inocentes. Gentes que acaban siendo sacrificadas por ideales que, si un d¨ªa fueron vistos como libertadores, hoy, en Venezuela, aparecen como verdugos de los m¨¢s d¨¦biles.
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