La Uni¨®n Europea y la democratizaci¨®n de Venezuela
Di¨¢logo o elecci¨®n inmediata solo beneficiar¨¢n a Maduro
Juan Guaid¨® se jurament¨® como presidente encargado y con ello comenz¨® a desmantelarse el r¨¦gimen de Maduro. No fue una autoproclamaci¨®n. La Constituci¨®n vigente dice que ante ¡°la falta absoluta del presidente¡± asumir¨¢ de manera provisoria el presidente de la Asamblea Nacional. Exactamente eso ocurri¨®.
El gobierno chavista es ileg¨ªtimo de acuerdo a la constituci¨®n de Hugo Ch¨¢vez. No deja de tener una cierta belleza po¨¦tica.
El r¨¦gimen est¨¢ como un boxeador a punto de caer. Groggy y con los ojos entrecerrados, tira jabs al aire. Sin iniciativa pol¨ªtica, hace lo ¨²nico que sabe: reprimir, insultar y exhibir el poder con obscenidad. Salvo que ya no tiene poder en sentido institucional. Solo tiene el poder de las balas y ¡°por ahora¡±, como dir¨ªa el mism¨ªsimo Ch¨¢vez.
La mayor¨ªa de los pa¨ªses del hemisferio han reconocido a Guaid¨® como presidente encargado. El Banco Interamericano de Desarrollo hizo lo propio. El Tesoro de Estados Unidos busca que los pagos por importaciones de petr¨®leo sean efectuados a la Asamblea Nacional; y el Banco de Inglaterra bloque¨® el intento de Maduro de retirar sus dep¨®sitos de oro por valor de 1.200 millones de d¨®lares. La dictadura se desfinancia.
En este escenario fluido persisten muchas incertidumbres. Algunas de ellas son simples trucos, trampas ya vistas. Otros son verdaderos dilemas, ofrecen oportunidades pero tambi¨¦n enormes riesgos. El mundo de la diplomacia tiene menos claridad que el mundo del dinero, no es sorpresa.
M¨¦xico y Uruguay insisten con la idea de mediaci¨®n entre las partes, contando con el apoyo de Rusia, Cuba y otros aliados de Maduro. La historia de la mediaci¨®n, di¨¢logo o negociaci¨®n es larga. Su primer cap¨ªtulo se escribi¨® en abril de 2014, cinco a?os atr¨¢s, durante masivas protestas y represi¨®n indiscriminada. Desde entonces hubo varios episodios m¨¢s, la mayor¨ªa con la mediaci¨®n de Zapatero.
Nunca fueron intentos sinceros, solo una estrategia del r¨¦gimen para neutralizar la protesta social y alargar su horizonte temporal. Algo que Zapatero reconoci¨® en junio de 2016 en la mism¨ªsima OEA: ¡°esto va para largo¡±, asegur¨® sin ruborizarse.
Pues no minti¨®: el ¨²ltimo di¨¢logo concluy¨® con la oposici¨®n abandonando la reuni¨®n y Maduro organizando las elecciones fraudulentas del 20 de mayo de 2018. Volver sobre esa idea ignora que el propio vocablo ¡°di¨¢logo¡± es ofensivo hoy para los dem¨®cratas venezolanos.
Es una propuesta que adem¨¢s carece de condiciones m¨ªnimas de justicia. No le exige nada a la dictadura, ni liberar a los presos pol¨ªticos, ni aceptar ayuda humanitaria, ni ordenar el cese de la represi¨®n de las protestas sociales que ha costado 29 muertes en cinco d¨ªas. Es decir, ni siquiera le pide un gesto que demostrar¨ªa un m¨ªnimo de buena fe.
En estos t¨¦rminos, Maduro estar¨¢ muy interesado, ser¨ªa otra trampa para ganar tiempo. Quienes la proponen parten de una premisa falsa, la de dos partes en conflicto. Dicho razonamiento incluye al SG de las Naciones Unidas, cuyo vocero habla repetidamente de ¡°polarizaci¨®n¡±, noci¨®n que trata a un r¨¦gimen ileg¨ªtimo y a la oposici¨®n como equivalentes. Ello soslaya que el primero tiene control del Estado y los medios de coerci¨®n y el segundo es victima de los cr¨ªmenes cometidos por dicho r¨¦gimen.
La coyuntura tambi¨¦n presenta confusiones, especialmente desde Europa. Alemania, Dinamarca, Italia, B¨¦lgica y el Reino Unido han reconocido a Guaid¨®. En simult¨¢neo, la jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, ha apoyado la iniciativa de Espa?a de exigirle a Maduro convocar a elecciones libres, transparente y democr¨¢ticas en ocho d¨ªas, o de otro modo reconocer¨¢n a Guaid¨®. Si algunos pa¨ªses ya lo hab¨ªan reconocido, el mensaje es ambiguo por decir lo menos.
La estrategia es de alto riesgo, hay que pensar mejor antes de entablar negociaciones diplom¨¢ticas. Si es bien intencionado, pues suena definitivamente amateur. Darle a Maduro la opci¨®n de anunciar la realizaci¨®n de elecciones le alarga el horizonte temporal de manera autom¨¢tica, es decir, hasta que se celebren tales elecciones. Ello adem¨¢s lo reconoce como autoridad leg¨ªtima, un verdadero desprop¨®sito.
La realidad es que largos meses son necesarios para llevar a cabo una elecci¨®n justa, libre y transparente en Venezuela. Se requiere un Consejo Nacional Electoral nuevo, en la capital tanto como en las regiones donde los maneja la nomenclatura del partido oficialista. Otro padr¨®n electoral es necesario, el actual est¨¢ armado para beneficio del chavismo en base a informaci¨®n de los servicios de inteligencia.
Deben modificarse los mapas electorales, cuya configuraci¨®n distrital castiga a cualquier fuerza opositora. Y debe cambiarse el sistema de c¨®mputos, hacedor de fraudes y no tan solo el de mayo de 2018. Estas reformas, tareas de la Asamblea Nacional, no se har¨¢n de la noche a la ma?ana. Y la organizaci¨®n de nuevas elecciones debe ser responsabilidad de la Asamblea Nacional, justamente, no de la dictadura.
Entretanto, los l¨ªderes europeos no parecen haber pensado en el escenario menos deseable de su propuesta: que Maduro les diga que s¨ª. Bien podr¨ªa volver a triunfar en una elecci¨®n fraudulenta, esta vez con el reconocimiento de la Uni¨®n Europea.
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