El regreso del infierno mexicano: los desaparecidos que est¨¢n vivos
El cartel les ofreci¨® un trabajo con enga?os, pero los esclaviz¨® y los retiene a la fuerza. Hoy forman parte de los ej¨¦rcitos del crimen organizado. Est¨¢n vivos, pero est¨¢n desaparecidos. Uno de los supervivientes relata sus d¨ªas en el infierno.
"Cuando me escap¨¦ me fui muy lejos porque sab¨ªa que donde me vieran me iban a matar. Pens¨¦ que si iba directamente al Gobierno ellos me iban a entregar al cartel, y despu¨¦s de un tiempo sali¨® a la luz en las noticias que alguien estuvo en la misma situaci¨®n que yo y se anim¨® a hablar y pues yo dije que mi objetivo al escapar de all¨¢ arriba era tratar de brindarle paz y tranquilidad a aquellas personas que perdieron la pista de sus seres queridos. Muchos de ellos son las personas que yo vi calcinar y que nadie de sus familiares se dio cuenta c¨®mo murieron y c¨®mo desaparecieron a menos que yo hable, entonces voy a arriesgarme a platicar mi historia y llevar un poco de paz a sus familias y que no sigan esperanzados a que van a encontrarlos. Fue que me comuniqu¨¦ con la Fiscal¨ªa de Jalisco y les coment¨¦ que yo tambi¨¦n fui privado de mi libertad en la sierra de Navajas por el cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n (CJNG) y que pod¨ªa identificar a 17 desaparecidos que vi con mis propios ojos morir en las manos de nuestros captores".
Luis (los nombres son falsos por cuestiones de seguridad) es superviviente de campamentos donde el cartel obligaba a j¨®venes a entrenarse como sicarios. A principios de 2017 ¨¦l trabajaba en un centro de rehabilitaci¨®n. No le llegaba el salario y quer¨ªa alejarse del ambiente de las adicciones. Busc¨® un nuevo trabajo utilizando las redes sociales. En abril de ese a?o se uni¨® a la p¨¢gina de Facebook Bolsa de Trabajo GDL y Trabajos Guadalajara. Por inbox lo conectaron para una oferta laboral: 4.000 pesos a la semana como guardia de seguridad. Contact¨® a la mujer que le envi¨® el mensaje y ella le pidi¨® que se comunicara con Mario, el supervisor de la empresa. Una semana despu¨¦s lo agregaron a un grupo de WhatsApp junto con otras 15 personas interesadas en el trabajo. Les pidieron acudir a un entrenamiento al municipio de Tala y les dar¨ªan los 4.000 pesos por adelantado.
Luis iba ilusionado. Jam¨¢s pens¨® que al llegar a su primer d¨ªa de trabajo los meter¨ªan en casas de seguridad y luego los subir¨ªan a campamentos de la sierra de Ahuisculco, pero no para matarlos, sino para entrenarlos y obligarlos a trabajar para el cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n.
Las familias de algunos de ellos informaron de su desaparici¨®n, sin saber que estaban vivos en manos del crimen organizado. La Fiscal¨ªa de Jalisco realiz¨® operativos en julio de 2017 y encontr¨® campamentos de entrenamiento. En uno de ellos detuvieron a 15 hombres, de los cuales tres constaban como desaparecidos y pudieron comprobar que estaban retenidos contra su voluntad. Los tres fueron liberados y su testimonio qued¨® recogido en la carpeta de investigaci¨®n 1611/2017, al igual que el de Luis. Gracias a su relato y a testimonios an¨®nimos se sabe ahora que a la sierra de Ahuisculco se llevaron a decenas de hombres de los valles de la regi¨®n de Tequila, del ¨¢rea metropolitana de Guadalajara, de otros Estados e incluso inmigrantes centroamericanos, y que la esclavitud y el trabajo forzado han sido un modus operandi del cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n para asegurar el funcionamiento de sus negocios. Entre los reclutados de los que se tiene registro hab¨ªa jornaleros, desempleados, lavacoches, alba?iles, cargadores del mercado de abastos, deportados, ex polic¨ªas, exmilitares, j¨®venes reci¨¦n salidos de centros de rehabilitaci¨®n de adicciones. Incluso uno de los supervivientes narra en su declaraci¨®n ministerial que iba caminando de noche por el centro de Guadalajara, sinti¨® un golpe en la cabeza, perdi¨® la conciencia y cuando despert¨® estaba en una casa de seguridad.
Cuando la Fiscal¨ªa realiz¨® el operativo, Luis ya no estaba ah¨ª. Hab¨ªa escapado, pero tiempo despu¨¦s decidi¨® declarar a pesar del riesgo que puede suponer hacerlo.
"Al contactarme para el trabajo pregunt¨¦ si todo era legal. ¡°Mira, si fuera ilegal no te mand¨¢bamos a entrenamiento para que puedas portar un arma. No te apures, todo ser¨¢ legal¡±. Le dije: 'Oiga, pero ?todo va a estar bien? Tengo a mi mam¨¢ enferma y necesito comunicaci¨®n con ella'. Ah¨ª fue cuando me dijo Mario que le ca¨ª a toda madre, que iba a llegar recomendado por ¨¦l. Agarr¨¦ un taxi al perif¨¦rico. A los 10 minutos lleg¨® un carro. Me preguntaron si me llamaba Luis. Les dije que s¨ª. Me sub¨ª y fuimos por otro muchacho, nos metimos a un lugar muy enredoso. Sali¨® un g¨¹ero con barba, pelo poco chinito, gordito, de ojos verdes, ahora s¨¦ que se llama Ignacio. Dos mujeres salieron a despedirlo, no se quitaron de la entrada hasta que nos fuimos. Vi nervioso al ch¨®fer, fumaba un cigarro tras otro. Le hice pl¨¢tica y me dijo que ten¨ªa apenas una semana trabajando, pero que no le hab¨ªan pagado viajes anteriores. Era el primero de mayo. Nos dejaron en la carretera y ah¨ª lleg¨® una pick up con otros tres muchachos que ven¨ªan del Estado de M¨¦xico. Uno ten¨ªa ojo postizo, otro era delgado con pierna postiza y el tercero era gordito con un mech¨®n de pelo que le sal¨ªa de la frente. El ch¨®fer era un gordo sucio que nos orden¨® subirnos a la caja. En el camino supimos que los cinco hab¨ªamos estado en el WhatsApp un d¨ªa anterior y hab¨ªamos sido contactados por medio de bolsas de trabajo a las que nos inscribimos en Facebook para el trabajo de escolta o guardia de seguridad por 4.000 a la semana. Era muy atractivo para mis necesidades", cuenta Luis.
"Nos cambiaron a otro carro. Dimos vuelta rumbo a Tala, nos metimos en una brecha y llegamos a una finca abandonada, con alambres de p¨²as, palos de madera, hab¨ªa un hombre con cuerno de chivo que nos dec¨ªa que sigui¨¦ramos hacia adentro. Observ¨¦ que no hab¨ªa muebles, solo personas en el piso, 38 amontonadas en el suelo. Fue cuando me di cuenta que me hab¨ªa metido en un problema porque no era normal eso. Al entrar al cuarto nos ordenaron guardar silencio y sentarnos, dici¨¦ndonos que no pod¨ªamos ni ir al ba?o a menos que pidi¨¦ramos permiso. ?ramos puras personas humildes y pobres, hab¨ªa gente que ten¨ªan cara de malandrines y otros que ten¨ªan cara de que no ten¨ªan nada que perder en la vida. Me di cuenta que hab¨ªa cruzado la l¨ªnea de no regresar y que quiz¨¢ pasar¨ªa algo malo, de hecho se percib¨ªa un olor extra?o, se ve¨ªa la mirada de tristeza y miseria en las personas".
Una sierra bien conectada
Tala, Ahuisculco, Las Navajas, Cuisillos son poblados que est¨¢n a menos de una hora de Guadalajara, justo detr¨¢s del bosque de La Primavera. Se llega por la carretera libre a Puerto Vallarta. Pasando el bosque hay que girar a la izquierda para entrar al valle del r¨ªo Ameca, donde hay tierras f¨¦rtiles llenas de ca?averales y viejas haciendas. Despu¨¦s de Tala, la siguiente delegaci¨®n es Ahuisculco, una antigua comunidad ind¨ªgena que a¨²n resguarda el bosque y protege sus ojos de agua. El pueblo est¨¢ en la falda de la sierra del mismo nombre, una formaci¨®n volc¨¢nica que es en realidad la continuaci¨®n del bosque La Primavera. Del otro lado de los cerros est¨¢ el pueblo Las Navajas, donde ¡ªdicen los de Ahuisculco¡ª ¡°s¨ª penetr¨® el crimen; la gente acept¨® cosas que termin¨® comprometi¨¦ndolas¡±.
El pueblo Las Navajas se llama as¨ª por la gran cantidad de obsidiana que hay en sus suelos y que hace siglos comercializaba como navajas con las comunidades ind¨ªgenas de la regi¨®n. Cruzando el pueblo hay una brecha que se interna en el cerro. En este camino est¨¢ una de las casas de seguridad que mencionan los supervivientes y que fue asegurada por la Fiscal¨ªa de Jalisco. M¨¢s arriba est¨¢ el lugar conocido como La Reserva, el rancho que los pobladores de la sierra dicen que pertenece a un tal don Pedro, nombre con el que conoc¨ªan ah¨ª a Rafael Caro Quintero. Cuentan que don Pedro lleg¨® a finales de los a?os setenta, sembr¨® marihuana, engord¨® ganado, control¨® la regi¨®n. A¨²n despu¨¦s de los operativos de la Fiscal¨ªa de Jalisco, en julio de 2017, el camino segu¨ªa custodiado por camionetonas y jovencitos en moto: halcones. Esta es la brecha que todos los supervivientes mencionan en sus testimonios como la ruta para subir al monte.
Esta sierra, sin nombre en los mapas, es estrat¨¦gica por su conectividad. Por un lado tiene caminos que llevan a la carretera a Colima y Manzanillo y por el otro a la Sierra Madre Occidental, que conduce hacia la costa del Pac¨ªfico y Puerto Vallarta. Por el puerto de Manzanillo entran precursores qu¨ªmicos para drogas sint¨¦ticas que se trasladan por la carretera a Colima y antes de llegar a Guadalajara toman el Circuito Sur o el Macrolibramiento, que los deja a unos metros de Las Navajas, por donde se internan en la sierra que sirve de escondite de campamentos, fosas y narcolaboratorios. Por Cuisillos pueden salir a la carretera que los lleva al norte del pa¨ªs o a Mascota y Puerto Vallarta.
El 29 de julio de 2017 la Fiscal¨ªa de Jalisco inform¨® de que entre el 6 y el 13 de junio recibieron seis denuncias por desaparici¨®n de personas. Todos ellos avisaron en sus casas que se trasladaban al municipio de Tala porque hab¨ªan obtenido trabajo como encuestadores, escoltas o polic¨ªas municipales.
Testimonio de las madres
Laura denunci¨® la desaparici¨®n de su hijo Ignacio el 22 de julio de 2017. Le preguntaron si not¨® algo extra?o los ¨²ltimos d¨ªas que lo vio.
¡°Estaba desesperado porque no ten¨ªa trabajo¡±, declar¨® la mujer. Ten¨ªa 22 a?os, pesaba m¨¢s de 100 kilos, cabello casta?o claro, ojos verdes, tatuaje en antebrazo. La prepa trunca. Le platic¨® a su madre que hab¨ªa encontrado un trabajo como guardia de seguridad privada donde le pagar¨ªan 4.000 pesos semanales. Se ir¨ªa a Tala por dos semanas para el entrenamiento. El 1 de mayo de 2017 pasaron por ¨¦l a su casa en una colonia popular al sur de Zapopan.
Ignacio sali¨® con una mochila de lona negra con gris y una cinta cruzada donde guard¨® tres cambios de ropa: b¨®xers, calcetines, un cepillo de madera, sandalias de pl¨¢stico, tenis blancos para hacer deporte. Celular no ten¨ªa y tampoco le dejaban llevarlo. Su madre y su hermana salieron a despedirlo. Se subi¨® a un carro caf¨¦ claro en el que iban otros dos hombres: el chofer y otro muchacho que acababan de recoger; era Luis. No volvieron a tener contacto con ¨¦l. Dos meses despu¨¦s, la hermana vio en las noticias que hab¨ªan encontrado a gente esclavizada en Tala. Fue entonces que reportaron la desaparici¨®n de Ignacio.
A Ernesto tambi¨¦n lo reportaron como desaparecido. Robusto, 1,78 de altura, 96 kilos, cara redonda, ojos caf¨¦ claro, sin tatuajes, cicatrices de mordidas en el pecho y brazo izquierdo, llevaba pantal¨®n negro de mezclilla, camisa tipo polo color azul claro. A sus 26 a?os le urg¨ªa encontrar trabajo. A principios de 2017 tuvo un hijo y no ten¨ªa ingreso fijo. Estaba desesperado cuando encontr¨® una oferta en Internet. El 30 de abril lo contactaron. Al d¨ªa siguiente sali¨® temprano, poco antes de las siete de la ma?ana; lo iban a recoger en Perif¨¦rico y Mariano Otero para irse a una capacitaci¨®n a Tala. Le dijo a su mam¨¢ y a su esposa que se comunicar¨ªa en unos d¨ªas. Karla, su esposa, le marc¨® a las diez de la ma?ana para saber c¨®mo iba todo. Le dijo que a¨²n no llegaban, pero que en cuanto pudiera le mandar¨ªa el tel¨¦fono del lugar donde ser¨ªa la capacitaci¨®n. No lo mand¨®. Le hab¨ªan prometido que cada semana podr¨ªa regresar a ver a la familia. Nunca volvi¨®. Rosa, su madre, informo de su desaparici¨®n el 8 de mayo de 2017.
Templarse es hacer las cosas con inteligencia
El tiempo que Luis estuvo atrapado en la primera casa de seguridad, en mayo de 2017, comenz¨® a observar a quienes los vigilaban; descubri¨® que algunos hab¨ªan sido capturados como ¨¦l, pero ya hab¨ªan podido salir de vacaciones.
"Lo s¨¦ porque arriba vi qui¨¦n ten¨ªa mando, que ya hab¨ªan salido y regresado, que hab¨ªa jerarqu¨ªas. No importaba que te tomaran confianza, la prueba de fuego para ser de ellos era regresar a trabajar con ellos". Y contin¨²a: "De esa casa comenzaron a sacarnos por montones para llenar trocas. De la carretera por Cuisillos nos llevaron a Navajas, a otra finca grande, con port¨®n de fierro como de ganado, un metro de alto, no terminada. Hab¨ªa un se?or con sombrero como de campesino que nos grit¨®: '?A ver hijos de su¡ en l¨ªnea¡ ¨¢monos, en caliente! ?Alguien sabe por qu¨¦ chingados est¨¢ aqu¨ª?' Yo no pod¨ªa decir nada, me pod¨ªan matar. Agarr¨® el cuerno y dispar¨® hacia arriba de todos nosotros: '?A todos les voy a dar vacaciones a la verga, si regresan aqu¨ª va a haber chamba y si no, a chingar a su madre! ?Qui¨¦n se quiere ir ahorita?' Nadie dijo nada.
Uno me tra¨ªa en jaque, me gritaba ¡°?¨¢ndale moreno, t¨¦mplate!¡± Templarse significa agilizarse, actuar, hacer las cosas con inteligencia. Avanzamos hasta la cima, llegamos al campamento que me dio aspecto como de los campos forestales en Estados Unidos, siendo una propiedad privada que una se?ora le rentaba al del sombrero.
Destacar y sobrevivir
Los maltratos y amenazas comenzaban en las casas de seguridad. Adem¨¢s de Luis, hubo otros tres supervivientes rescatados por la Fiscal¨ªa. En sus declaraciones ministeriales relataron c¨®mo fueron en busca de trabajo y los enganchadores los llevaron a casas de seguridad. En una de estas casas hab¨ªa como 50 hombres acostados en el suelo, golpeados, amenazados con que si escapaban los mataban.
"Todo el d¨ªa hac¨ªamos ejercicio y dec¨ªan que quienes obedec¨ªan sal¨ªan de vacaciones o descanso. Est¨¢bamos clasificados por nuevos, seminuevos y viejos. A los nuevos nos golpeaban todo el tiempo, siempre hab¨ªa hombres armados vigilando. A la semana me regresaron en camioneta a m¨ª y a cuatro compa?eros; otros armados me dejaron en una casa de seguridad donde pude ba?arme, ah¨ª ya nos hab¨ªamos dado cuenta que era otro rollo, escuch¨¦ voces que dec¨ªan que trabajar¨ªamos para el cartel de ellos. Fue cuando me dio miedo. Los que cuidaban usaban drogas y yo nunca he usado: trabajo, tengo familia, hijos. El 23 me regresaron al monte, a un nuevo campamento, nos pusieron a construirlo con palos, nylon, ramas, a acarrear agua, comida, me golpearon todo el cuerpo, me dec¨ªan 'vales verga, ¨®rale pendejos, perros'. No pod¨ªamos dormir hasta las 12 de la noche, quien lo hac¨ªa lo pon¨ªan para darle con gotcha o lo mataban. Los que cuidaban le tiraron balazos a dos porque se fueron al Oxxo sin permiso. A los dem¨¢s les ped¨ªan que bajaran los cuerpos a una barranca donde pasa un arroyo, a m¨ª me pusieron a cortar le?a, ramas, ah¨ª los quemaron¡ Ya entre pl¨¢ticas supe que a todos los llevaron con enga?os, ¨¦ramos 20 igual que yo".
Luis contin¨²a relatando su historia: "Nos dejaron en un campamento a una hora del poblado Cuisillos (¡) donde nos hicieron dormir a la intemperie, as¨ª como nos sometieron dici¨¦ndonos que ten¨ªamos que pedir permiso hasta para ir a orinar y si no, nos golpeaban (¡) por lo que recuerdo un d¨ªa ¨ªbamos cargando las cosas, nos desviamos a un arroyo y El Momia le dijo al Checo, que ten¨ªa tatuajes de las fechas de nacimiento de su hija y en el cuello el nombre de sus hijos, ¡°h¨ªncate esto es para que no desobedezcas mis ¨®rdenes¡±. Dispar¨® y cay¨® muerto. Luego dispar¨® a otro (¡) Los bajaron al arroyo, les quitaron la ropa y siguieron instrucciones. Los pusieron en cama de le?a con hojarasca y madera, prendieron fuego, nos esperamos hasta que se quemaran completamente.
Caminamos 30 minutos, llegamos a un campamento construido con palos de ¨¢rbol y pl¨¢stico negro, forrado con ramas de ¨¢rbol y basura. Observ¨¦ que afuera estaban tres con armas. Nos metimos y adentro estaban m¨¢s personas acostadas siendo unos 20, por lo que nos metimos al campamento, como pudimos nos acostamos y nos dormimos, pero en cuanto amaneci¨® nos levantaron a todos y nos formaron y nos comenzaron a decir que ¨ªbamos a entrenar para trabajar como sicarios del cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n, y que si nos resist¨ªamos nos iban a matar. Nos pusieron a entrenar oblig¨¢ndonos a hacer ejercicio y ten¨ªan armas de gotcha para entrenar con nosotros; se ensa?aban dispar¨¢ndonos ese tipo de balas.
El 24 de julio de 2017, recuerdo que era lunes, nos levantaron y nos hicieron cargar pl¨¢sticos y v¨ªveres (¡) El encargado recibi¨® una llamada que se pusieran vergas porque ven¨ªan camionetas blancas y negras a peinar el cerro. Tres comenzaron a disparar, yo lo ¨²nico que pude hacer fue correr hacia la parte baja del cerro para cubrirme de los balazos. Polic¨ªas nos rodearon, gritaron 'pecho tierra, manos arriba', y fue el momento que nos detuvieron a todos".
Los tres j¨®venes que hablan incluyen en su relato el operativo de la Fiscal¨ªa de Jalisco a trav¨¦s del cual pudieron liberarse. D¨ªas despu¨¦s, el 29 de julio de 2017, el exfiscal de Jalisco, Eduardo Almaguer, inform¨® de que hab¨ªan rescatado a un joven y gracias a ello lograron localizar los campamentos. La Fiscal¨ªa calcul¨® que entre 50 y 60 personas resguardaban a 40 reclutados. De estos ¨²ltimos no se supo su destino.
No fue el ¨²nico campamento de adiestramiento y exterminio encontrado en Jalisco. En 2016 fue detectada otra c¨¦lula del mismo cartel que operaba en Tlaquepaque y en Puerto Vallarta, la cual distribu¨ªa volantes ofreciendo trabajo para una empresa de seguridad inexistente, Segmex. A los reclutados los obligaban a vender drogas o convertirse en sicarios.
En octubre de 2017, la Fiscal¨ªa rescat¨® a otras cuatro personas enganchadas con enga?os en el municipio de Puerto Vallarta. Los emplearon como gerentes de ventas o escoltas; el mismo cartel se los llev¨® para adiestrarlos en la sierra de Talpa (a 150 kil¨®metros de Tala, yendo hacia el Poniente) y desaparecieron. En ese momento, el entonces fiscal Almaguer dijo que era la misma c¨¦lula delictiva que operaba en Tala, con integrantes de Veracruz, Michoac¨¢n, el Estado de M¨¦xico y Jalisco.
Se llevan a los que tienen pantalones
La desaparici¨®n de j¨®venes en Tala comenz¨® mucho antes de que la Fiscal¨ªa descubriera estos campamentos. Hay registro de personas desaparecidas desde 2012. Uno ellos es Javier Cisneros Torres. Su familia ha tenido el valor de ser la ¨²nica que hizo p¨²blica su b¨²squeda. Javier viv¨ªa con su madre en la cabecera municipal de Tala. Su hermana, Alma, recuerda el d¨ªa de su captura:
"En ese entonces mi hermano viv¨ªa con mi mam¨¢, mi pap¨¢ ya hab¨ªa muerto. Mi hermano ya estaba acostado viendo la tele. Sali¨® porque fueron a buscarlo sus vecinos. Se meti¨® a su casa y de ah¨ª se lo llevaron. Logramos ver su su¨¦ter, sus lentes, sus llaves, la sangre que corr¨ªa desde la entrada. A mi hermano le gustaba defender a las personas, a todos los del barrio, no era persona mala, lo sabemos por el tipo de vida que llevaba, somos una familia humilde. ?l trabajaba en el ingenio de Tala, dur¨® tiempo que no ten¨ªa trabajo, porque los trabajos en Tala son temporales. Se fue a pintar ¨¢rboles de blanco. Dec¨ªan que se lo llevaron los Talibanes, un grupo delictivo del c¨¢rtel Jalisco Nueva Generaci¨®n que est¨¢ en Navajas.
Nosotros sabemos de al menos 60 familias con desaparecidos en Tala. Mi hermana y yo hemos escrito nombre por nombre. Tengo un amigo de la secundaria que un d¨ªa me contact¨®, me dijo: 'A mi hermano se lo llevaron, no sabemos qu¨¦ fue lo que sucedi¨®, mi hermano consum¨ªa mariguana'. Le dije: 'Ok, consuma o no consuma no tienen por qu¨¦ hacerlo (llev¨¢rselo), ¨¦l est¨¢ desaparecido y lo tenemos que encontrar. Si nosotros no los buscamos nadie los va a encontrar'. Le ped¨ª una foto de su hermano por si encuentran su cuerpo en una fosa com¨²n, porque as¨ª nunca sabr¨¢s si est¨¢ vivo o muerto. Aqu¨ª hay muchos desaparecidos y nadie dice nada.
Se llevan a los j¨®venes que tienen suficientes pantalones para hacer las cosas, porque no a cualquiera se llevan (¡) solo a los que veo que se animar¨ªan a hacer cosas feas, que si les dicen 'te matamos o trabaja para nosotros', yo creo que responden 'trabajo'. Le voy a ser sincera, mi hermano no creo que diga 'm¨¢tenme', creo que cada quien quiere vivir, pero es lo que le digo a mi mam¨¢, me doler¨ªa saber que ¨¦l est¨¢ haciendo ese tipo de cosas. Me da miedo que est¨¦ trabajando para ellos".
En la regi¨®n es un secreto a voces lo que ocurre. El cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n controla Tala y los alrededores, por eso quienes hablan tienen que hacerlo bajo el anonimato. Como Eleazar, que prefiere no hablar en p¨²blico y hacerlo en su casa para contar c¨®mo se llevaron a muchos de los j¨®venes de su pueblo:
"En 2013 comenzamos a saber de j¨®venes desaparecidos en la regi¨®n. Eran hijos de campesinos, fuertes, bragados, gente que sabe del campo y por lo tanto sabe usar armas. Eran los bravucones y presumidos, a los que les gustaba [la m¨²sica de] El Komander, los peleoneros, que iban a fiestas o consum¨ªan drogas. Supimos de muchos casos que se iban a una fiesta y ya no volv¨ªamos a saber de ellos. Al parecer algunos est¨¢n vivos, llaman a sus familias, pero no pueden buscarlos ni decir nada porque est¨¢n obligados a trabajar para ellos. No eran muchachos que quisieran meterse al narco, no, aunque les gustara la m¨²sica esa o toda la narcocultura que ha permeado mucho, porque en Tala hay mucho trabajo por los ingenios azucareros, por eso se los ten¨ªan que llevar obligados. Creo que se los pudieron llevar a plant¨ªos de mariguana y amapola en la misma regi¨®n o a otros lugares del pa¨ªs, porque la c¨¦lula que est¨¢ aqu¨ª es fuerte, no creas que no. De aqu¨ª abastecen a muchachos para otras regiones. Yo pienso que se acabaron a todos los j¨®venes con cierto perfil y por eso ahora est¨¢n poniendo anuncios de trabajo para enga?ar a j¨®venes de otros lugares".
El 31 de agosto de 2014 se realiz¨® en Tala una misa por los desaparecidos. Las familias llevaron la foto y el nombre de su ser querido; todos fueron nombrados. Lleg¨® mucha gente, en un solo pizarr¨®n pegaron 35 fotos, en su mayor¨ªa hombres. A ra¨ªz de la misa, el sacerdote recibi¨® amenazas y tuvo que irse de Tala.
A¨²n cuando muchas familias prefieren no denunciar, en este municipio hay 56 informes de desaparici¨®n seg¨²n el Registro Nacional de Datos de Personas Extraviadas o Desaparecidas. Entre 2006 y 2012 hubo dos denuncias. En 2013 fueron 14 y en 2014, 17. Para los pobladores, algo pas¨® en esos a?os: el cartel Jalisco Nueva Generaci¨®n tom¨® fuerza y control¨® esta regi¨®n. Necesitaba mano de obra.
Con la detenci¨®n de los hermanos Valencia y de Ignacio Coronel, el cartel del Milenio (que traficaba drogas en alianza con el de Sinaloa) se dividi¨® en dos c¨¦lulas. Una de ellas se convirti¨® posteriormente en Jalisco Nueva Generaci¨®n, que el Departamento del Tesoro de Estados Unidos calific¨® en octubre de 2018 como la organizaci¨®n de tr¨¢fico de drogas m¨¢s poderosa en M¨¦xico y una de las cinco m¨¢s peligrosas del mundo. Ese grupo tiene presencia en al menos la mitad del territorio nacional y trafica coca¨ªna y metanfetaminas en Am¨¦rica, Asia y Europa.
Les rompen el alma
La desaparici¨®n de j¨®venes para luego forzarlos a trabajar para el narco no es improvisada. Un habitante de Tala que conoce a fondo la din¨¢mica dice que maltratarlos, torturarlos y, posteriormente, obligarlos a matar e incinerar a sus compa?eros es una estrategia para romperles el alma, su armon¨ªa interior, para que puedan convertirse en uno m¨¢s del cartel. Que de v¨ªctimas pasen a victimarios. En su relato, Luis describe que para sobrevivir hay que ganarse la confianza de los captores. Al final, el cartel decide matar a los que no se pliegan o no son ¨²tiles para sus prop¨®sitos.
"Vi la oportunidad de acercarme al encargado, estaba decidido a no ser maltratado ni morirme all¨¢ arriba si es que iba a pasar algo. Estaba dispuesto a sobrevivir. Comenc¨¦ a hacerles pl¨¢tica y a destacarme, a ganarme su confianza. Hab¨ªa pistoleros por todos lados. Cualquier persona tratando de sobrevivir va a destacarse para no ser agredida. Comenc¨¦ a tener temor y a dudar de la forma en que empec¨¦ a tratar de sobrevivir en el infierno. Pens¨¦ que me hab¨ªa metido m¨¢s a fondo con esas personas por no correr el riesgo de que me mataran, pero al mismo tiempo me avent¨¦ una soga al cuello porque me ve¨ªan con confianza y me ver¨ªan como traidor si no regresaba.
Ese tiempo me pas¨® lo peor en toda mi vida: como a las dos, entr¨® la voz de El Sapo (el jefe de la plaza). ¡°Adelante hijos de su chingada madre, ?qui¨¦n quiere irse? Les voy a dar 3.000 y a su casa, y a chingar a su madre¡±. En eso [unos] empiezan a levantar la mano, advirti¨¦ndoles que si estaban seguros. Eran tres del Estado de M¨¦xico, el gordito que lleg¨® conmigo y que ahora s¨¦ que su nombre es Ignacio, los dos guachos de Durango, un chavo de 17 a?os de Guadalajara, un expolic¨ªa de Zapopan, otros que no conozco su nombre y El Catracho, que ya hab¨ªa regresado de vacaciones. De hecho El Mojo le pregunt¨® si estaba seguro de levantar la mano y ¨¦l dijo que s¨ª, que quer¨ªa ir a ver a su hijo a Honduras. El Sapo dijo: 'ya est¨¢, vas a llegar m¨¢s r¨¢pido'. Yo reconozco a todos, fueron 14 en total, los sentaron en una choza frente a los dormitorios y les dijeron que no se movieran. A los dem¨¢s nos sentaron en otra choza. Lleg¨® una Cheyenne gris con placas de Estados Unidos y dos sujetos con pistolas tipo escuadra. Uno era El Gre?as (muchacho de 20 ¨® 21, cara de ni?o, mano derecha de El Sapo) que les grit¨® a los que se quer¨ªan ir: 'A ver cabrones, p¨®nganse a pelear todos contra todos', y comenzaron a hacerlo, el que cayera iba a morir. Al primero que cay¨® le dec¨ªan La Jaina (chaparrito, 1,70, nariz grande, cara grande, g¨¹ero, pelo por todos lados, indigente de Guadalajara) cay¨® noqueado de rodillas. Le dieron de balazos. Luego El Guachito, alto, nariz¨®n; cuando vio que le iban a tirar, grit¨® '?nooo!' levantando las manos en se?al de defensa. Le dieron dos balazos. Despu¨¦s Nopal, To?o, Chucho y El 18 abrieron fuego contra todos, entre ellos el expolic¨ªa. Al ¨²ltimo qued¨® un ni?o de 17 a?os con las manos metidas entre las piernas, cabeza agachada, meci¨¦ndose. Se acercaron a verlo porque qued¨® vivo. Le dijo El Pitayo: 'Estos putos te dijeron que dijeras que te quer¨ªas ir'. Sacado de onda, respondi¨® 'aj¨¢', y el muchacho pidi¨® llorando: 'es que quiero ver a mi hermanita y mi mam¨¢'. Le dieron un balazo. Entre los muertos estaban Ignacio, que lleg¨® conmigo el primer d¨ªa, y Ernesto. Al taquero tambi¨¦n le dieron un balazo por la espalda, siendo entonces ya 15 muertos. A los que por miedo no manifestamos querer irnos nos hicieron llevar los cuerpos. Duramos hora y media porque hab¨ªa unos muy pesados, ten¨ªamos que arrastrarlos para echarlos a los elotes".
Echarlos a ¡°los elotes¡± es incinerarlos: en una zona boscosa aprovechaban las zanjas que hacen en la tierra las corrientes de agua que bajan entre pinos y encinos durante el temporal de lluvia. Ah¨ª, sobre la tierra rojiza, echaban le?a, luego los cuerpos, apilados y partidos, para prenderles fuego con gasolina, hasta que solo quedaban huesos quemados y objetos de metal como hebillas y botones de pantal¨®n. Testigos que aseguran que han visto otras fosas como estas, pero no han podido denunciar su ubicaci¨®n, relatan que en estas han percibido olor a productos qu¨ªmicos que podr¨ªan usarse para acelerar la combusti¨®n de los cuerpos.
La huida
De acuerdo con el relato que Luis dio a la Fiscal¨ªa de Jalisco, El Sapo llam¨® por radio d¨ªas despu¨¦s y dijo: "Ahora s¨ª, hijos de su puta madre, ?qui¨¦n se va a ir de vacaciones?". Luis pens¨® que hab¨ªa llegado finalmente el momento que esperaba, se le hab¨ªa hecho eterno el proceso de degradaci¨®n y estar con aquella gente: "Voy a ser libre¡±. El Cholo orden¨® que hicieran dos filas y les dio 2.000 pesos a cada uno. Cay¨® la noche y los bajaron del cerro en grupos de 15.
"Nos iban a dejar en Tala pero estaba muy caliente la cosa, hab¨ªa mucho polic¨ªa. Caminamos a una gasolinera donde estaba el Ej¨¦rcito. Por destacarme muchos no se me quer¨ªan despegar. El Ej¨¦rcito ni nos par¨® ni pregunt¨® nada. Por ah¨ª hay un hotel. Entr¨¦ y me registr¨¦. Llegu¨¦ a ba?arme para poder darle confianza a un taxista y escaparme. Cuando llegu¨¦ al hotel todos los cuartos se llenaron, pagamos con el dinero que nos dieron, me ba?¨¦, limpi¨¦ mi ropa con un trapo mojado, todos me tocaban (la puerta) aferrados a tomar una cerveza en el bar. Yo ten¨ªa planeado irme cuando se durmieran, pero empezaron a consumir cristal que les vendi¨® la encargada (...) Mientras estaban de fiesta, agarr¨¦ mi maleta, me sal¨ª, tom¨¦ un taxi, contact¨¦ a un familiar que vive en otro pa¨ªs y le cont¨¦ todo lo que pas¨¦, que no pod¨ªa regresar, que donde me vieran me iban a matar, me ten¨ªan que ayudar para escapar.
"Despu¨¦s sali¨® en las noticias que alguien que estuvo como yo se anim¨® a hablar y [me] dije, mi objetivo al salir de all¨¢ arriba era tratar de brindar paz y tranquilidad a aquellas personas que no han encontrado a sus seres queridos, son a los que yo vi calcinar y nadie de sus familiares se dieron cuenta c¨®mo murieron y c¨®mo desaparecieron. Entonces voy a arriesgarme a contar mi historia".
Los que regresaron de ese infierno recibieron medidas de protecci¨®n por declarar contra integrantes del cartel m¨¢s poderoso de M¨¦xico. Aun as¨ª, tuvieron que huir; cambiaron de identidad y no se supo m¨¢s de ellos. El Gobierno de Jalisco nunca inform¨® de qui¨¦nes hab¨ªan sido las personas incineradas cuyos restos fueron localizados en los campamentos. Tampoco realiz¨® m¨¢s operativos de b¨²squeda de m¨¢s fosas clandestinas por la zona o intent¨® liberar a m¨¢s j¨®venes en estos campamentos de reclutamiento forzado.
Hoy los carteles siguen haciendo levas y controlando el territorio. Tanto en el sur de Jalisco como en los l¨ªmites con Michoac¨¢n hay familias de personas desaparecidas que han relatado an¨®nimamente que tienen indicios de que a sus parientes se los llevaron a trabajos forzados en laboratorios de droga o sembrados de amapola. Los pobladores de la zona de Tala saben que el infierno al que han sido condenados familiares y conocidos no est¨¢ abajo, sino all¨¢ arriba, en la punta de los cerros; lo saben en silencio.
De 2006 a la fecha, el Gobierno mexicano ha recibido denuncias por la desaparici¨®n de m¨¢s de 40.000 personas.
Este reportaje forma parte del proyecto Ad¨®ndevanlosdesaparecidos?/ Quintoelab. Una versi¨®n inicial se public¨® en formato podcast en As¨ª como suena, bajo?el t¨ªtulo Los desaparecidos de Jalisco. Puede escucharlo aqu¨ª: http://asicomosuena.mx/?#/shows/1/play/361
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