La Uni¨®n Europea, M¨¦xico y Uruguay buscan salidas al laberinto venezolano
El bloque comunitario y varios pa¨ªses latinoamericanos buscan en Montevideo una posici¨®n conjunta para dialogar con las dos partes en conflicto
La Uni¨®n Europea y varios pa¨ªses latinoamericanos, encabezados por Uruguay y M¨¦xico, ensayar¨¢n este jueves en Montevideo un ejercicio de funambulismo de alto riesgo. El objetivo principal consiste en propiciar un di¨¢logo pol¨ªtico en Venezuela que evite opciones violentas. La propia jefa de la diplomacia europea, Federica Mogherini, admite que la cuesti¨®n est¨¢ dif¨ªcil: la oposici¨®n, encabezada por Juan Guaid¨®, reconocido ya como presidente interino por numerosos Gobiernos extranjeros, rechaza todo di¨¢logo porque, dice, solo supondr¨ªa "alargar el sufrimiento del pueblo". "Asumimos un gran riesgo", dice Mogherini, "porque la situaci¨®n no es alentadora".
Estaba previsto crear el Grupo Internacional de Contacto sobre Venezuela en las pr¨®ximas semanas. Pero la autoproclamaci¨®n de Guaid¨® como presidente, apelando a la supuesta ilegitimidad de la presidencia de Nicol¨¢s Maduro, y su r¨¢pido reconocimiento por Estados Unidos y muchos otros pa¨ªses de Am¨¦rica y Europa ha precipitado los acontecimientos. La reuni¨®n de Montevideo, organizada a toda prisa, deber¨ªa congregar a representantes de Espa?a, Francia, Reino Unido, Alemania, Holanda y Suecia, por la parte europea, y Uruguay, Ecuador, Bolivia, M¨¦xico y Costa Rica, por la parte americana.
M¨¦xico y Uruguay mantienen una posici¨®n particular. Proponen el llamado Mecanismo de Montevideo, con el que, "en atenci¨®n al llamado del secretario general de las Naciones Unidas, Antonio Guterres", coinciden en que "la ¨²nica v¨ªa para abordar la compleja situaci¨®n que prevalece en Venezuela es el di¨¢logo para la negociaci¨®n, desde una perspectiva de respeto al derecho internacional y a los derechos humanos", seg¨²n un comunicado emitido en v¨ªsperas de la reuni¨®n. Ambos pa¨ªses proponen "una negociaci¨®n inmediata" entre Gobierno y oposici¨®n. "El grado de complejidad de las circunstancias no es raz¨®n para desestimar las v¨ªas diplom¨¢ticas", dicen, desmarc¨¢ndose de la reciente declaraci¨®n del Grupo de Lima (12 pa¨ªses latinoamericanos, entre ellos Brasil y Argentina, y Canad¨¢), que reclam¨® una inmediata renuncia de Maduro.
En la reuni¨®n de Montevideo se intentar¨¢ adoptar una posici¨®n conjunta para dialogar con las dos partes en conflicto (se insiste en que no se tratar¨ªa en ning¨²n caso de una mediaci¨®n) con el fin de conseguir la liberaci¨®n de los presos pol¨ªticos, dotar al Consejo Electoral Nacional de una "composici¨®n equilibrada" y preparar unas elecciones presidenciales en las que todos los candidatos puedan concurrir en igualdad de condiciones. Para Maduro, el Grupo de Contacto abre la opci¨®n de constituir una "mesa de di¨¢logo" en Venezuela, algo que le conviene porque necesita tiempo para intentar calmar la efervescencia de la calle y frenar el r¨¢pido resquebrajamiento de su r¨¦gimen. Las protestas masivas de la oposici¨®n han extremado la brutalidad represiva del Gobierno chavista.
Una dificultad a?adida para el Grupo de Contacto radica en las divergencias dentro de la Uni¨®n Europea. Italia, Chipre, Grecia, Eslovaquia y Rumania no han reconocido a Juan Guaid¨®, presidente de la Asamblea Nacional, como presidente de la Rep¨²blica encargado de convocar elecciones. S¨ª est¨¢n a favor de la convocatoria de elecciones presidenciales. Son diferencias de matiz, seg¨²n Mogherini, alejadas del rotundo respaldo a Maduro expresado por China, Rusia, Cuba, Nicaragua, Bolivia, Bielorrusia, Turqu¨ªa e Ir¨¢n.
En principio, la posici¨®n de partida del Grupo de Contacto no es muy distinta a la que adopt¨® tres d¨ªas atr¨¢s en Ottawa el Grupo de Lima. Ambos grupos rechazan todo tipo de intervenci¨®n militar, algo que Estados Unidos no descarta, y piden al Ej¨¦rcito de Venezuela que deje de respaldar a Maduro. Pero el Grupo de Lima mira con cierta desconfianza al Grupo de Contacto impulsado por la Uni¨®n Europea, porque considera que sus iniciativas pueden derivar en maniobras dilatorias que ayuden a Nicol¨¢s Maduro a mantenerse en el poder. La jefa de la diplomacia europea descarta esa sospecha: asegura que el proceso a iniciar en Montevideo durar¨¢ tres meses, ni un d¨ªa m¨¢s, y si a principios de mayo no se han logrado resultados, el grupo se disolver¨¢. "Queremos di¨¢logo, evitar la violencia interna y las injerencias internas, no ganar tiempo", dijo Mogherini.
El Grupo de Lima aplaudi¨® el proyecto estadounidense de enviar a Venezuela ayuda humanitaria (alimentos y medicinas) por un importe aproximado de 20 millones de d¨®lares. Canad¨¢ anunci¨® por su parte un env¨ªo valorado en 40 millones de d¨®lares. La idea es situar la ayuda humanitaria en zonas fronterizas de Colombia y Brasil y conseguir su introducci¨®n en Venezuela con el consentimiento del Ej¨¦rcito. Maduro, sin embargo, considera que esos env¨ªos suponen una forma de preparar una intervenci¨®n militar externa y los rechaza. El Gobierno de Caracas considera que toda intervenci¨®n internacional en Venezuela, incluyendo la humanitaria, constituye una injerencia inadmisible.
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