Trump y el pa¨ªs como farsa
Un an¨¢lisis de la actualidad internacional a trav¨¦s de art¨ªculos publicados en medios globales seleccionados y comentados por la revista 'CTXT'
Muy citado ha sido el comienzo del 18 Brumario de Luis Bonaparte y casi siempre fuera de contexto, convirti¨¦ndolo en poco menos que un clich¨¦ para periodistas vagos, una de las especies, junto con la de los plumillas d¨®ciles, m¨¢s comunes de nuestro desertificado ecosistema medi¨¢tico. Si la historia se repite, como si dij¨¦ramos, dos veces, la primera como tragedia y la segunda como farsa, conced¨¢moslo, actualmente nos encontramos m¨¢s en lo segundo que en lo primero, sin ahorrarnos las consecuencias, que, esas s¨ª, son tr¨¢gicas. ¡°La historia se ha convertido en una comedia, o al menos en una iron¨ªa a medida que se despliega dial¨¦cticamente¡±.
As¨ª lo describe Michael Hudson en Counterpunch. Para este economista, la hibris de la elite estadounidense en las ¨²ltimas d¨¦cadas est¨¢ conduciendo ¡°al fin del indiscutido dominio econ¨®mico de EE UU¡±. ¡°?Qui¨¦n hubiera pensado que Donald Trump se convertir¨ªa en el agente catalizador?¡±, se pregunta el autor, ¡°no un partido de izquierdas, un socialista, un anarquista o un l¨ªder nacionalista extranjero, [sino] un estafador inmobiliario [¡] es casi una comedia de humor negro¡±.
Seg¨²n Hudson, ¡°los neocons que Trump ha nombrado est¨¢n cumpliendo lo que parec¨ªa impensable no hace mucho: el acercamiento de China y Rusia, la gran pesadilla de Henry Kissinger y Zbigniew Brzezinski, y tambi¨¦n est¨¢n llevando a Alemania y otros pa¨ªses europeos a la ¨®rbita euroasi¨¢tica, la pesadilla del heartland de Halford Mackinder hace un siglo. La ra¨ªz de todo ello es evidente: tras el crescendo de pretensiones y enga?os en Irak, Libia y Siria, junto con nuestra absoluci¨®n del r¨¦gimen sin ley de Arabia Saud¨ª, los l¨ªderes pol¨ªticos extranjeros est¨¢n d¨¢ndose cuenta de lo que las encuestas sobre la opini¨®n p¨²blica mundial informaban mucho antes de que los Irak / Iran-Contra Boys centrasen su atenci¨®n en las mayores reservas mundiales de petr¨®leo en Venezuela: los EE UU son la mayor amenaza a la paz en el planeta".
En su art¨ªculo, Michael Hudson desgrana la voluntad de Washington por vaciar de contenido organismos internacionales como la ONU, ignorando ol¨ªmpicamente sus advertencias, y amenazar a otros como la Corte Penal Internacional (CPI) ¨Cpor un informe sobre los posibles cr¨ªmenes de guerra cometidos por soldados estadounidenses en Afganist¨¢n¨C, as¨ª como por dominar el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial para controlar los principales flujos econ¨®micos en beneficio propio. ¡°El mundo de la diplomacia est¨¢ siendo puesto cabeza abajo: un mundo donde no hay ya siquiera la pretensi¨®n de que quiz¨¢ nos adheriremos a las normas internacionales, y no hablemos ya de leyes o tratados¡±, lamenta el economista, que remarca que ¡°por la conjunci¨®n de estos movimientos estadounidenses en tantos frentes, contra Venezuela, Ir¨¢n y Europa (por no mencionar China y las amenazas comerciales y medidas contra Huawei), parece que este ser¨¢ un a?o de fractura global".
?Netanyahu negacionista?
El primer ministro israel¨ª, Benjamin Netanyahu, fue uno de los primeros pol¨ªticos en apoyar a Trump como candidato a la presidencia por su sionismo hooligan. Adem¨¢s, con el presidente estadounidense comparte el gusto por los muros y la teatralidad, por la pol¨ªtica como espect¨¢culo y m¨¢s espec¨ªficamente como farsa. ¡°Netanyahu en otro idioma¡±, reza un cartel en Tel Aviv que muestra al primer ministro israel¨ª y al presidente estadounidense, y que, como informaba RT el pasado lunes, ha sido motivo de cr¨ªticas en las redes sociales. En las elecciones al Parlamento israel¨ª del pr¨®ximo 9 de abril, el Likud de Netanyahu tendr¨¢ como principal rival un partido de nueva creaci¨®n, Hosen L¡¯Ysrael (el Partido de la Resiliencia de Israel), fundado en diciembre del a?o pasado por el antiguo comandante en jefe de las Fuerzas de Defensa de Israel, Benny Gratz. Hosen L¡¯Ysrael se define como un partido de centro liberal.
Siguiendo el ejemplo de Trump, Netanyahu emitir¨¢ todos los d¨ªas a trav¨¦s de Facebook sus declaraciones para sortear a los medios de comunicaci¨®n, a los que acusa, como Trump, de llevar a cabo una ¡°caza de brujas¡± contra ¨¦l. The Times of Israel considera que la iniciativa, que lleva por nombre Likud TV, permite al primer ministro israel¨ª librarse de ¡°la inconveniencia de las preguntas hostiles y los expertos cr¨ªticos¡±, aunque podr¨ªa girarse en su contra si el canal acaban vi¨¦ndolo solo los convencidos. Netanyahu tambi¨¦n ha sido noticia por las cr¨ªticas a la visita del primer ministro de Lituania, Saulius Skvernelis, a Israel. Como recordaba The Washington Post , Lituania forma parte de las antiguas rep¨²blicas sovi¨¦ticas que se han embarcado en un ¡°revisionismo que busca minimizar su culpabilidad en el Holocausto mientras convierte en h¨¦roes a nacionalistas antisovi¨¦ticos que estuvieron implicados en el asesinato masivo de jud¨ªos.¡±
Entre los casos que cita el peri¨®dico se encuentra un proyecto de ley para prohibir la venta de libros que ¡°distorsionen la historia de Lituania¡± explicando la colaboraci¨®n de la poblaci¨®n local con los ocupantes nazis o su negativa a retirar varias placas conmemorativas dedicadas a Jonas Noreika luego que su nieta, Silvia Fota, revelase que este l¨ªder nacionalista hab¨ªa estado implicado en el asesinato de miles de jud¨ªos durante la Segunda Guerra Mundial. Netanyahu elogi¨® a Skvernelis por ¡°emprender grandes pasos para conmemorar a las v¨ªctimas del Holocausto y combatir el antisemitismo moderno.¡± Tamar Zandberg, del partido Meretz (socialdem¨®crata), ve las buenas relaciones de Netanyahu con pa¨ªses como Lituania o Ucrania como ¡°una maniobra que legitima el antisemitismo y bordea el negacionismo¡±. Efraim Zuroff, del Centro Simon Wiesenthal, va m¨¢s all¨¢: ¡°Es imperdonable. Netanyahu les est¨¢ dando luz verde. Es como elogiar al Ku Klux Klan por mejorar las relaciones raciales en el Sur".
¡°El excremento del diablo¡±
Ah, s¨ª, claro. Venezuela. Imposible no hablar de Venezuela estos d¨ªas. Intentar buscar informaci¨®n imparcial sobre Venezuela en un medio de comunicaci¨®n occidental es como jugar a la ruleta rusa, pero utilizando cinco balas y dejando un hueco en el cargador, y los efectos para el cerebro del lector no son muy diferentes. TeleSur denunci¨® a comienzos de la semana que Canad¨¢ le hab¨ªa denegado el permiso para cubrir la reuni¨®n del Grupo de Lima en Ottawa el lunes. Ning¨²n medio occidental de importancia se hizo eco. ¡°Quienes hablan de libertad, demuestran en cada acci¨®n, cu¨¢nto desconocen su significado: TeleSur English y TeleSur no renunciar¨¢n a su misi¨®n de informar¡±, denunci¨® la presidenta del canal, Patricia Villegas, en su cuenta de Twitter. Tambi¨¦n se le deneg¨® el permiso a la agencia de noticias rusa Sputnik.
Desde las p¨¢ginas del digital alem¨¢n Telepolis, Peter Nowak ha escrito c¨®mo Venezuela ha sido objetivo de una operaci¨®n de cambio de r¨¦gimen desde 1999 ¨Ccon miras a poner en marcha un efecto domin¨® que derribe a los Gobiernos de Nicaragua, Cuba y Bolivia¨C y planteaba el siguiente ejercicio mental: ¡°Imag¨ªnese que el Gobierno ruso reconociese a Marine Le Pen como nueva presidenta de Francia. Como candidata a la presidencia perdi¨® claramente contra Macron. Pero Putin se?ala en este escenario imaginado las protestas del movimiento de los chalecos amarillos que se suceden desde hace semanas y los resultados de las encuestas, que demuestran que Macron ha perdido considerablemente la confianza de la poblaci¨®n. Adem¨¢s de todo ello, Putin mencionar¨ªa la represi¨®n policial contra los manifestantes. Explicar¨ªa que el uso de armas peligrosas ha provocado heridas graves en manifestantes y que, adem¨¢s, se han limitado los derechos b¨¢sicos en Francia con leyes de excepci¨®n. Que, en consecuencia, el Gobierno franc¨¦s de hasta la fecha ha perdido toda legitimidad democr¨¢tica y no ser¨¢ reconocido m¨¢s por Rusia. Una declaraci¨®n as¨ª del Gobierno ruso provocar¨ªa de inmediato una reuni¨®n del Consejo de la OTAN. Se llamar¨ªa a aplicar la cl¨¢usula de defensa. [¡]. Si Rusia se inmiscuyese en los asuntos internos de Francia, e incluso llamase a derrocar al Gobierno, habr¨ªa consecuencias pol¨ªticas mundiales".
Otro art¨ªculo de este mismo medio repasaba la historia de la industria petrolera en Venezuela. Al final del mismo, su autor, Bernd Schr?der, destaca que desde que el pa¨ªs proclam¨® su soberan¨ªa petrolera han entrado en juego otros actores como China o Rusia ¡°que aceptan el crudo como moneda de cambio de sus inversiones¡± y a los que EE UU busca desbancar con su apoyo a Juan Guaid¨®. El apoyo chino ¡°va desde proyectos de irrigaci¨®n en la agricultura hasta la construcci¨®n de viviendas sociales y v¨ªas de ferrocarril, desde VTELCA como primera f¨¢brica de tel¨¦fonos m¨®viles del pa¨ªs hasta Venesat-1, el primer sat¨¦lite de Venezuela en ¨®rbita geoestacionaria.¡±
Por su parte, Mosc¨² tiene inversiones en la faja petrol¨ªfera del Orinoco y en el yacimiento de gas en la plataforma continental de Mariscal Sucre, donde en los noventa pusieron los ojos ExxonMobil, Shell y Mitsubishi. No por casualidad el exministro de Minas e Hidrocarburos de Venezuela Juan Pablo P¨¦rez Alfonzo advirti¨® ya en 1976 contra ¡°el excremento del diablo¡±: uno de los problemas de los recursos naturales es que poseerlos te convierte potencialmente en objetivo de otros Estados que buscan tener acceso al mismo.
Aloha, Tulsi Gabbard
En 2020 los estadounidenses volver¨¢n a elegir a su presidente para los pr¨®ximos cuatro a?os. Mientras Donald Trump piensa ya en su reelecci¨®n ¨Cy el discurso a la naci¨®n, como indica Politico, podr¨ªa haber sido el primer paso¨C, en el Partido Dem¨®crata las cosas son menos claras: mientras, seg¨²n The Atlantic, el ex vicepresidente Joe Biden lo est¨¢ estudiando, la representante del Estado de Haw¨¢i Tulsi Gabbard ha presentado su candidatura. En su primer discurso como candidata, Gabbard prometi¨® desde Honolulu trabajar para ¡°poner fin a la nueva guerra fr¨ªa¡± y a ¡°las guerras para provocar cambios de r¨¦gimen que se han cobrado ya demasiadas vidas, costado billones de d¨®lares y socavado nuestra seguridad reforzando grupos terroristas como Al Qaeda o el Estado Isl¨¢mico¡±.
Gabbard se refer¨ªa a hechos como el que revel¨® esta misma semana la CNN, que en una investigaci¨®n propia mostr¨® c¨®mo muchas de las armas que EE UU vende a Arabia Saud¨ª terminan en manos de Al Qaeda despu¨¦s de que el r¨¦gimen las env¨ªe a sus aliados en Yemen y se extrav¨ªen en el campo de batalla, el mercado negro o en la intrincada mara?a de milicias que combaten en el pa¨ªs. La candidata dem¨®crata tambi¨¦n se opone al apoyo de Trump a Guaid¨® alegando que ¡°no hay ninguna justificaci¨®n para violar la soberan¨ªa del pueblo venezolano.¡±
Huelga decirlo, el programa de la representante por Haw¨¢i no ha sentado nada bien entre el establishment dem¨®crata y medios como NBC , que la han acusado de ser un pe¨®n del Kremlin, que habr¨ªa comenzado a favorecerla a trav¨¦s de las redes sociales. Glenn Greenwald desmont¨® esta historia para The Intercept: los supuestos expertos en tecnolog¨ªas digitales de New Knowledge consultados por NBC fueron descubiertos semanas atr¨¢s in fraganti creando cuentas falsas en Twitter y Facebook para atribuir sus mensajes a los servicios de inteligencia rusos y fabricar as¨ª la ilusi¨®n de que Mosc¨² estaba interfiriendo en las elecciones de Alabama al Senado apoyando a uno de los candidatos, el republicano Roy Moore. El objetivo, aclara Greenwald, es ¡°calumniar a cualquier contrincante del establishment del Partido Dem¨®crata, ya sea de izquierdas o de derechas, como un pelele o activo del Kremlin.¡±
Adi¨®s a Jeremy Hardy
El 1 de febrero muri¨® el c¨®mico brit¨¢nico Jeremy Hardy. El diario The Guardian, donde public¨® una columna desde 1996 hasta el a?o 2001, le dedic¨® esta semana un obituario. Se olvid¨® mencionar, sin embargo, que la colaboraci¨®n fue cancelada porque los editores consideraron a su autor demasiado de izquierdas. En la que fue su ¨²ltima columna para el diario, Hardy escribi¨® lo siguiente: ¡°Mi sensaci¨®n es que el creciente tono humor¨ªstico de los medios no es iluminador, penetrante, vigorizador o incluso elevador, sino una levedad caprichosa calculada para reafirmarnos en que nada realmente importa ya. Una risita y todo vuelve a estar bien en nuestra cultura de consenso posmoderna. Es m¨¢s, buena parte de la s¨¢tira e incluso del periodismo de investigaci¨®n se han convertido en parte de un establishment que se purifica a s¨ª mismo, en un t¨®nico purgante para el vientre de la bestia. Francamente, no veo que mi trabajo consista en mantener a nuestros gobernantes sobre sus pies cuando preferir¨ªa verlos colgando de los mismos. Quiz¨¢ deber¨ªa haber sonado m¨¢s ir¨®nico, pero entonces habr¨ªais pensado que no lo dec¨ªa en serio, y en realidad lo hac¨ªa".
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