La ayuda humanitaria, al otro lado del puente
En las poblaciones de T¨¢chira, fronterizas con Colombia, crece la tensi¨®n ante la proximidad de la fecha fijada por Juan Guaid¨® para el ingreso de donaciones internacionales
Luis Rosario R¨ªos dice que carga con todas las enfermedades del mundo. Entre el repertorio de males destaca hipertensi¨®n, diabetes, infecciones de la pr¨®stata y otros. Su mayor expectativa est¨¢ en los cargamentos de alimentos y f¨¢rmacos, destinados a paliar la emergencia humanitaria compleja venezolana, que la oposici¨®n prev¨¦ hacer entrar en Venezuela y que de momento se encuentran en C¨²cuta (Colombia). ¡°No se asuste si en cualquier momento me da un yeyo (desmayo), ya es normal. Necesitamos alguna colaboraci¨®n, que el Gobierno (Nicol¨¢s Maduro) deje pasar las medicinas que no hay en Venezuela¡±, clama.
R¨ªos, de 80 a?os, vive a unos metros del puente internacional Las Tienditas, ubicado en la ciudad de Ure?a (T¨¢chira) y fronterizo con Colombia. Es una conexi¨®n terrestre sin inaugurar, pero relevante desde hace unos d¨ªas porque las fuerzas militares venezolanas bloquearon su acceso para impedir un posible ingreso de donativos internacionales. El pasado s¨¢bado, unas 50 mujeres, vestidas de blanco, se acercaron hasta esa zona para rogar la entrada de la ayuda humanitaria impulsada por el presidente de la Asamblea Nacional, Juan Guaid¨®.
Los militares y polic¨ªas, agrupados con equipos antimotines, no dejaron avanzar a las manifestantes opositoras. Detr¨¢s de los agentes, en Las Tienditas, hab¨ªa militantes del oficialista Partido Unido Socialista de Venezuela (PSUV), que asist¨ªan a un acto chavista. ¡°No tenemos armas. Soy una docente, mi ¨²nica arma es un lapicero y un cuaderno¡ Vamos todos a salir a las calles a pedir esa ayuda humanitaria¡±, dec¨ªa una mujer, mientras un comandante de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana ordenaba que se retiraran por su ¡°seguridad¡± y evitar ¡°choques¡±.
La tensi¨®n aumenta en la frontera a medida que se aproxima la fecha l¨ªmite fijada por Guaid¨®, este s¨¢bado, 23 de febrero, para la entrega de la ayuda internacional. Este lunes, los militares impidieron el avance de profesores hacia el puente internacional Sim¨®n Bol¨ªvar, entre las ciudades de San Antonio del T¨¢chira y C¨²cuta. ¡°No dejaron pasar a cinco buses, algunos compa?eros fueron retenidos por militares y no pudieron llegar. Somos un grupo de 256 docentes que queremos expresar al pa¨ªs que la crisis humanitaria tambi¨¦n abarca al sector educativo¡±, asegura Joan C¨¢rdenas, un maestro.
Pese a las protestas, no todos se atreven a alzarse contra el r¨¦gimen. El descontento es un sentimiento oprimido en el barrio de Las Tienditas, hom¨®nimo al controversial puente internacional. Luis Cu¨¦llar, de 60 a?os, ve¨ªa la marcha de las mujeres en silencio. ¡°La alimentaci¨®n no es la que requiere un diab¨¦tico. Tampoco me alcanza el dinero para comprar medicinas y comer adecuadamente, pues solo vendo rifas. Hace cinco a?os me amputaron una pierna y la otra hace 10 meses¡±, dec¨ªa sentado en su silla de ruedas.
Frente a ¨¦l, una fila de vecinos se abastec¨ªa de agua procedente de una tuber¨ªa. Hace d¨ªas, en pleno fervor de la crisis, unos funcionarios chavistas repartieron bolsas de comida y unos medicamentos que, seg¨²n Cu¨¦llar, estaban ¡°pasados¡± (vencidos). ¡°Que se pongan las manos en el coraz¨®n, ellos saben c¨®mo est¨¢ esto, pero se hacen los locos¡±, expuso.
La vicepresidenta de Venezuela, Delcy Rodr¨ªguez, denunci¨® que los donativos, muchos provenientes de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID, por sus siglas en ingl¨¦s), estar¨ªan destinados a perjudicar a la poblaci¨®n. ¡°Esa ayuda viene contaminada y envenenada, es cancer¨ªgena, as¨ª lo han mostrado distintos estudios cient¨ªficos¡±, indic¨® la semana pasada. Nunca ofreci¨® pruebas. Eleonora Brice?o, una abogada de 27 a?os, opina que el Gobierno de Maduro no tiene ¡°sentido com¨²n¡± cuando niegan la atenci¨®n de la crisis de salud. Su abuela, de 85 a?os, muri¨® el 12 de febrero en el Hospital Erasmo Meoz de C¨²cuta (Norte de Santander). Antes, la familia atraves¨® tres veces el puente Sim¨®n Bol¨ªvar para pedir permiso para el tr¨¢nsito de una ambulancia. ¡°Estaba cerrado, no era el horario de apertura. Fue frustrante no poder salvarla o brindarle una muerte digna. Del lado colombiano tuvimos buena respuesta y del venezolano siempre nos pon¨ªan una traba para todo¡±, afirm¨®.
Los hospitales del andino Estado de T¨¢chira carecen de insumos, medicinas y hasta de personal para atender a los pacientes. Brice?o fue al centro de salud Samuel Dar¨ªo Maldonado, el principal de la ciudad de San Antonio, pero solo hab¨ªa un m¨¦dico para atender a decenas de pacientes. ¡°Somos vulnerables, siempre la salvaci¨®n est¨¢ en Colombia¡±, se?al¨®.
Mario Torres, un m¨¦dico traumat¨®logo, trabaja en el hospital Maldonado. Su oficio lo alterna con movilizaciones en apoyo a la entrada de medicinas al pa¨ªs. ¡°Muchas veces atendemos a los pacientes sin antibi¨®ticos, ampollas de cortisona, guantes, gasas, anest¨¦sicos, equipos de cirug¨ªa. Ellos compran sus insumos, casi siempre en C¨²cuta. Algunos han fallecido por no tener ambulancias que no funcionan porque carecen de cauchos (llantas)¡±, explic¨®. En esta expansiva crisis algunos pacientes aguardan para defender la entrada de la ayuda humanitaria. Elsy Contreras, de 63 a?os, se prepara para ir a la frontera ese d¨ªa. Sufre de insuficiencia renal, aunque debe dializarse tres veces por semana solo puede hacerlo dos por la carest¨ªa de equipos y personal. ¡°Todos los d¨ªas muere gente inocente. Es lamentable que nuestra salvaci¨®n est¨¦ a un puente de distancia, que no dejen entrar las medicinas y comida que deber¨ªa garantizarnos el Estado¡±, opin¨®.
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