May pide ayuda a Corbyn para solicitar a la UE una pr¨®rroga ¡°tan corta como sea posible¡± del Brexit
La primera ministra habla de un "momento decisivo" que exige la "unidad nacional"
Theresa May acab¨® ayer de darse cuenta de que el Brexit es demasiada tarea para ella sola. La primera ministra brit¨¢nica anunci¨® el martes por la tarde que pedir¨¢ m¨¢s tiempo a la UE, pero esta vez buscar¨¢ la compa?¨ªa y el respaldo de la oposici¨®n laborista. Invoc¨® la ¡°unidad nacional¡± y la defensa del ¡°inter¨¦s del pa¨ªs¡± y mostr¨® su intenci¨®n de reunirse de inmediato con el l¨ªder del Partido Laborista, Jeremy Corbyn, para acordar juntos una propuesta que convenza a Bruselas. May conf¨ªa en que esa unidad permita evitar una salida salvaje del Reino Unido el d¨ªa 12 de abril.
May reuni¨® a sus ministros durante siete horas, las primeras tres sin la presencia de los altos funcionarios que asisten legalmente al Gabinete, porque esta vez se trataba de tomar una decisi¨®n pol¨ªtica, una seria decisi¨®n pol¨ªtica. No permiti¨® que ning¨²n miembro del Gobierno saliera del n¨²mero 10 de Downing Street antes de que ella hablara p¨²blicamente. Les quit¨® los m¨®viles para evitar filtraciones. Esta vez, May quer¨ªa unidad a sus espaldas. ¡°Voy a emprender acciones para acabar con este bloqueo¡±, anunci¨®. ¡°Necesitaremos una nueva pr¨®rroga en la fecha de salida, lo m¨¢s breve que sea posible y que nos permita aprobar un acuerdo¡±. Primer mensaje. El segundo era un giro total en su estrategia de luchar sola contra los elementos. ¡°Ofrezco al l¨ªder de la oposici¨®n [Corbyn] que nos sentemos ya e intentemos acordar un plan, un plan al que ambos nos comprometamos. Para asegurar que salimos de la Uni¨®n Europea, y que lo hacemos de modo acordado¡±, recalc¨®.
La primera ministra comparti¨® as¨ª la responsabilidad de escapar del laberinto con el principal partido de la oposici¨®n, pero puso sus condiciones. La base para empezar a hablar ser¨ªa el acuerdo de retirada pactado en noviembre con la UE. Ella y Corbyn, pretende May, se comprometer¨¢n a que salga adelante, para asegurar ¡°un Brexit ordenado y con calendario¡± y, a cambio, negociar¨¢n objetivos compartidos para la siguiente fase de conversaciones con Bruselas, en la que debe definirse la relaci¨®n pol¨ªtica y comercial futura entre ambos bloques.
El prop¨®sito de la primera ministra es poder aprobar el acuerdo de retirada antes del 22 de mayo, para evitar a toda costa que el Reino Unido tenga que participar en las elecciones al Parlamento Europeo de ese mes. La primera ministra conf¨ªa en poder llevar una postura com¨²n de conservadores y laboristas al Consejo Europeo de la semana entrante, y convencer as¨ª a los Veintisiete de que la nueva pr¨®rroga responde a una estrategia concreta y no se trata ¨²nicamente de dar otra patada adelante al bal¨®n.
¡°Si no somos capaces de acodar una estrategia com¨²n, acordaremos las opciones alternativas para que la C¨¢mara de los Comunes elija una que el Gobierno se comprometer¨¢ a impulsar¡±, se?al¨®.
Sea de la mano de Corbyn o de la del Parlamento, May ha cedido una vez m¨¢s y retirado otra de sus l¨ªneas rojas para salvar el Brexit, porque el laborismo defiende desde hace meses que la salida de la UE debe mantener al Reino Unido dentro de la uni¨®n aduanera y alineado con las normas que rigen el mercado interior. Y esas mismas exigencias son las que m¨¢s respaldo han logrado en las ¨²ltimas votaciones de la C¨¢mara.
Theresa May se adelant¨® as¨ª a lo que en cierta medida parec¨ªa inevitable. Horas antes, un grupo de diputados de los dos principales partidos, encabezado por la laborista Yvette Cooper, hab¨ªa registrado en la C¨¢mara una moci¨®n que iba a ser debatida hoy mismo. Impon¨ªa al Gobierno la obligaci¨®n de solicitar m¨¢s tiempo a la UE y descartaba tajantemente la posibilidad de un Brexit sin acuerdo. Como todos los movimientos surgidos en los ¨²ltimos d¨ªas desde Westminster para arrebatar el control de la situaci¨®n a Downing Street, las dudas legales sobre la efectividad de este texto eran muchas. Pero a 10 d¨ªas de una salida salvaje del Reino Unido de las instituciones comunitarias ¡ªla UE impuso el 12 de abril como ¨²ltima fecha si el Parlamento brit¨¢nico era incapaz de respaldar un acuerdo de retirada¡ª, las opciones a las que se enfrentaba May eran m¨ªnimas, y ninguna tan sensata como la de pedir a Bruselas que atrase el reloj una vez m¨¢s.
El jefe de filas del Partido Laborista debe decidir ahora cu¨¢l es su estrategia de respuesta al abrazo del oso que le ha ofrecido May. De momento, en una primera reacci¨®n, Corbyn se limit¨® a decir que estaba ¡°encantado¡± de sentarse a hablar con la primera ministra. ¡°Apreciamos que se haya movido. Y asumo mi responsabilidad de representar a los ciudadanos que votaron al laborismo en las pasadas elecciones y a aquellos que, sin hacerlo, quieren certeza y seguridad para su futuro. Sobre esa base discutiremos con la primera ministra¡±, agreg¨® el l¨ªder de la oposici¨®n.
Disciplina
No era su principal objetivo. Corbyn buscaba desde hac¨ªa ya casi un a?o provocar un adelanto electoral. Pero la sensaci¨®n de urgencia transmitida por May y su invocaci¨®n a la ¡°unidad nacional¡± sit¨²an en el primer plano de una soluci¨®n a esta crisis a un l¨ªder de la oposici¨®n que debe soportar estos d¨ªas el acoso y las cr¨ªticas de sus propias filas, irritadas por el modo en que esquiva la opci¨®n de reclamar ya un segundo refer¨¦ndum.
Los euroesc¨¦pticos conservadores reaccionaron con irritaci¨®n y rabia. ¡°Esta nueva estrategia del Gobierno no tendr¨¢ ¨¦xito, y carece de legitimidad democr¨¢tica¡±, dijo Jacob Rees-Mogg, el l¨ªder del Grupo de Investigaciones Europeas, que concentra a los diputados tories m¨¢s antieuropeos. ¡°El pueblo no vot¨® a favor de una coalici¨®n de Gobierno May-Corbyn. Vot¨® a favor de un Gobierno conservador, que acord¨® un pacto de legislatura con sus socios norirlandeses del DUP¡±, protest¨® Rees-Mogg.
May logr¨®, por el momento, que sus ministros mantuvieran la disciplina que se les exigi¨®, pero las primeras filtraciones sobre el contenido de la larga reuni¨®n, que comenzaron a surgir en la prensa brit¨¢nica inmediatamente despu¨¦s de que hablara la primera ministra, dibujan un Gobierno dividido en dos mitades y una discusi¨®n de elevado tono. En los breves plazos que permite el tiempo limitado de la recta final del Brexit, es previsible que en las pr¨®ximas horas haya alguna dimisi¨®n m¨¢s en el Gabinete de May. Aquellos conservadores como Nick Boles, impulsor de un Brexit suave y que el lunes abandon¨® el partido casi en l¨¢grimas, aplaudieron la decisi¨®n y pueden ser sus aliados en la recta final.
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