Irlanda, la nueva frontera
La Uni¨®n Europea ha llevado paz y bienestar a Dubl¨ªn, pero el Brexit ha reavivado el riesgo de una nueva divisi¨®n de la isla
Cuando en 1989 cay¨® el Muro de Berl¨ªn, pensamos que ya no hab¨ªa barreras en Europa, pero era una impresi¨®n err¨®nea. Durante todo este tiempo sigui¨® existiendo un muro que divide en dos una ciudad europea: el de Belfast, que separa el barrio cat¨®lico, republicano e independentista, del barrio protestante, mon¨¢rquico y unionista, es decir, fiel a Londres. A¨²n hoy, para pasar de un lado a otro, hay que cruzar unas pesadas puertas de acero que se abren todos los d¨ªas al amanecer y se cierran al anochecer.
Los graffitis de colores que decoran el muro de Belfast son un recordatorio de los Troubles (l¨ªos o problemas), como se denomina a las tres d¨¦cadas de guerra civil que provocaron 3.500 muertos y decenas de miles de heridos. Afortunadamente, estos dibujos que hablan de atentados, venganzas y represiones, ahora son solo una atracci¨®n tur¨ªstica, y las agencias de viajes llevan a comitivas de turistas a fotografiarlos. ¡°El muro es una advertencia que nos recuerda un pasado al que de ning¨²n modo queremos volver¡±, dice un ciudadano de Oxford que ha ido a verlo con su mujer y su hija. ¡°Recuerda al muro de Berl¨ªn¡±, le responde un turista italiano. ¡°Provoca una gran tristeza¡±.
Hace un siglo, tres cuartas parte de Irlanda obtuvieron la independencia de Reino Unido tras una sangrienta guerra de liberaci¨®n, dejando a Londres una parte de la isla, los condados septentrionales: Irlanda del Norte. Hoy viven en la Rep¨²blica de Irlanda cinco millones de habitantes, y otros dos millones en la Irlanda del Norte brit¨¢nica. Tienen en com¨²n una larga miseria: a lo largo del tiempo, 10 millones de personas emigraron, en su mayor¨ªa hacia Estados Unidos, desde la Isla Esmeralda, apodo que debe a sus prados verdes regados por la lluvia.

Durante 30 a?os, Irlanda ha sido una isla en guerra. Hasta la paz del Viernes Santo de 1998, la frontera entre las dos Irlandas estaba r¨ªgidamente militarizada: 500 kil¨®metros de alambrada, torreones de guardia y puestos de control. Con la paz, la frontera se volvi¨® invisible. Solo nos damos cuenta de que hemos dejado Irlanda del Norte para entrar en Irlanda por los carteles de las carreteras, que primero, en el lado brit¨¢nico, indican la velocidad en millas, y luego, en el irland¨¦s, en kil¨®metros.
Pettigo, un pueblo de 470 habitantes a dos horas de Belfast, es el ¨²nico centro urbano de la isla por donde pasa la frontera. Muchos de los actuales residentes han tenido un padre, un t¨ªo, o un hermano asesinado en los enfrentamientos entre los independentistas del Ej¨¦rcito Republicano Irland¨¦s (IRA, por sus siglas en ingl¨¦s) y los unionistas fieles a la corona brit¨¢nica. Pero ahora, el puentencillo de piedra sobre el r¨ªo que marca la frontera se puede cruzar tranquilamente. En el extremo norte del puente est¨¢ Irlanda del Norte, y, por lo tanto, Reino Unido. En el extremo sur, Irlanda. No se observan diferencias porque en ambos lados del puente nos encontramos en la Europa unida.

En el estudio de su casa de Dubl¨ªn, Catherine Dunne asiente: ¡°Para m¨ª lo m¨¢s importante que ha hecho la Uni¨®n Europea por Irlanda ha sido apoyar por todos los medios el proceso de paz¡±, afirma la autora de In the beginning?(En el principio). ¡°Mi padre y toda su familia proceden de Irlanda del Norte, y cuando era peque?a ¨ªbamos a verlos desde Dubl¨ªn, pero durante la ¨¦poca de los Troubles no se pod¨ªa. En los ¨²ltimos a?os, la frontera se ha convertido en un problema menor. Es menos visible. Y es f¨¢cil olvidar que la isla est¨¢ dividida¡±. La salida de Reino Unido de la UE podr¨ªa volver a crear la frontera entre las dos Irlandas, encender de nuevo el conflicto y poner en peligro los progresos de las dos ¨²ltimas d¨¦cadas.
Una econom¨ªa mejor para la isla
La antigua tierra de emigrantes es hoy el cuartel general europeo de los gigantes de la revoluci¨®n digital: Google, Facebook, Amazon. Ryanair, la compa?¨ªa de vuelos de bajo coste que ha revolucionado los viajes y la forma de vida del continente, es el s¨ªmbolo de la nueva Irlanda. ¡°Desde el punto de vista econ¨®mico, la Uni¨®n Europea ha tenido una importancia fundamental para Irlanda¡±, explica Martina Lawless, economista del Instituto de Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social, que se asoma al nuevo barrio de rascacielos surgido en los muelles del puerto. ¡°Cuando, en 1972, Irlanda entr¨® en la Uni¨®n Europea, ten¨ªa una renta per c¨¢pita equivalente al 60% de la media de la Uni¨®n¡±, prosigue la economista. ¡°Hoy Irlanda tiene una renta per c¨¢pita equivalente al 140% de la media europea. Somos un puente entre el Atl¨¢ntico y Europa. Y la Uni¨®n Europea ¡ªinstituci¨®n que ha financiado este reportaje¡ª?ha sido fundamental para el proceso de paz. La uni¨®n aduanera y el mercado com¨²n han conseguido que desaparezcan los controles fronterizos en toda la isla, ayudando a la integraci¨®n¡±.
Somos un puente entre el Atl¨¢ntico y Europa. Y la Uni¨®n Europea ha sido fundamental para el proceso de pazMartina Lawless, economista del Instituto de Investigaci¨®n Econ¨®mica y Social
Los habitantes de Dubl¨ªn parecen estar de acuerdo. ¡°?Que qu¨¦ pienso de la Uni¨®n Europea? Que es algo bueno; tiene sus defectos, pero aqu¨ª, en Irlanda, estamos encantados de formar parte de ella¡±, responde un anciano. ¡°Adoro la Europa Unida¡±, asegura, entusiasmada, una joven. Es pelirroja y tiene los ojos verdes, el t¨ªpico aspecto irland¨¦s.
Con una serie de referendos, el pa¨ªs m¨¢s cat¨®lico de Europa ha aprobado el derecho al aborto, el divorcio y el matrimonio entre personas del mismo sexo. Su primer ministro, Leo Varadkar, es hijo de un inmigrante indio. Cien a?os despu¨¦s de la publicaci¨®n de Ulises, el libro que hizo de un d¨ªa en Dubl¨ªn la historia de la humanidad, un Joyce redivivo no reconocer¨ªa la ciudad. Hace mil a?os esta peque?a y orgullosa naci¨®n salv¨® a la civilizaci¨®n europea cuando sus monjes copiaron a mano los manuscritos que corr¨ªan el riesgo de desaparecer en los siglos oscuros de la Edad Media. La Uni¨®n Europa le ha devuelto el favor, llevando a Irlanda paz y prosperidad. Pero todo esto podr¨ªa cambiar si, por culpa del Brexit, el puentecillo de Pettigo se convierte en la nueva frontera de la Uni¨®n Europea.
Traducci¨®n: News Clips.
Este art¨ªculo se publica en el marco de la alianza de medios LENA.