Guatemala conspira contra una candidata
La justicia guatemalteca tiene dos caras: una laxa que permite a peligrosos criminales competir por la presidencia, y otra severa, que se aplica arbitrariamente a los enemigos del 'establishment'
En Guatemala, un pol¨ªtico que se pone al servicio del Cartel de Sinaloa ¡ªo al menos eso cre¨ªa que hac¨ªa el desafortunado Mario Estrada¡ª puede llegar a candidato presidencial sin ning¨²n reparo del sistema de justicia. Por el contrario, una aspirante con un historial de lucha contra la corrupci¨®n es cuestionada hasta quedar pr¨¢cticamente fuera de las elecciones del pr¨®ximo 16 de junio.
Estrada, uno de los aspirantes presidenciales que buscaba sustituir al pol¨¦mico Jimmy Morales, crey¨® reunirse m¨²ltiples veces entre enero y abril de este a?o con el Cartel de Sinaloa, la mega corporaci¨®n criminal mexicana de la que formaba parte el c¨¦lebre Chapo Guzm¨¢n. Estrada estaba enga?ado. Sus reuniones eran con informantes y agentes encubiertos de la Administraci¨®n Antinarc¨®ticos de Estados Unidos (DEA, por sus siglas en ingl¨¦s). El candidato no se cort¨® en sus peticiones y ofertas al ¡°cartel¡±: pidi¨® 12 millones de d¨®lares para su campa?a y, a cambio, prometi¨® que una vez en la Presidencia facilitar¨ªa los puertos y aeropuertos de Guatemala para enviar seis cargamentos de coca¨ªna mensuales a Nueva York y Miami. Tambi¨¦n ofreci¨® a los falsos narcotraficantes puestos de alto nivel en la cartera de seguridad si sus sicarios asesinaban a dos candidatos presidenciales.
De esas reuniones nos enteramos hace poco, unas semanas despu¨¦s de que ¨¦l lograra inscribirse en el Tribunal Supremo Electoral (TSE) como aspirante por un partido peque?o, la UCN, que ¨¦l mismo fund¨® hace una d¨¦cada. Lo supimos, de hecho, cuando la DEA lo detuvo en Miami. Antes, ninguna autoridad guatemalteca, ninguna instituci¨®n de control, alert¨® siquiera de la posibilidad de que Estrada fuera un delincuente. Este candidato pas¨® sin problemas los filtros de su pa¨ªs. De hecho, era la cuarta vez que compet¨ªa por la Presidencia. Su candidatura acaba de ser anulada por el TSE.
Otra es la historia de la exfiscal Thelma Aldana, sucesora de Claudia Paz y Paz en la lucha contra el crimen en Guatemala, que no ha podido hacer campa?a porque su candidatura est¨¢ congelada a la espera de que la Corte de Constitucionalidad resuelva un amparo que ella interpuso. Aldana busca defenderse de la acusaci¨®n de haber creado en 2015 una plaza fantasma en su Fiscal¨ªa. El caso tiene reserva y se dirime en total secreto. Ella se ha refugiado en El Salvador y ve c¨®mo el tiempo se le acaba. Dos partidos pol¨ªticos, de entre los muchos que se oponen a la exfiscal, presentaron ante el TSE esta nebulosa acusaci¨®n como argumento contra la honorabilidad de Aldana. El Tribunal Electoral la dio por buena. Cuando esto sucedi¨®, Aldana era una de las tres favoritas de la contienda.
Thelma Aldana ha demostrado un compromiso serio con la gran reforma de Guatemala: entre 2014 y 2018, como jefa fiscal y de la mano de la Comisi¨®n Internacional Contra la Impunidad (CICIG), dirigi¨® investigaciones contra unos 500 personajes vinculados a estructuras corruptas de poder: presidentes y expresidentes de la Republica, ministros, empresarios, narcos, diputados y alcaldes. Ella destron¨® en 2015 al Gobierno del derechista Partido Patriota (PP), liderado por Otto P¨¦rez Molina, quien est¨¢ en prisi¨®n provisional por fraude, cohecho y lavado de dinero. En 2018, acus¨® por financiamiento il¨ªcito al actual presidente Jimmy Morales. ?l, en respuesta, la ha atacado incesantemente en p¨²blico. Morales no ha ido a juicio porque los diputados de varios partidos han votado tres veces para evitar que se le retire el fuero.
El proceso que aleja a Aldana de la Presidencia es oscuro. Lo poco que se sabe del contrato irregular por el que hay una orden de captura en su contra es ¡ªgracias a declaraciones del demandante y de la propia exfiscal¡ª que el Ministerio P¨²blico de Aldana contrat¨® al decano de la facultad de derecho de la universidad estatal, Gustavo Bonilla, para que capacitara a fiscales, pero que este, dicen, no asist¨ªa a trabajar. Toda la seriedad del proceso se tambalea al saber que ning¨²n fiscal fue entrevistado para comprobar si Bonilla impart¨ªa efectivamente clases o no. Tambi¨¦n sorprende que la acusaci¨®n por un delito menor en un pa¨ªs con el expresidente entre rejas y donde un candidato intenta que el narcotr¨¢fico asesine a sus adversarios avance bajo reserva judicial. En el tri¨¢ngulo norte de Centroam¨¦rica, la reserva se usa poco, en casos donde hay menores involucrados, por ejemplo. Pero tambi¨¦n se ha utilizado en m¨²ltiples ocasiones cuando un juez busca complacer a fiscal¨ªas sospechosas que prefieren blindar del escrutinio p¨²blico un caso.
Lo sucedido con Aldana se asienta en otro hecho elocuente: involucra a pol¨ªticos que tienen razones para quererla lejos de una campa?a presidencial. Quienes demandaron la supuesta plaza fantasma son miembros del partido Todos, cuyo secretario general es Felipe Alejos, actual vicepresidente del Congreso y uno de los detractores m¨¢s virulentos de Aldana. ¡°Felipao¡± tambi¨¦n est¨¢ incluido en la larga lista de pol¨ªticos a quienes la exfiscal acus¨® penalmente. En 2018 quiso procesarlo por tr¨¢fico de influencias para favorecer a grandes empresarios ante el sistema tributario, pero su caso no prosper¨® porque, en una controversial decisi¨®n, la Corte Suprema de Justicia mantuvo la inmunidad al diputado. El caso de la Fiscal¨ªa, sin embargo, estaba bien planteado: inclu¨ªa escuchas telef¨®nicas y abundantes documentos.
Otra veintena de denuncias cayeron contra Aldana desde que dej¨® la oficina, en mayo de 2018, todas provenientes de los mismos sectores pol¨ªticos. Una de las m¨¢s rimbombantes fue por la supuesta compra irregular de un edificio para el Ministerio P¨²blico. La denuncia nunca prosper¨®. Se hizo de todo para que avanzara, incluso un grupo de diputados cre¨® una comisi¨®n para investigar el hecho, pese a que algunos de los que la conformaban a¨²n estaban acusados en procesos iniciados por Aldana. Ni esas indagaciones ni las de la Fiscal¨ªa actual han reportado frutos. Que un caso sencillo de investigar ¡ªel edificio existe, los contratos tambi¨¦n¡ª al que se le dedic¨® tanto inter¨¦s no haya prosperado dice mucho de su propia robustez.
Todas estas denuncias contra Aldana m¨¢s parecen una treta para obstaculizar su aspiraci¨®n presidencial. La jugada, eso s¨ª, ha surtido efecto: mes y medio despu¨¦s de haberse convocado las elecciones, la exfiscal sigue sin ser candidata. Es como si muchos de aquellos a quienes investig¨® hubieran pactado para boicotear a Aldana. La estrategia es la acumulaci¨®n de causas independientemente de su sustancia. Ruido.
Una vez m¨¢s, estamos ante un Estado guatemalteco cuya justicia tiene dos caras. Una laxa, blandengue, que permite a peligrosos criminales competir para la Presidencia varias veces sin dudar siquiera de ellos. Y la otra, severa, rigurosa, forzada incluso, que se aplica arbitrariamente a los enemigos del establishment. En Guatemala, a la ¨²nica candidata a quien se le puede creer cuando dice que quiere renovar el mandato de la CICIG es a Aldana. Lo prometi¨® desde que anunci¨® que buscar¨ªa la Presidencia. A eso es a lo que temen muchos de sus adversarios. Parte de la sociedad usa el hashtag #pactodecorruptos.
No se trata de comprar una imagen impoluta de la candidata del partido Movimiento Semilla, creado en los ¨²ltimos meses por profesionales de cierta credibilidad. Aldana tiene sus bemoles. A¨²n debe rendir cuentas, por nimias que parezcan, sobre sus financistas y las conexiones con ciertos asesores, entre ellos, uno que fue del equipo del expresidente de El Salvador Antonio Saca, hoy condenado a prisi¨®n por desviar m¨¢s de 300 millones de las arcas p¨²blicas salvadore?as. Aldana debe ser cuestionada, como todos los dem¨¢s. Pero no de forma particular.
Ninguna de las querellas contra ella muestra el grado de seriedad de las investigaciones de su Fiscal¨ªa y la CICIG emprendieron en los ¨²ltimos a?os contra las grandes estructuras de corrupci¨®n de Guatemala. Cuando Aldana acus¨® al presidente Morales de financiamiento ilegal por m¨¢s de un mill¨®n de d¨®lares, lo hizo con documentos contables, testimonios y muchas otras pruebas.
Aldana est¨¢ atada de manos y juega a ser candidata lejos de Guatemala, desde San Salvador, donde ha montado su base operativa. La campa?a electoral, sin embargo, termina en menos de mes y medio. Las cortes podr¨ªan todav¨ªa dar luz verde a su participaci¨®n, pero cuando eso ocurra probablemente ser¨¢ muy tarde. La favorita de esta carrera rocambolesca es Sandra Torres, pol¨ªtica de viejo cu?o, exesposa y socia pol¨ªtica del expresidente ?lvaro Colom (2008-2012), a quien la misma Aldana investig¨® por financiamiento il¨ªcito, pero a la cual la actual Fiscal solo acus¨® cuando ya ten¨ªa inmunidad por ser, ir¨®nicamente, candidata. El TSE, en este caso, no recibi¨® ninguna solicitud de nulidad. En este escenario, independientemente del resultado de la elecci¨®n, el pr¨®ximo 16 de junio Guatemala habr¨¢ retrocedido una vez m¨¢s.
EL PA?S y EL FARO se unen para ampliar la cobertura y conversaci¨®n sobre Centroam¨¦rica. Cada 15 d¨ªas, el s¨¢bado, un periodista de EL FARO aportar¨¢ su mirada en EL PA?S a trav¨¦s de an¨¢lisis sobre la regi¨®n, que afronta una de sus etapas m¨¢s agitadas.