Una ola de violencia en c¨¢rceles ecuatorianas pone a prueba la capacidad de gesti¨®n de Len¨ªn Moreno
Tres motines en poco m¨¢s de un mes dejan un saldo de 10 muertos y desnudan la insuficiencia de recursos y de seguridad en el sistema penitenciario
Las c¨¢rceles ecuatorianas est¨¢n fuera de control. Lo reconocen las autoridades y lo demuestran tres motines en los que, en el ¨²ltimo mes y medio, han muerto diez reclusos: dos de ellos incinerados y el otro m¨¢s decapitado ante la impotencia de los cuerpos de seguridad del pa¨ªs sudamericano. El presidente, Len¨ªn Moreno, decret¨® el pasado 16 de mayo el estado de excepci¨®n en el sistema penitenciario ante la clara insuficiencia de infraestructura y de recursos, el asfixiante hacinamiento y la tensi¨®n dentro de los centros. Pero ese paso no logr¨® frenar la ola de violencia: una semana despu¨¦s murieron dos presos que compart¨ªan celda, uno por disparos y otro apu?alado; a los diez d¨ªas un enfrentamiento entre bandas acab¨® con la vida de otros seis y, de nuevo, tras 12 d¨ªas, un altercado se sald¨® con dos muertos y 19 polic¨ªas secuestrados.
La ministra ecuatoriana de Interior, Mar¨ªa Paula Romo, deb¨ªa haber comparecido este mi¨¦rcoles ante la Asamblea Nacional para rendir cuentas sobre la cr¨ªtica situaci¨®n penitenciaria, pero envi¨® en su lugar a su viceministro, Patricio Pazmi?o. El n¨²mero dos de la dependencia expuso las cifras y las razones del ¡°ca¨®tico¡± estado de las 11 c¨¢rceles del pa¨ªs: en apenas medio a?o, han muerto 49 presos, diez menos que en todo 2018. 19 fueron asesinados, nueve se suicidaron y el ¨²ltimo de ellos fue v¨ªctima de un homicidio con culpa. El grueso del problema est¨¢ en los dos centros de rehabilitaci¨®n social de la ciudad de Guayaquil (costa del Pac¨ªfico), donde hasta mayo han sido asesinados 14 convictos, 12 m¨¢s que en todo el a?o pasado. Y tambi¨¦n en el de la provincia de Cotopaxi (centro-norte del pa¨ªs), que mantiene desde hace a?os unas estad¨ªsticas de entre tres y cuatro muertes violentas y este a?o ya lleva cuatro.
El Gobierno de Moreno atribuye el conflicto a un enfrentamiento entre bandas organizadas que luchan por el control de los pabellones masculinos, aprovech¨¢ndose de elevado nivel de hacinamiento ¡ªdel 40% sobre la capacidad m¨¢xima¡ª y de que los efectivos de resguardo son insuficientes, pese a que durante los 60 d¨ªas de excepci¨®n se ha autorizado a la polic¨ªa a mantener el control dentro de las c¨¢rceles y se ha apostado al Ej¨¦rcito en los exteriores para evitar la tensi¨®n con los familiares y visitantes.
"No hemos descuidado la seguridad ciudadana, pero por la situaci¨®n actual se ha tenido que destinar a 2.600 polic¨ªas para pacificar las c¨¢rceles", justificaba la Polic¨ªa en un comunicado hecho p¨²blico a inicios de junio. Por esos d¨ªas, el Gobierno nombraba a un nuevo director del sistema penitenciario, tras la renuncia del anterior en medio de la crisis, y 90 presos ¡°altamente conflictivos¡± eran trasladados a ¨¢reas de m¨¢xima seguridad.
Los 11 centros ecuatorianos de privaci¨®n de libertad tienen capacidad para albergar a 28.500 internos, pero hay 40.006 encarcelados, que no tienen comedores para el almuerzo y que se quejan por la falta de agua. Con la declaratoria de excepci¨®n, el Gobierno moviliz¨® 27 millones de d¨®lares y hace una semana, el Ejecutivo de Moreno dispuso otras tres medidas: solicitar apoyo a los jueces para que no contradigan las acciones disciplinarias que se toman dentro del sistema penitenciario, mejorar la alimentaci¨®n de los internos y la tecnolog¨ªa para prevenir actos de violencia y, por ¨²ltimo, reclasificar a los presos ¡°de acuerdo a su peligrosidad, comportamiento y a la causa por la que se encuentran privados de la libertad¡±.
Seg¨²n el diagn¨®stico presentado ante la Asamblea, la crisis carcelaria tiene cuatro nudos cr¨ªticos. Hay una ¡°d¨¦bil organizaci¨®n y gesti¨®n del talento humano¡±, que se traduce en un m¨ªnimo entrenamiento y capacitaci¨®n del personal de vigilancia, as¨ª como una falta de evaluaci¨®n e incentivos. En segundo lugar, se reconoce que la ¡°infraestructura est¨¢ en mal estado¡±, deteriorada, antigua y fue construida sin planificaci¨®n. Adem¨¢s, el sistema adolece de un verdadero proceso de rehabilitaci¨®n social de los presos y, en cuarto lugar, falla la seguridad. No se cumplen los protocolos, no hay un reglamento disciplinario, no se clasifica a los convictos de forma adecuada y la tecnolog¨ªa est¨¢ obsoleta. Como muestra, el viceministro de Interior reconoci¨® que una buena parte de c¨¢maras de vigilancia, incluso las de m¨¢xima seguridad, est¨¢n da?adas.
La gesti¨®n de la crisis carcelaria, que lleva un mes y medio en m¨¢xima tensi¨®n y no da signos de suavizarse en el corto plazo, ha acarreado fuertes cr¨ªticas al Gobierno de Moreno. El ejecutivo se escuda en que se trata de un problema heredado por la falta de planificaci¨®n, agravado en los ¨²ltimos a?os por el nivel de hacinamiento. Pero el expresidente Rafael Correa, enemistado con su sucesor tras dos a?os de fricciones pol¨ªticas, lo achaca a las decisiones que se tomaron tras su salida del poder. ¡°Eliminaron el Ministerio de Justicia; el Ministerio del Interior lo volvieron hacer tod¨®logo y ministerio de la Pol¨ªtica. Nosotros creamos la academia para gu¨ªas [guardias] penitenciarios y la cerraron; redujeron el presupuesto para rehabilitaci¨®n en un 40%¡±.
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