Muere el militar detenido por conspirar contra Maduro

La ¨²ltima conspiraci¨®n contra el r¨¦gimen chavista denunciada por Nicol¨¢s Maduro dio con la detenci¨®n sin ¨®rdenes judiciales de cuatro militares y dos polic¨ªas y otros ocho venezolanos quedaron se?alados por estar supuestamente implicados en un plan para asesinar al l¨ªder chavista y a otras figuras de su c¨²pula. Uno de ellos, el capit¨¢n de corbeta Rafael Acosta Ar¨¦valo, falleci¨® bajo custodia de funcionarios de la Direcci¨®n General de Contrainteligencia Militar (DGCIM) este s¨¢bado.

El militar inicialmente fue reportado como desaparecido el viernes 21 de junio, cuando la alta comisionada de Derechos Humanos Michelle Bachelet a¨²n estaba en Venezuela. Este jueves fue vinculado al plan de presunto intento de magnicidio por el fiscal Tarek William Saab y la noche del viernes fue presentado ante los tribunales militares. Quienes lo vieron se?alaron que entr¨® en silla de ruedas y con evidentes signos de tortura, denunci¨® en su cuenta de Twitter la abogada Tamara Suju, directora del Instituto Casla, que en mayo pasado present¨® ante la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA) v¨ªdeos y testimonios sobre los tratos crueles y torturas que sufren los detenidos en el DGCIM.

¡°No hablaba, solo ped¨ªa auxilio a su abogado. No pod¨ªa ponerse de pie. El capit¨¢n contest¨®, asintiendo con la cabeza, a la pregunta de si fue torturado por el DGCIM, pero no pod¨ªa casi gesticular palabras. Su estado era ya cr¨ªtico. El juez orden¨® trasladarlo al hospital y falleci¨® a la 1 de la madrugada¡±, cont¨® en varios tuits Suju, quien es delegada de la World Jurist Association ante la Corte Penal Internacional, y agreg¨® que llevar¨¢ el caso a esa instancia.

El jefe del Parlamento reconocido como presidente por m¨¢s de 50 pa¨ªses, Juan Guaid¨®, conden¨® lo ocurrido y se?al¨® que orden¨® a sus representantes diplom¨¢ticos entrar en contacto con la familia del militar, que se presume est¨¢ en Colombia, y con la alta comisionada de la ONU. Luis Almagro, secretario general de la OEA, tambi¨¦n expres¨® su rechazo. ¡°Seguimos recabando informaci¨®n sobre este crimen para profundizar acciones. Nadie, absolutamente nadie puede permanecer indiferente ante este horror, y mucho menos los hombres y mujeres de la Fuerza Armada¡±, escribi¨® Guaid¨®.

En octubre pasado el concejal Fernando Alb¨¢n, detenido por supuestamente estar implicado en el atentado con drones contra Maduro durante una parada militar el 4 de agosto de 2018, muri¨® al caer del d¨¦cimo piso de la sede del servicio de inteligencia donde estaba preso. Las autoridades chavistas alegaron que se trat¨® de un suicidio.

A trav¨¦s de un comunicado el r¨¦gimen de Maduro se refiri¨® a la muerte de Acosta Ar¨¦valo. En el texto aseguran que ante ¡°la artera y continuada intenci¨®n de los enemigos de la Constituci¨®n y la paz de perpetrar intentos de golpes de Estado, terrorismo y masacres¡± las fuerzas de seguridad emprendieron un proceso de pesquisas por meses que condujo al arresto de los militares -a los que califican de terroristas confesos- ¡°con respeto absoluto al debido proceso y los derechos humanos¡±.

El Gobierno sostiene que el capit¨¢n de corbeta fue imputado por graves actos de terrorismo, sedici¨®n y magnicidio en grado de frustraci¨®n durante el acto de presentaci¨®n ante los tribunales ocho d¨ªas despu¨¦s de su detenci¨®n sin ¨®rdenes judiciales. Las versiones de la esposa del militar Waleska P¨¦rez y de abogados y defensores de derechos humanos se?alan que ante el estado de gravedad en que se encontraba Acosta Ar¨¦valo no pudo ser imputado, pues el juez orden¨® que lo enviaran al Hospital Militar del Ej¨¦rcito, en Fuerte Tiuna. ¡°Yo sab¨ªa que lo estaban torturando y tanto fue que lo mataron. No pod¨ªa hablar, recibi¨® muchos golpes en la cabeza¡±, dijo P¨¦rez en una entrevista al medio colombiano NTN24. El comunicado se?ala que Maduro solicit¨® al fiscal designado por la Asamblea Nacional Constituyente, Tarek William Saab, una exhaustiva investigaci¨®n de ¡°los hechos que resultaron en el fallecimiento¡± de Acosta Ar¨¦valo.