De Osaka al desierto
Un an¨¢lisis de la actualidad internacional a trav¨¦s de art¨ªculos publicados en medios globales seleccionados y comentados por la revista CTXT

Si por Trump fuera, cumbres como la del G20 en Osaka se parecer¨ªan seguramente al videoclip de Nobody Speak de DJ Shadow. No se lleg¨® a tanto, pero hubo acuerdos, desencuentros, pol¨¦micas y an¨¦cdotas, todo ello debidamente recogido por los medios de comunicaci¨®n. No toda la atenci¨®n la acapar¨® el bomb¨¢stico presidente de Estados Unidos: Vlad¨ªmir Putin concedi¨® una entrevista a Financial Times en la que declar¨® ¡°obsoleto¡± el liberalismo y reivindic¨® los valores tradicionales, ¡°m¨¢s estables y m¨¢s importantes para millones de personas que las ideas liberales, las cuales, en mi opini¨®n, se est¨¢n extinguiendo¡±.
El debate se abri¨® de inmediato e incluso el presidente en funciones del Consejo Europeo, Donald Tusk, se pronunci¨® en su comunicado previo a la cumbre. Uno de los comentarios m¨¢s interesantes quiz¨¢ fuera el de Leonid Bershidsky para Bloomberg ¨Ccomo viene siendo habitual, reproducido en The Moscow Times¨C, quien se?al¨® que aunque ¡°el conservadurismo cultural¡± del presidente ruso es ¡°consistente y sincero¡±, no nos encontramos ante un pol¨ªtico ¡°de extrema derecha o de la alt-right¡±. Bershidsky enmarca la entrevista en una estrategia pol¨ªtica m¨¢s pragm¨¢tica y ¡°transaccional¡± que busca reconstruir las relaciones de Rusia con Occidente manteniendo ¡°cualquier menci¨®n sobre los valores al margen de la pol¨ªtica internacional¡± con el objetivo de ¡°forjar relaciones pragm¨¢ticas basadas en intereses espec¨ªficos.¡±
Mucho se ha escrito del levantamiento del veto a Huawei por parte de EE UU y el relajamiento de la guerra comercial ¨Cseg¨²n J?rg Kronauer en el alem¨¢n Junge Welt, m¨¢s debido a las presiones de las grandes empresas como Apple o Qualcomm que a la voluntad del presidente estadounidense¨C, pero menos de que China sigue desarrollando su diplomacia discreta. El presidente chino, Xi Jinping, se reuni¨® en Osaka con sus hom¨®logos ruso e indio para oponerse a ¡°las sanciones ilegales y unilaterales¡± y promover ¡°un mundo m¨¢s multipolar y la democratizaci¨®n de las relaciones internacionales¡±, como informaba el South China Morning Post.
¡°Tenemos un calentamiento global, pero tambi¨¦n un calentamiento pol¨ªtico global, y esto puede verse en los conflictos comerciales y tecnol¨®gicos, puede verse en relaci¨®n a situaciones en varias zonas del mundo¡±, afirm¨® el secretario general de la ONU, Ant¨®nio Guterres, tambi¨¦n presente en Osaka, al recalcar la importancia de implementar medidas contra el cambio clim¨¢tico, que, insisti¨®, ¡°avanza m¨¢s r¨¢pido de lo que nosotros lo hacemos¡±. Seg¨²n la Organizaci¨®n Internacional del Trabajo (OIT), el calentamiento global puede tener un enorme impacto en la productividad laboral y p¨¦rdidas econ¨®micas. Si las temperaturas crecen 1,5 ?C, las horas perdidas por el calor, calcula la OIT, equivaldr¨¢n a 80 millones de puestos de empleo a tiempo completo en 2030, con un impacto anual de 2,4 billones de d¨®lares. Esta agencia de la ONU subraya que los trabajadores pueden ser los m¨¢s afectados por el cambio clim¨¢tico, especialmente en los sectores m¨¢s expuestos a trabajar al aire libre como son la agricultura o la construcci¨®n, pero tambi¨¦n el transporte o la recogida de residuos.
El ide¨®logo de las ¡®revoluciones de colores¡¯
Esta semana una marcha opositora en Hong Kong termin¨® con el asalto al Parlamento, en el que los manifestantes cubrieron el escudo de la ciudad con la bandera colonial brit¨¢nica. Casualmente, en una entrevista con la revista Jacobin, Marcie Smith analiza la figura de Gene Sharp, considerado uno de los ide¨®logos de las revoluciones de colores y la acci¨®n no-violenta. ¡°Si buscas su nombre en Google, encontrar¨¢s muchos art¨ªculos que hablan de ¨¦l como si fuera Gandhi o Martin Luther King Jr.¡±, comenta Smith, ¡°pero m¨¢s que como un Gandhi moderno, cabe entenderlo como uno de los intelectuales de defensa m¨¢s importantes de la guerra fr¨ªa que ha producido EE UU¡±, adem¨¢s de un ¡°te¨®rico neoliberal de la transformaci¨®n del Estado¡± con una fuerte impronta anticomunista y antisocialista para quien ¡°cosas como la pobreza o la explotaci¨®n, formas de da?o indirectas, no contaban como violencia¡±, lo que a la postre resultaba ¡°muy conveniente¡± para las Administraciones estadounidenses que promovieron su trabajo.
¡°Si uno se fija atentamente en la obra de Sharp, su cr¨ªtica no se dirige ¨²nicamente a los dictadores, sino al Estado centralizado en t¨¦rminos m¨¢s amplios¡±, puntualiza la investigadora. ¡°Es significativo que, una vez y otra, la descentralizaci¨®n sea el resultado de las revoluciones no violentas que usaron los m¨¦todos de Sharp, como ocurri¨® en la Uni¨®n Sovi¨¦tica, Yugoslavia, las revoluciones de colores en lugares como Georgia o Ucrania¡± y que ¡°se presentan en la pr¨¢ctica como una liberalizaci¨®n econ¨®mica¡±, o propiamente dicho, ¡°neoliberalismo¡±. Smith se sorprende porque ¡°amplios sectores de la izquierda estadounidense han celebrado estos acontecimientos, incluso si significaron la destrucci¨®n del sistema de salud y vivienda p¨²blicos, la destrucci¨®n de los sindicatos, la imposici¨®n de una austeridad severa que deshilach¨® la red de seguridad¡± del Estado.
¡°Hemos de espabilar¡±, reclama la profesora de la Universidad de la Ciudad de Nueva York, que alerta de los vac¨ªos de poder que estas revoluciones crean y que terminan cediendo el poder a ¡°personas que realmente tienen respuestas claras a esas cuestiones, que han consolidado sus fuerzas y tienen disciplina ideol¨®gica y material¡±. ¡°Como hemos visto tras la primavera ¨¢rabe¡±, agrega, ¡°con frecuencia se trata de fuerzas reaccionarias.¡± Hablando de la cual...
El vecino que siempre daba los buenos d¨ªas
?Cu¨¢ndo fue la ¨²ltima vez que ley¨® una noticia sobre Marruecos en un medio espa?ol? Desde luego no ser¨¢ porque no las haya. La semana pasada la BBC public¨® los resultados del bar¨®metro ¨¢rabe, en el que Marruecos lidera, con un 49%, el deseo de un ¡°cambio r¨¢pido¡± en el pa¨ªs, por delante de Yemen (41%), Egipto (39%), el L¨ªbano (28%) o Irak (27%). Un 44% de los encuestados expres¨® su deseo de emigrar, la cifra m¨¢s alta desde 2006. ¡°La gente se va por cosas que no tiene aqu¨ª¡±, pero otras, asegur¨® Saleh al-Mansouri, un joven marroqu¨ª, a la BBC, son menos tangibles: ¡°Como la libertad¡ hay muchas cosas¡ como el respeto, en Marruecos no se cuida a la gente, es esa falta de atenci¨®n la que lleva a la gente a emigrar.¡±
Mohamed VI celebra el pr¨®ximo 23 de julio los 20 a?os de su ascensi¨®n al trono, pero este aniversario podr¨ªa verse empa?ado por el descontento social. Seg¨²n el periodista marroqu¨ª Abdellatif Fadouach, ¡°antes hab¨ªa un consenso en torno a la monarqu¨ªa, pero puede que esa creencia ya no se mantenga.¡± Desde El Confidencial Saharaui recuerdan la situaci¨®n del pueblo saharaui, ¡°su exilio en los campamentos de refugiados en Argelia¡±, donde ¡°la paciencia empieza a agotarse, especialmente entre los m¨¢s j¨®venes¡±, ¡°la divisi¨®n del S¨¢hara Occidental por 2.750 kil¨®metros de muro y por millones de bombas y minas antipersonas que siguen causando v¨ªctimas¡±.
Desde el mismo medio tambi¨¦n denuncian el papel de gendarme de la Uni¨®n Europea para frenar la inmigraci¨®n subsahariana, otro silencio medi¨¢tico. Global Journalists entrevist¨® al periodista de investigaci¨®n Hicham Mansouri, quien vive exiliado en Francia despu¨¦s de haber sido arrestado con acusaciones fabricadas y hostigado por las autoridades tras escribir sobre los programas de espionaje del reino (seguramente utilizando Pegasus, un software de origen israel¨ª). Marruecos ocupa el puesto 135 (de 180) en el ¨ªndice de libertad de prensa de Reporteros Sin Fronteras, por debajo de Afganist¨¢n, Zimbabue y Filipinas. Todo esto y m¨¢s puede tolerarlo la Uni¨®n Europea porque adem¨¢s de ¡°taponar¡± la inmigraci¨®n, como se?alaba un an¨¢lisis de Le Journal du Dimanche, el r¨¦gimen marroqu¨ª aporta ¡°estabilidad¡± y ¡°liberalizaci¨®n¡±. Para una minor¨ªa, cabr¨ªa a?adir.
Zeleya sobre el golpe de Estado
El expresidente de Honduras Manuel Zelaya concedi¨® una entrevista a Grayzone con motivo del d¨¦cimo aniversario del golpe de Estado. ¡°Cuando se rompe el pacto social, por l¨®gica viene lo que se conoce como la ley del m¨¢s fuerte: cr¨ªmenes, asesinatos, torturas, siempre del lado ganador contra la oposici¨®n¡±, relata Zelaya, que describe el golpe como ¡°un sacrificio para el pueblo hondure?o¡± porque ¡°el lado que tom¨® el poder ha tenido el apoyo de Estados Unidos¡±, que fue ¡°el mayor beneficiado del golpe de Estado.¡± Y a?ade: ¡°Hay un principio penal que dice que el beneficiado de un crimen es el principal sospechoso¡±. Hoy ¡°EE UU tiene un control casi absoluto sobre Honduras¡±, explica el pol¨ªtico hondure?o al apuntar que Washington ¡°controla la justicia a trav¨¦s de la OEA, controla la seguridad a trav¨¦s del Comando Sur, controla la econom¨ªa a trav¨¦s del FMI, el Banco Mundial y el Banco Internacional de Desarrollo (BID)¡±, controla tambi¨¦n ¡°los principales medios de comunicaci¨®n¡± y ¡°financia iglesias que reciben donaciones de ONG norteamericanas¡± que, a su vez, mantienen v¨ªnculos con la Administraci¨®n.
De este modo, prosigue, ¡°controlan la opini¨®n p¨²blica y los poderes del Estado, y de esa forma tienen una alta injerencia en las decisiones de Estados como Honduras, Estados pobres, Estados d¨¦biles, donde sus gobernantes, por conseguir protecci¨®n, entregan todo a los norteamericanos¡±, no hacen ¡°nada¡± y se dedican ¡°a repartir bonos entre sus seguidores¡±.
Hoy la pobreza sobrepasa casi el 70% de la poblaci¨®n hondure?a, ha habido un incremento de la criminalidad y el narcotr¨¢fico casi se ha duplicado con respecto a antes del golpe de Estado. La deuda externa ha pasado de 3.000 millones a 14.000 millones de d¨®lares. Junto a la salvadore?a y la guatemalteca, la hondure?a es una de las nacionalidades m¨¢s frecuentes en la caravana de inmigrantes a EE UU. En?un v¨ªdeo para Soapbox, la periodista Rania Khalek se quejaba de las l¨¢grimas de cocodrilo de muchos dem¨®cratas estadounidenses que denuncian la pol¨ªtica migratoria de Trump y recuerda que Barack Obama deport¨® a 2,5 millones de inmigrantes (m¨¢s que ning¨²n otro presidente estadounidense) y que durante su mandato se expandi¨® el sistema de inmigraci¨®n de inmigrantes, incluyendo la militarizaci¨®n de su frontera sur. Tambi¨¦n recupera unas declaraciones de Hillary Clinton en 2019: ¡°Cualquier ser humano con un sentido de la compasi¨®n y la decencia deber¨ªa estar indignado¡±. Que contrastan con otras declaraciones de Clinton en 2014: ¡°Tenemos que enviar un mensaje claro: solo porque tu hijo cruza la frontera eso no significa que tu hijo pueda quedarse¡±. Ya lo cantaba Phil Ochs hace muchos a?os: Love me, love me, I¡¯m a liberal...
La degradaci¨®n del debate p¨²blico
¡°Un aspecto fundamental en el debate sobre el futuro de las democracias liberales es c¨®mo hablamos los unos con los otros¡±, escrib¨ªa Roland Benedikter en la edici¨®n dominical de Telepolis. Una cuesti¨®n poco tratada, y que corroe las sociedades occidentales mucho m¨¢s que las declaraciones de Putin. Benedikter atribuye esta situaci¨®n a tres motivos: el primero son las ret¨®ricas populistas (¡°nosotros contra ellos¡±) que excluyen la posibilidad de debate, y los otros dos, las burbujas comunicativas de las redes sociales y la correcci¨®n pol¨ªtica, con sus mecanismos informales de sanci¨®n y exclusi¨®n.
Los tres ¨Ca los que despu¨¦s a?ade, siguiendo al fil¨®sofo italiano Massimo Cacciari, una creciente carga emocional del lenguaje¨C desencadenan din¨¢micas que se refuerzan entre s¨ª, conduciendo a una crisis generalizada del ¡°di¨¢logo sensato¡± y del ¡°debate democr¨¢tico¡± en el que dejan de caber todas las ideas que no coinciden con la visi¨®n del mundo de un grupo social determinado. ¡°Las derechas se deben m¨¢s a las ret¨®ricas populistas, las izquierdas, a la correcci¨®n pol¨ªtica¡±, pero el resultado, valora el autor, viene a ser el mismo. Recuperar el debate p¨²blico es un reto en tiempos en los que ¡°los comentarios an¨®nimos en los foros¡± ejercen ¡°una presi¨®n informal¡± y la correcci¨®n pol¨ªtica pueden llevar a la autocensura, la apat¨ªa pol¨ªtica y el refugio en las redes sociales y otras formas de entretenimiento electr¨®nico para no enfrentarse al mundo en el que, para bien o para mal (seguramente para mal), nos ha tocado vivir y que es ¡°vol¨¢til, incierto, complejo y ambiguo¡±.
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